│Aᴅʀɪᴇɴ Aɢʀᴇsᴛᴇ│
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Bᴀɪʟᴀ... ꜱɪɴ ᴅᴇꜱᴄᴀɴꜱᴏ.
Uɴ ɢɪʀᴏ, ᴘᴀʀᴀᴅᴀ, ꜱᴀʟᴛᴏ...
Se tropezaba una y otra vez, se levantaba otras tantas, y volvía a retomar el ritmo. Lo que ella no sabía era que lo que estaba haciendo, no era bailar... era viv...
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𝐎 𝐃 𝐈 𝐋 𝐄 𝐴𝑑𝑟𝑖𝑒𝑛 𝐴𝑔𝑟𝑒𝑠𝑡𝑒
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La orquesta inició temprano en la mañana repasando las notas conocidas para el Lago de los Cines, pero la encargada no estaba contenta por la falta de afinación por parte de la orquesta, no coinciden nuestros pasos con la orquesta y eso comenzó a ser un problema.
Mientras arreglan el problema con los extras, Ethan y yo nos probamos los vestuarios casi terminados, pero Ethan comenzaba a ser un dolor de cabeza para todos por sus quejas y reclamos sobre todo lo que puede.
Geily comenzaba a hacer señas de querer ahorcarse en el momento en que Ethan volteaba, reí inevitablemente.
Una vez que logró saciar todas sus exigencias, suspiró pesadamente dejándolo ir y empezando a tomar mis medidas.
―Bajaste mucho de peso Brielle ―susurró pasando la cinta de medir por mi cintura―. ¿Segura que comes?
―Sigo cada detalle de mi dieta ―expliqué viendo mis manos, mis dedos nunca fueron tan delgados―. Terminada la obra subiré un poco de peso, la celebración será con cupcakes.
―Chica, prefiero morir antes de olvidarme de los postres ―dijo pasando sus manos por su cintura―. Este estómago lo demuestra amiga, nunca moriré de hambre o de antojos.
―Sabes... mi segunda pasión iba a ser la repostería ―confesé pasando las manos por mi cintura, viendo mi cuerpo en el espejo, es extraño verlo así, antes no era tan delgada―. Elena preparaba deliciosos postres, quería ser como ella.
―Elena es la cocinera de tu casa ¿no?. ―Asentí deteniendo mis manos sobre mi busto, perdí un poco de lo que tenía―. Sabes, eres una adolescente, tu desarrollo no es el apropiado y por eso puedes perder lo poco que te queda de tus atributos.
―¿Importa? No es de mi interés gustarle a alguien ―me quité con cuidado el corsé del vestido, sigue sin estar terminado, pero tiene la medida exacta―. Si me gusto yo misma, no necesito saber de los demás.
―Te enseñé muy bien ―sonrió tomando la falda de los colgadores.
Correspondí su sonrisa, es cierto que antes tenía dificultades con mi peso, de niña tardé mucho en llegar al peso promedio y por ello siempre tenía el último papel.
Geily es cinco años mayor que yo, acompañaba a su tía que era antes la que se encargaba de los vestuarios, ella siguió sus pasos y ahora se encarga de todo. Las veces que me veía triste por mi peso me aconsejaba y enseñaba, además de invitarme de los postres que preparaban en la cafetería de sus padres.
