No me complace ser tu esposa © (Editando)

Capítulo 28

Canción The Story (La historia) by Brandi Carlile
Dedicado a Tathyy , agradecida por todo...
AGNES

Estoy en el auto de Steven y recuerdo lo que hace unos minutos ocurrió en su oficina, ¡no puedo creer las cosas que este hombre me empuja a hacer!, creo, ¡No perdón!, no creo, estoy segura que me he ruborizado ya que siento las mejillas muy calientes... me llevo las manos a las mejillas y al hacerlo Steven me mira de reojo y me dice

-¿Qué tienes nena?- niego con la cabeza por lo que él me vuelve a preguntar- ¡Estas roja!... Yo creo que sí tienes algo- me muerdo un poco el labio inferior y le respondo

-Estaba recordando...-

-¿¡Recordando!?- vuelvo a asentir - ¿Puedo saber qué recordabas?- pienso un poco y al final le digo

-¡Pues!..., lo que acabamos de hacer... ¡De verdad qué estás loco Steven!, yo nunca había hecho algo así...- él sonríe con picardía y me responde

-¡Estamos locos!, ¡Los dos!, yo no soy el único loco aquí... Pero si te soy sincero... a mi me fascinó, es más lo repetiría con gusto - Abro mucho los ojos y lo miro fijamente, él me mira por un segundo y vuelve a fijar su vista en la vía para decirme - No me mires así que a ti también te gusto...- suspiro profundo y le pregunto

-¿Para dónde vamos? ¿A dónde me llevas?-

-Eso es sorpresa, espera y ya verás, es algo que conoces, pero... ya veremos- frunzo el ceño, no entiendo absolutamente nada de lo que acaba de decir...

Sigue conduciendo y se detiene justamente al frente de un parqueadero público, se baja del auto y me abre la puerta del copiloto, me ofrece su mano la cuál acepto. Al salir del vehículo me ayuda a colocarme el sobretodo y abre un paraguas negro para cubrirnos de la suave lluvia, le entrega las llaves al parquero y comenzamos a caminar para detenernos al frente del "London Eye", El Ojo de Londres, atractivo propio de esta ciudad... Es una bella rueda, como esas que hay en los parques de diversiones, pero que en vez de tener esas típicas sillas en las que uno se sube para esperar a completar la famosa vuelta, esta no es así, ella tiene una especie de cápsula, ¿cómo de cristal?, creo que sí, nunca me he subido a ésta rueda porque la estaban terminando de construir cuando me fui a Chicago.

Nos enfilamos en una cola como de unas 20 personas, quizás más o menos, no estoy muy segura, en la fila hay de todo, niños, ancianos, parejas, turistas... en fin de toda clase de personas, lo miro a los ojos con una sonrisa en la cara y le digo

-¡Así que nos vamos a subir!- él asiente -¡Me encantan estas cosas!- Steve besa mi frente y me dice

-¡Eso lo sé!, de eso me di cuenta el día que estabas en el parque de diversiones, te quedaste embobada observando justamente la rueda del parque, pero como hace algo de frío y está lloviendo preferí traerte aquí... así no te mojarás y no pescarás ningún tipo de resfriados...- Me guiña un ojo por lo que le doy un casto beso en los labios, él me lo devuelve y me pega más a su cuerpo ya que la lluvia se ha intensificado un poco

Poco a poco avanzamos y justamente cuándo faltan un grupo de personas para subirse a la rueda un señor algo mayor se acerca a Steven, él saca los boletos que tiene guardado en el bolsillo de su sobretodo y se lo entrega al señor, éste a su vez, le guiña el ojo luego le sonríe y asiente con la cabeza... éste par se conoce, o habla lenguaje de gestos, o yo me perdí en está conversación de miradas, pienso...

Nos toca subirnos a nosotros por lo que Steven me da paso para que suba primero, luego él entra después de mí, y la cápsula automáticamente se cierra, haciéndome pegar un leve brinco, miro a mi alrededor y quedo, ¡impactada!, el espacio es algo grande para los dos, en el medio de la cápsula hay una mesa, mediana, con un bello ramo de rosas rojas, una hielera que tiene una botella, que creo es de Champagne por la forma del corcho, y dos copas largas a los lados, frunzo el entrecejo y veo a Steven para decirle