│Aᴅʀɪᴇɴ Aɢʀᴇsᴛᴇ│
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Bᴀɪʟᴀ... ꜱɪɴ ᴅᴇꜱᴄᴀɴꜱᴏ.
Uɴ ɢɪʀᴏ, ᴘᴀʀᴀᴅᴀ, ꜱᴀʟᴛᴏ...
Se tropezaba una y otra vez, se levantaba otras tantas, y volvía a retomar el ritmo. Lo que ella no sabía era que lo que estaba haciendo, no era bailar... era viv...
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𝐈𝐌𝐏𝐔𝐋𝐒𝐎𝐒 𝐸𝑠𝑝𝑜𝑠𝑜 𝑦 𝑒𝑠𝑝𝑜𝑠𝑎
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Definitivamente no iré a la academia.
Pasa de las 10 de la mañana, dormí bastante tiempo porque pasaba de la media noche el día de ayer, daban las 11 de la mañana cuando terminé de asearme y estaba lista para empezar el día, claro lo primero que hice fue pedir permiso a mi maestra para faltar en este día.
Terminaba de secar mi cabello cuando escuché unos golpes, salí confundida del baño aún con la toalla en la cabeza.
Adrien salió de su habitación esquivando un libro que impactó con la pared, confundida me limité a observar, se estaba riendo, pero paró cuando una almohada le llegó a la cara.
―¡Cállate! ―gritó alguien desde el interior del cuarto, me sorprendió que fuera la misma voz de Adrien.
―Espera que le diga a Kagami que hablas de ella dormido ―y un cojín le dio a Adrien en el rostro, pero solo se reía y cerró la puerta tras las quejas de su primo―. Sigue durmiendo querido primo.
Me causó un escalofrío cuando dijo lo último, Adrien tiene un tono tierno cuando habla, por como escuché a su primo es un tono más serio, pero Adrien sabe muy bien imitar ese tono de voz.
―Hora de desayunar ―recuperó su tono al verme.
―Te llevas muy bien con tu primo ―dije sarcástica siguiéndolo a la cocina.
―Solo cuando lo rescato de estos problemas.
Tenía todo un festín preparado en la cocina, mi estomago rugió por comida, gasté mucha energía ayer y necesitaba compensarlo.
Lo que si no recuerdo como llegamos, estaba demasiado cansada que no supe ni el momento en que Adrien volvió al auto con su primo o como nos sacó a ambos del auto. Era vago el recuerdo, pero supuse que los seguí medio dormida, lo que sí recuerdo los problemas que tuvo Adrien para meter a su primo en su habitación, los escuchaba pelear desde mi habitación hasta que se quedaron dormidos.
O eso creo...
―Lo lamento ―me oculté detrás de él apoyando la frente en su espalda, iba a voltearse por lo cual lo rodeé con los brazos―. No te avisé.
―La verdad creí que te quedaste dormida ―se zafó y me rodeó con sus brazos, seguí abrazándolo ocultando mi rostro en su pecho, estoy avergonzada―. Un amigo de Félix me pidió que lo recogiera, encontrarte ahí fue una enorme casualidad ¿Quién te llevó?
