1. Piénsalo un poco.

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Joseph's PoV.

—Estoy aburrido, entreténme —dijo Luke, mi medio tarado mejor amigo.

Lleva todo el día diciendo aquello y ya empezaba a hartarme. Yo solo lo ignoraba y seguía viendo la película que pasaban por el televisor. La verdad, no recuerdo ni que estaba viendo, pero todo sea por ignorarlo.

Cierto, no me he presentado: Joseph Sanders, diecisiete años y hermano de un idiota llamado Jake. Mi familia es un poco disfuncional, mi padre trabaja todo el día en su centro médico, el cual con el tiempo se convirtió en un hospital del que ahora es director y ahora sólo veo su cansado rostro cuando me quedó despierto hasta tarde, que es cuando llega a casa. No es mal padre pero sería mejor si dedicara más tiempo a sus hijos.

Mamá es el mismo asunto que mi padre, trabaja todo el día, sólo que ella es abogada. Ha tenido éxito toda su vida y su trabajo no es la excepción. Sus casos requieren esfuerzo, toman tiempo y no puede pasar demasiado con nosotros. Ha utilizado el despacho de la casa para poder trabajar más cerca de nosotros pero no hay una gran diferencia.

Mi hermano, Jake, me lleva tres años y es el ser humano más molesto que conozco. Estudia en la universidad East Side y es a quien más veo aparte de Maddy, nuestra "un tanto" longeva ama de llaves. En realidad se llama Maddison, pero ya nadie la llama así y se acostumbró a ello.

Luke Rebwoth es el nombre de mi mejor amigo; me conoce de prácticamente toda la vida y nos entendemos muy bien. Pero hay veces que no lo soporto, como ahora.

Luego estoy yo, adolescente hormonal promedio y normal. Aunque las pocas novias que he tenido piensan que soy guapo, no me considero así, no me gusta alardear. Solo intento ser yo, sin exageraciones. Por eso a Luke le parece graciosa mi poca confianza personal.

—No molestes, empiezo a tener sueño y lo menos que quiero hacer es "entretenerte" —le respondo apagando el televisor y levantándome para estirarme —Vete hablar con otra persona o algo.

—Neh, pereza. Aunque hablando de personas... ¿Y si hacemos una apuesta? —dice lo último en el tono de la música de Frozen, haciendo que me dan ganas de golpearlo.

—¿Y si dejas de joder? —le respondo en el mismo tono.

—No, ya en serio. Hagamos una apuesta.

—¿Cómo de que o qué?

—Consigue que una chica se enamore de ti.

±¿Y yo para qué quiero eso? Y más importante todavía, ¿quién me haría caso a mí? —pregunto.

—Tienes razón, nadie lo haría. Estas bien feo —se ríe con sorna.

—Pedazo de idiota —le lanzo un almohadón.

Se ríe de nuevo y sale corriendo al jardín. Lo persigo sin detenerme a cerrar nada, ya lo hará Maddy después, y llegamos al parque Esthyd. Me le tiro encima y empiezo a rodar con él. Estoy bastante seguro que nos vemos ridículos ahora.

Luego de un rato, me levanto y me sacudo las ropas, quedé bastante puerco en solo cinco minutos. Ayudo a Luke a pararse y hace él mismo procedimiento que yo.

—Ya, en serio ¿Por qué no? —vuelve a preguntar.

—¡Porque no, hombre! —grito —¿Qué no entiendes? Sé que tu cerebro no procesa demasiada información pero no creí que fuera para tanto.

—Imbécil —me dice y me encojo de hombros. —Dame una razón aparentemente buena y lo dejo —me reta con la mirada, como por un minuto entero.

—Eres ridículo, no sé cómo sigues siendo mi mejor amigo. No quiero lastimar a nadie, independientemente de a quien escoja, me odiará cuando sepa que fue una apuesta. Créeme, no quieres una chica enojada detrás de ti. Es suicidio.

Un corazón por sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora