Capítulo 36

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Tenía los dedos acalambrados por tenerlos doblados. Así que, me sorprendió que  hubiera una leve sensación de libertad en medio de todo eso.

Jadeé el aliento por los sollozos.

“Hae-ah.”

Mientras que estaba debajo de la sombra que producía mi antebrazo, el Sr. Tae-rim  levantó hacia arriba su mentón.

“Hae-ah, por qué…”

Y vi, sus ojos volverse negros por el remordimiento. Me aborrecí, a mí mismo en el  momento en que lo traté como una sucia bestia o villano temible. El rostro del Sr.  Cheon Tae-rim que yo conocía era así. Sabía lo que diría. Cuando me preguntara por  qué le tenía miedo, encontraría la respuesta en sí mismo.

“Sr. Tae-rim”

Rápidamente me acerque, estiré los brazos y lo abracé por los hombros, el cuerpo del  Sr. Tae-rim estaba atrapado entre mis piernas. Inclinó la parte superior de su cuerpo  con un peso colgante.

“Est-est-estoy bien…” Dije con la voz cansada.

“No es culpa del Sr. Tae-rim”.  Así que, puse fuerza en mis brazos. Besé su oreja. Abracé el fornido cuerpo del Sr. Taerim, lo más fuerte que pude.

“El Sr. Tae-rim, no es una mala persona… Yo, no es que le tenga miedo al Sr. Tae-rim”.

El Sr. Tae-rim era como un niño, así que con la mano derecha lo consolé en silencio, tal  como a la Alemania rival que se había esforzado. El niño más grande y el más fuerte de  todo el  mundo. Mi Tae-rim, que ahora era más joven que yo.

“Yo… yo estoy bien. Heuk, no estoy lastimado.”

Su aliento se impregnó en mi. Mientras que disminuyó el jadeo de la excitación, sólo  quedó la temperatura de la piel caliente.  En silencio tocó mi mejilla. Deposité mi cabeza en su palma; tocando mis ojos, mejillas y orejas. Él estaba entre mis rodillas y yo estaba siendo aplastado debajo de la parte  superior de su cuerpo.

Eso me agradaba.

“Entonces… ¿quién fue?” Con voz baja preguntó el Sr. Tae-rim.

“Kang Hae-ah, ¿quién te hizo esto?”  La pregunta se mezcló con un sonido ronco.

“Dime por favor, quién te lastimó. ¿Seguiré esperando? ¿por qué finges que no sabes?”

Mis oscuras entrañas hicieron que mi voz se escuchara apagada. Si hubiera  preguntado´¿quién te ha golpeado?’, tenía muchas excusas para responderle. Sin  embargo, la pregunta colocada en vitrina fue ´¿quién te lastimó?’. Solo había una  persona que me haría daño y me haría temblar.

Lo hiciste, Cheon Tae-rim, usted.

Tú y yo nos lastimamos mutuamente. Pero al mismo tiempo, no eras quien eres ahora. Yo tampoco era quien soy ahora.

Froté mi mejilla contra la palma del Sr. Tae-rim sin emitir ningún sonido. Besé su pulgar  y cerré los ojos. Las lágrimas que se habían asomado para empañar la vista cayeron  como lluvia.  ¿Cómo debo decírselo? Diez días después, meses después y años después, me lastimaste. Siempre que trate de arreglar nuestra relación, las cosas se torcieron. Ahora  eso ya no va a pasar, y finjo que no sé, así que no hay nada de lo debe  responsabilizarse…

Al final son solo mis pensamientos  “¿Park Jun-woo hizo esto?”

Inesperadamente apareció su nombre. Sin darme cuenta. abrí mucho los ojos. Se  escuchó un ´Uh’, pero no sabría decir si fue un gemido o una exclamación.

“Uh… ¿Cómo lo sabe?”  Le pregunté:  “Lo puedo oler…, ese miserable, ¿te golpeó?”  La mirada del Sr. Tae-rim se volcó fría. Era diferente a simplemente perder la razón. Con  la mente clara, sentí que él iba a matarlo de inmediato.

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