│Aᴅʀɪᴇɴ Aɢʀᴇsᴛᴇ│
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Bᴀɪʟᴀ... ꜱɪɴ ᴅᴇꜱᴄᴀɴꜱᴏ.
Uɴ ɢɪʀᴏ, ᴘᴀʀᴀᴅᴀ, ꜱᴀʟᴛᴏ...
Se tropezaba una y otra vez, se levantaba otras tantas, y volvía a retomar el ritmo. Lo que ella no sabía era que lo que estaba haciendo, no era bailar... era viv...
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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐌𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 𝑀𝑒 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟
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No suelo enfermarme, no recuerdo la última vez que llegué a resfriarme así. Siempre me cuidaba, usaba muchos calentadores terminado mis ensayos, vestía siempre con ropa abrigada y en muchas ocasiones no faltaban mis bufandas, Arthur me obligaba a usar gorros de lana, Tony en algunas ocasiones me dio su chaqueta para que no pasara frío cuando era una niña, Elena preparaba extraños jarabes y mis padres... nunca estuvieron presentes.
Tomé otro pañuelo, no solo es un resfriado, la garganta me duele y mi nariz arde. Intenté no toser toda la noche, pero me fue imposible y en cuanto pasaron más los días estaba empeorando hasta que no podía ni levantarme de la cama.
Adrien a sido muy atento, aunque le pidiera que no se acercara por miedo a contagiarlo, buscó soluciones y continuó ayudando en lo que pudo hasta esta noche... Lo escuché estornudar, entré en pánico y le prohibí la entrada aunque él dijera que no era un resfriado.
No pude dormir en la noche, tomé una pastilla para calmar la fiebre que tenía, repentina ola de calor y luego reemplazada por un frío atroz. Llegada la mañana recién pude dormir un poco, me sentí mejor y disfrutaba del calor de mi cama al fin con una temperatura normal.
Cuando creí que mi sueño iba a ser perfecto, me sobresalté al sentir un paño húmedo en mi frente, una mano cálida tocando mi mejilla y aunque tardara en abrir los ojos, reconocí el tacto de esa persona... tan maternal.
El amor de una madre.
―Mi niña ―susurró apartando un mechón mojado de mi cabello, el dolor de cabeza me impidió levantarme y por mi sobresalto abrí los ojos de golpe una vez que me acostumbrara a la luz.
―Elena ―murmuré con mi voz ronca, traté de levantarme, pero ella me lo impidió y sin miedo besó mi frente.
Tiene un aroma dulce, me encantaba sentir ese aroma cuando era una niña, lleno de cariño y amor.
―No te levantes, en un momento estará listo el desayuno, te prepararé tu favorito, pero debes de comerlo todo que ya vi que no estás comiendo bien ―me regañó con un tono suave, mi ojos pronto se llenaron de lágrimas por un momento creyendo volver al pasado cuando yo era una niña y ella me cuidaba como una mamá.
Pero ver la habitación me devolvió a la realidad, no había vuelto en el tiempo, pero también significaba algo más.
―Te extrañé ―musité, Elena limpió mis lágrimas―. Creí que no te vería de nuevo...
―No te preocupes, mi niña ―dejó otro beso en mi frente―. Tienes que recuperarte, mira lo delgada que estás con un soplido el viento te lleva, tu rostro casi no tiene color, pareces una muerta viva.
