Sin decir ni una palabra, el Sr. Tae-rim me miró por un momento. Solo así pude ver la pequeña bolsa en su mano.
“Yo, disculpa…”
Llamé de nuevo al Sr. Tae-rim, pero se quedó quieto. Y como si el Sr. Tae-rim fuera un robot al que se le presionó el botón de “reproducir” se movió nuevamente. Abrió la bolsa de papel marrón y sacó un frasco pequeño que contenía la medicina.
Inmediatamente, la mano del Sr. Tae-rim se dirigió hacia mi rostro. Mi cuerpo temblaba, así que cerré los ojos. Apreté fuertemente la mandíbula provocando que mis dientes rechinaran, por lo que colocó sus manos firmemente en la parte posterior del cuello.
“Kang Hae-Ah”. “…” “¿Te sientes bien?”
El Sr. Cheon Tae-rim me consolaba, sin saber cuál era mi problema. Más bien, deseaba que él pensara en mí como un Omega defectuoso a que me sorprendiera sujetándome del cuello.
“…” Ya sea que fue desafortunado o afortunado, El Sr. Tae-rim no hizo ninguna pregunta.
Abrí la tapa del frasco y llevé la medicina a mis labios. Entreabrí un poco mi boca cerrada, como un niño que toma su medicina sabor a fresa para el resfriado, y tome el jarabe.
Apoyé la cabeza en la almohada levantada y el Sr. Tae-rim se levantó de un salto. Luego se dirigió a la terraza y abrió de par en par la gran ventana. El viento otoñal sopló y enfrió mi temperatura corporal.
El Sr. Tae-rim respiró hondo. Me quedé impactado. Ahora estaba claro que mi cuerpo emitía un aroma… lo hizo contener el aliento para no olerlo.
“Pronto estarás bien. Tu y yo…” Dijo dándome la espalda. No esperaba que tuviera razón. Como si me hubieran arrojado a algún río frío, ¿se sentiría así? Mi corazón latía fuerte y mis huesos estaban entumecidos.
Debería haber escuchado a mi hermano. Debí haber rociado algo de perfume. Si no le gusta, ¿lo debe ventilar todo o seguirá oliendo a cuerpos podridos? Incluso si lo hace, ¿no es un olor que va bien conmigo? Apreté la mandíbula con fuerza. Cerré mis labios y rápidamente contuve las lágrimas. Traté de no enamorarme de su amabilidad.
No era el momento de sentir autocompasión. Incluso el Sr. Cheon Tae-rim; que no conoce mis sentimientos, sintió la necesidad de cambiar el tema de la conversación.
Mirando la vista fuera de la terraza, dijo algunas cosas de negocios. Se trataba de datos de investigación, de cómo avanzaba el proyecto, y dijo que quizás tenga que irse de viaje de negocios al extranjero tarde o temprano.
Después de una larga historia, el Sr. Tae-rim me miró. Froté mis manos húmedas sobre la almohada. No quería ofenderlo, pero me avergonzaba y no sabía qué hacer para esconder el aroma de mi cuerpo. Mientras se movía hacia el lado de la cama, el Sr. Taerim se sentó en un asiento vacío.
“No deberías acercarte…” Tragué saliva y se escuchó el sonido fuertemente cuando pasaba por mi garganta.
“Estoy bien… dijeron que los resultados de la investigación del Sr. Tae-rim eran similares a los de una empresa de Chicago. El propósito actual de AOM era también una máquina electrónica. Global es fundamental para comercializarlo como un teléfono móvil, por eso los viajes de negocios son esperados”.
Dije, respirando lo menos posible. Era como si me hubiera convertido en un paciente con problemas de respiración. El Sr. Tae-rim pareció un poco sorprendido por mis palabras más que por mi aroma.
Resultaba extraño que yo, Kang Hae-Ah; un pintor, hablara sobre el trabajo de la empresa de Chicago y de la comercialización. Su reacción fue frustrante, así que tuve que poner excusas. “…estuve leyendo un poco; desde que nos casamos, creo que puedo hacerlo”
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Prueba beta
RomansKang Hae es el miembro más joven de una familia dueña de un conglomerado, contrajo matrimonio por conveniencia con el alfa dominante Cheon Taerim, al confiar en el diagnóstico médico que le indicaba que se expresaría como Omega. Sin embargo, la mani...