Cartas especiales.

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Capítulo 43: Cartas especiales.

Dos días después, el lunes...

FreeBoy: Hola, Annabeth. De seguro pensarás que te escribe Percy, pero no es así. Soy Zack. No vengo a molestarte con explicaciones que vas a negar o no creerás, solo quiero que sepas que aún quiero conocerte en persona. Espero que tú también tengas ese deseo. Si aún quieres verme, mañana iré al centro comercial a las nueve de la mañana. Estaré esperándote junto al centro de vídeo juegos. Si no puedes ir te pido, por favor, que me avises. Nos veremos luego, Annie ;)

Annabeth lee el mensaje una y otra vez sin parpadear. Una vez más tiene dudas. ¿Ése es de verdad un tal Zacharias? ¿En realidad sí existe? Desecha las ideas al instante. Está mil por ciento segura de que Percy sigue engañándola.

Pero le dan muchas ganas de ir a ese centro comercial.

Cierra sesión y decide irse a la cama. Es muy tarde y no quiere comenzar a pensar en el asunto de FreeBoy.

Al siguiente día, en un centro comercial...

Annabeth ha llegado cuatro minutos antes a la tienda de vídeo juegos y no va a moverse de allí hasta que vea a Zacharias, si acaso es que es real.

Cuando despertó no quería ni acordarse del nombre de Perseus mucho menos del "Zack", pero por una corazonada a último minuto decidió vestirse e ir corriendo al centro comercial. Fue un alivio que sus padres no estuvieran, así no tenía que dar explicaciones de a dónde va tan temprano antes de clases.

La rubia mira el reloj. Ya son las nueve en punto.

Le invade ese nerviosismo que tuvo hace unos días cuando se le dijo a Zack que lo quería ver. Ese tiempo en el que aún creía que ése chico era real.

Suspira y vuelve a mirar la hora. Está siendo impaciente, debería calmarse y no dejarse llevar por los nervios.

—Viniste —dice una voz que la hace sobresaltar.

—Sí. Vine. Pero pensaba que me iba a encontrar con Zack. No contigo, Perseus —enrojece de ira y tiene que llamar todo su autocontrol para no gritarle—. ¿Ves? Me mentiste una vez más. Zacharias no es real. Eres tú.

—No es así, Annabeth —el tono de voz del chico es suave, aunque tiene algo que lo hace sonar diferente.

—¿Y por qué entonces estás tú aquí? ¿Zacharias y tú son gemelos y tú en realidad eres Zack y no Percy? —pregunta cruzándose de brazos. Percy suspira.

—Claro que no. No somos familia, solo buenos amigos.

¡Mientes! —exclama la chica—. Mentiras, mentiras y más mentiras. ¿Alguna vez vas a decirme la verdad?

—Te estoy diciendo la verdad —dice Percy.

—No es cierto. No existe el tal Zacharias —replica Annabeth. El pelinegro vuelve a suspirar.

—De acuerdo. Piensa lo que quieras —el chico la mira con el entrecejo ligeramente fruncido. La rubia nota que en su voz hay cansancio, eso es lo que lo hace sonar diferente. Por primera vez desde que lo vio hace un rato, ve las ojeras que hay debajo de sus ojos y la extraña palidez que cubre su piel, incluso ve que tiene un cardenal en el rostro. ¿Qué habrá pasado para que esté así de mal?

—¿Para qué querías verme? —pregunta la chica.

—Yo no quería hacerlo... —Percy se detiene a mitad de la frase y comienza a buscar algo en su chaqueta. Saca un papel que está doblado varias veces—. Es de Zack.

¡Como te odio, Percy! ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora