│Aᴅʀɪᴇɴ Aɢʀᴇsᴛᴇ│
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Bᴀɪʟᴀ... ꜱɪɴ ᴅᴇꜱᴄᴀɴꜱᴏ.
Uɴ ɢɪʀᴏ, ᴘᴀʀᴀᴅᴀ, ꜱᴀʟᴛᴏ...
Se tropezaba una y otra vez, se levantaba otras tantas, y volvía a retomar el ritmo. Lo que ella no sabía era que lo que estaba haciendo, no era bailar... era viv...
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𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐴𝑦𝑢𝑑𝑎, 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎
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Un día, dos días, tres días, cuatro días, cinco días... una semana.
Cumplida una semana, hacía lo posible por evitar al mundo, aunque el mundo realmente no tenía idea de quién soy y le valía menos que nada. Estaba inquieta, atrapada sin creerlo en mi prisión como un cisne y Von Rothbart pasa su tiempo saliendo y entrando.
Misma hora de la mañana, llega a las misma hora en la tarde, llega a la misma hora en la noche, ni un minuto más y menos, a veces sale al balcón de su cuarto, a veces no escucho nada cuando está y asumo que está durmiendo, pero sale a su balcón en medio de la noche, la puerta llega a despertarme porque últimamente tengo el sueño ligero.
Como mis padres no me dejaron tener más contactos, hace solo dos días descubrí que Geily se encuentra en Rusia y me escribió mil mensajes para que saliéramos, Dilan parece haberle contado mi situación ya que entendió que no fuera... Mi única amiga se fue de París para hacer sus sueños realidad.
Su familia debe estar orgullosa de ella.
Suspiré, tomé la última rebanada de pizza, tenía muchas cajas por toda mi habitación y ni hablar de las botellas de refrescos... No estoy cuidando nada mi salud, pero a estas alturas tengo cosas más importantes en las que pensar.
O solo es una excusa.
Me removí en la cama, nunca salgo cuando Rothbart está, no me tomé las molestias de conocer el apartamento ni de explorarlo por mi falta de ganas de hacerlo, ni un pie en la cocina, ni un pie fuera desde que mis cosas empezaron a llegar.
No desempaqué nada, las cajas siguen acumuladas en mi puerta y dentro de mi cuarto.
Es difícil aceptar esto.
Como otra mañana de lunes, él se fue luego de estar un buen rato en el interior de la cocina. Quité el seguro de mi puerta y salí, pero mi pie chocó contra una bandeja al dar el primer paso, miré el suelo y vi un desayuno saludable como solía prepararme Elena.
No lo tomé por las insistentes nauseas que me invadieron.
El estómago comenzó a arderme y repentinos mareos comenzaron a afectarme, estuve por caerme al ir de vuelta a mi habitación.
Solo son mareos... tengo mejores cosas en las que preocuparme.
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Medio día y mi nuevo paquete llegó, salí de mi cuarto y lo recibí del encargado del edificio, tiene una buena atención.
Al volver a mi habitación con mi paquete, me encontré con la sorpresa del cuarto de Adrien abierto, solo me asomé un poco solo notando el desorden de libros en el suelo, lo ignoré y fui a mi habitación sin tocar nada más.
