2. Una vida nueva.

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Emilia's PoV.

Me despierto excesivamente cansada y por culpa de la luz del sol en mi cara, no fue buena idea hacer un maratón de películas con Emma.
Me levanto y veo la hora, son las 8:10 am de un lunes. Pero, este es EL lunes.

Emilia, solo a ti se te olvida poner alarma el primer día de clases.

Mi vida no podría ser menos asquerosa. El primer profesor del día, el que nos dirigirá todo el año, el de tutorías, ya debe estar en un salón, que desconozco. Podría faltar, pero Jane, mis hermanas y hasta el enano (mi hermano, el menor todas nosotras) no me lo permitirían, la última opción es correr.
Al rato, mi teléfono vibra mientras me pongo el primer zapato que veo.

De: Emma.

¿¡Dónde demonios estas?! Y no me digas que en camino porque te pego. 7-7
Me siento solita. Fue mala idea venir contigo a un lugar desconocido. Justo ahora, me caes mal :)
No hay ningún profesor, creo que el Sr. Browne (el de las tutorías, por si no recuerdas el nombre) no va a llegar. ¿Recuerdas que te dije que pedí al director mi horario igual al tuyo? Bueno me lo concedió, ámame. Te guardaré el puesto a mi lado hasta que llegues, ¡apura!

Para: Emma.

¡Me retrasé! En cinco llego (según yo). Perdón por dejarte sola :c Lamentablemente tengo que buscar mi casillero, horarios y todo eso, saltaré mi primera clase, aunque no creo que eso me afecte ya que el profesor no está. Eres un amor de amiga, te amo  ♥.♥

Bloqueo el celular sin esperar respuesta, termino de vestirme, asearme y bajo las escaleras, en busca de un rápido desayuno y me encuentro a Jane en el comedor viéndome como si fuera un alien cuando voy para la cocina.

—Llegas tarde a clase, y para colmo es a un colegio nuevo, ¡apúrale! —me grita metiéndose lo que parece un panqueque a la boca. Para ser mi hermana menor y una adolescente en proceso es muy responsable.

—Ya sé, cállate. ¿Sabes dónde Carmen dejó, lo que se supone, es mi desayuno? —le pregunto apurada.

Carmen es nuestra sirvienta/ama de casa/mayordoma. Al menos ella se considera así. La contrató mi padre para que mantenga la casa en la que vivimos en orden. Es más que obvio que entre dos chicas adolescentes un tanto desordenadas (aunque creo que sólo yo lo soy), y un niño hiperactivo, el orden y las obligaciones está más que olvidadas.

—¡En el comedor! —me grita Carmen desde la sala, supongo arreglando algún desastre que seguro le habrá hecho Shaun, quien debería estar en la escuela a esta hora.

Me quedo viendo a Jane comer, MI desayuno, y ella se encoge de hombros: —Te estabas demorando y tenía más hambre, no me llené con lo que Carmen me sirvió —es lo único que dice.

—Tragona —la golpeo en la cabeza y le arrebato el último panqueque que está en el plato —¿Qué no deberías estar en el colegio? —por cierto, estamos en colegios diferentes.

—No, empiezo clases en la siguiente semana. Pero como nunca me haces caso...

—Sí, sí. Soy mala hermana, mátame —le digo sin prestarle mucha atención y me fulmina con la mirada.

—Bueno, podría ir a la cocina ahora y buscar un cuchillo...

—Pero te acusarían de homicidio.

—Sí, pero puedo encubrirlo —entrecierra los ojos y me da una sonrisa ladeada.

—Inteligente, pero mejor me voy antes de que se me haga más tarde aún. Cuida a Shaun cuando regrese, vendré más tarde. Pasaré por la casa de Emma —digo y me dirijo a la puerta.

Un corazón por sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora