Epílogo

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Epílogo.

¿Hace cuánto se fue Zack? ¿Una semana? ¿Dos? No lo sabe, y tampoco lleva la cuenta. Lo que Annabeth sí sabe, es que desde que Zack se fue, ese sentimiento de amor que estaba empezando a sentir hacia él se fue anulando poco a poco. Pero lo que no se va, es el enamoramiento con Percy.

Las vacaciones están cerca y Annabeth no puede creerse lo mucho que ha pasado en tan pocos meses. Pero tiene la sensación de que aún le quedan muchas sorpresas más.

Está en la clase de Biología, presentando el examen final. Responde la última pregunta justo a tiempo, porque la campana ha sonado.

Se dirige hacia su casillero cuando ve a Piper correr hasta ella con un ánimo demasiado alegre para haber salido de un examen final.

—¡Annie! ¡Tienes que ir a la piscina del colegio, ahora mismo! —le dice.

—¿Ah?

—Que tienes que ir a la piscina —repite Piper lentamente, como si Annabeth fuera tonta.

—Entendí eso, pero, ¿por qué?

—¡Solo ve!

—Vale, vale, ya voy —dice Annabeth mirando extrañada a su amiga.

La rubia cierra su casillero y se dirige a la piscina bajo techo que tiene el colegio, que es donde practica el equipo de natación. Ella mira todo el espacioso sitio, el agua está tranquila en la piscina y todo en general está solitario. Excepto en las gradas, ahí hay una sola persona que ella no había visto. Percy.

Al parecer él no la ha visto, pues tiene la vista fija en la piscina y sostiene una rosa roja en sus manos. Annabeth se pregunta si será para Rachel. Ojalá que no.

¿Para qué quería Piper que viniera? ¿Acaso Percy quiere hablar con ella y no se lo dijo en persona porque es muy probable que ella lo rechazara? Si es así, eso es dulce. Quizás lo más dulce que ha hecho Percy por ella.

No puede evitar sonreír ante ese pensamiento. Comienza a subir las gradas y se sienta junto a Percy. El chico apenas la mira, y los dos se quedan en un profundo silencio. A lo mejor Annabeth se equivocó y él no quiere hablar con ella. Está pensando irse cuando Percy al fin habla.

—¿Recuerdas aquella vez que me confesaste tu amor? —le pregunta.

—¿Cómo olvidarlo? Me rechazaste sin mucha piedad.

—Lamento eso. No me dejaste hablar siquiera cuando al fin quería hablar.

—¿Y que ibas a decirme?

—No iba a decirte nada malo, créeme. Estaba muy asombrado, pero no soy cruel —dice el chico dándole vueltas a la rosa. Luego se detiene y mira la rosa, sonríe y se la da a Annabeth—. Te diría que la pongas en agua, pero es de plástico.

—¿Y por qué me la das a mí? —Pregunta ella aceptando la flor—. Pensé que estas con Rachel.

—Estaba. Terminamos hace mucho tiempo, antes del accidente.

—¿Qué? ¿Pero si los dos estaban muy cariñosos?

—Ella estaba muy cariñosa, la verdad es que nunca sentí algo real hacia ella... Y nunca podré mientras sienta algo por otra.

¡Conque siente algo por otra! Eso hace que Annabeth se enoje muchísimo, pero no lo demuestra. No sabe quién será, pero ahora está en su lista negra.

—Oh, vaya... ¿Desde cuándo lo sientes? —se atreve a preguntar la rubia.

—Desde hace años —contesta Percy sin dudar. La chica empieza a arrepentirse de haberle preguntado, eso solo ha aumentado su ira por la desconocida.

¡Como te odio, Percy! ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora