Capítulo 50

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De repente, me vino una pesadilla.  

‘No llore, Sr. Tae-rim’.  

Fueron las palabras que me dijo,  “…No llore por favor, Hae-ah”.  

Le respondí de la misma manera.  Me case con un hombre que no sabía a dónde iba e incluso me dijo que había besado a otro hombre, haciendo que mi corazón se hundiera, me había confesado que fue con Si  Eun-cheol, y no con Lim Gun. 

No tenía nada que decir. Viéndome con los labios cerrados,“¿Está enojado?” 

El rostro con el que me preguntaba, se veía bonito. 

“Es simplemente ridículo…” 

“Yo también estoy de acuerdo”. 

Kang Hae-ah era lindo. Era ridículamente, absurdamente, lindo. 

Sin nada que decir, lo sostuve entre mis brazos. Sé que no es normal tratar a un hombre  adulto así, pero fue inevitable. El hombre que tenía frente a mí se sentía  pequeño. Escucharlo llorar entre mis brazos debido a mi, me hizo sentir un dolor ante  mis ojos. 

Mi mano, que estaba calmando su llanto, pronto alcanzó la parte posterior de su  cabeza. Tocando agradablemente su suave cabello, pude sentir un pequeño bulto. Sentí  un miedo repentino. Me pregunté si lo había golpeado por accidente, mientras estaba  tratando de detenerme en el bar. 

“Hae-ah”. 

Con manos temblorosas, apreté el puño y abrí la boca, “No…”  Me bloqueó los labios. Fue un beso, que me presionó como un sello.

Kang Hae-ah no lo sabría, mi corazón caía rendido con cada una de sus acciones y a  veces, incluso mi alma se sentía aliviada.

Ya estaba demasiado fascinado con él y temo  volverme loco. Cuando me acuesto junto a él en la cama, y lo cubro con una manta, ‘Ahora estoy de vuelta’. 

Que incluso me preocupo por este sentimiento… ¿Cómo lo sabes? Kang Hae-ah es posible que no lo sepa. 

Ni siquiera yo lo se. Me alegro extrañamente cuando te veo, siento mucho cuando llora, y cuando sonríes; esa sonrisa no me resulta extraña. 

Pero sin razón me convertí en un monstruo. Kang Hae-ah había sido empapado del olor  de otro Alfa, yo era un monstruo, cuando se acercó a mi pero lo empuje cuando no lo  reconocí. Yo era un monstruo cuando cayó sentado por mi culpa y lo miré  suplicándome, ’No me golpee’. Yo era un monstruo indefenso que fue atraído por una  voz tranquilizadora, que me decía que estaba bien. 

“Hae-ah”. 

Yo era un monstruo en el momento en que encontré cicatrices en todo el cuerpo de  Kang Hae-ah.

“Kang Hae-ah. Por favor…” 

Kang Hae-ah sollozaba acostado boca abajo sobre una sábana que había sido arruinada por los fluidos corporales. En sus hombros, en su pecho, en su cintura y en sus caderas, tenía marcas rojas de manos. El semen y un líquido amoroso fluyeron por su ingle, y los gemidos se filtraban con una voz ronca. 

Mis recuerdos estaban borrosos. Estaba tan emocionado, débilmente recuerdo que  enterró su  cabeza en mi pecho y después de eso todo estaba nublado. Estaba claro que  lo abrace y eyaculé en él, pero el proceso no me vino a la mente. No sé si lo abracé con fuerza, no se si lo golpeé o si lo empujé, o no se porque estaba llorando Kang Hae-ah.  

“Detente… No llores, por favor”. 

Abrace a Kang Hae-ah con mis dos brazos. El cuerpo desnudo al rojo vivo, lo volvía a  abrazar. Kang Hae-ah se acurruco con un pequeño gemido. Se cubrió el  rostro con las  manos y sollozó, por lo que ni siquiera podía ver su expresión. 

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