Capítulo 14*

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Jason Mraz   THE WOMAN I LOVE.


AGNES

Acabo de quedar, ¿estática, paralizada, congelada? En fin, quedé vulgarmente como se dice "en el sitio".   Steven me está diciendo, que le gusto, esto si es una sorpresa.  No tengo ni la más mínima idea que sentí al escuchar esas palabras, lo único innegable de todo esto es que entre los dos hay una química bastante grande.  Pero ese es el detalle, el sexo, y Steven tiene fama de ser un adonis hipersexual, cosa que no estoy preparada para afrontar... 

Me mantengo sumergida en mis pensamientos algo locos y escuetos, cuando Steven me interrumpe.

―Agnes, ¿me escuchaste lo qué dije? ―asiento un poco sorprendida.  Claro que escuché, tampoco es que aspiro un hoyo negro y quedé sin audición― ¿Y entonces? ¿Qué vamos a hacer? ―pienso y pienso.  Sinceramente no sé que decirle a este hombre.  Espero unos segundos para responder.

―A ver Steven... no sé que quieres de mí, no soy fácil, no soy como las mujeres que estás acostumbradas a conquistar, nunca he tenido novio y...―me interrumpe para decirme:

―¿Eres virgen? ¿Es eso? ―niego de inmediato y respondo:

―No, Steven.  No soy virgen, y no es eso.  Es que no sé cómo mantener este tipo de relaciones, desde que salí de Londres sólo me dediqué a estudiar y ejercer mi profesión.  Soy inexperta. Esa es la palabra... inexperta en cuestiones del corazón ―Esboza una bella y radiante sonrisa, sonrisa que me hace perderme por unos segundos, en el momento.

―Girasol... recuerda que en menos de un año nos vamos a casar.  Tú eres mi prometida y eso es algo que no va a cambiar, lo que quiero es que al menos lo intentemos, hay química y lo sabes, lo pude sentir en tu beso, y por la experiencia no te preocupes, yo te enseñaré lo que sé y lo demás lo aprenderemos juntos, tenemos toda una vida para aprender de todo Agnes, ¡¿no lo crees?!―Veo sus ojos y esa mirada tiene una aire de suplica, niego, de nuevo me dejó sin palabras.  Se agacha para quedar a mi altura y me escruta esperando una respuesta.  Debo dejar la niñería atrás y romper este absurdo silencio.

―¿Eso quiere decir que me estás pidiendo que sea tu "novia formal"? ―asiente serio.  Por lo que veo está diciendo la verdad― ¿Y qué piensas hacer con tu otra novia, la rubia que estaba hace pocos días aquí?―Se levanta y me responde en un tono seco y cortante.

―Ella no es mi novia ―ruedo los ojos.  Típico de los mujeriegos.  Ninguna mujer que está a su lado es su novia, y más cuando te comprometen tan joven como lo hicieron con nosotros dos.

―Pues cuando vine sí lo parecía... o sea qué es una amiga.  Y te acuestas con tus amigas ¡Qué horror! ―espeto indignada, intento levantarme del sofá, pero olvidé por unos segundos que me he doblado el pie, así que emito un quejido de dolor lo que hace que Steven salga corriendo a mi lado, toma mi pie y responde a mis interrogantes.

―No es y nunca ha sido mi novia, se llama Bea y, al igual que tú y yo forma parte de la élite, es... es...  ―espero que va a decir.  Tarda demasiado en formular una valida respuesta―,   es alguien que aprecio mucho y que siempre está ahí para mí, eso es todo Agnes―Su respuesta no me convence para nada.  Igual dejo la insistencia, no es mi vida y no puedo hacer nada contra ello.

―¿Sabes?―Posa sus ojos verdes en los míos― Debes tenerme paciencia―sonríe con picardía― Y... no ahogarme, ni atormentarme con nada ―asiente y su sonrisa se ensancha― Bueno. Y veremos que pasa con el transcurso de los días, pero, está bien.  Acepto hacer el intento... ―Él se levanta y acerca su rostro emocionado al mío para decirme:

No me complace ser tu esposa ©  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora