Capítulo 51

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No me olvidé de él, que se sentó en la sala de espera el día de la boda y dijo ‘Lo haré  muy bien’. Sin embargo, nunca imaginé ni siquiera en sueños que sería tan sincero.  Ahora me pidió que me encontrara con mis padres y almorcemos. 

“Entonces debemos atenderlos, ¡estamos en deuda!”.

Pude ver a Kang Hae-ah saltar de su lugar.  “Uf… solo tiene que llegar a tiempo. Estoy seguro que le gustarán los restaurantes  coreanos”. 

Estaba abrumado por la necesidad de revisar la manga de Kang Hae-ah. Era dudoso si  había algún dispositivo en su manga para que cambiara la expresión de su rostro, como un actor de ópera china. De lo contrario, no podría tararear cuando su expresión  cambió de una desanimada a una animada y diligente, es un truco único de la ópera de Sichuan, es conocido como un tesoro de arte de China.

El bianlian consiste en cambiar  rápidamente de máscaras. El actor gira la cabeza u oculta la cara tras una manga, y en un instante se cambia la máscara, haciendo así una habilidad que cautiva al público. 

Cuando se trata del amo más joven del Grupo Hanseong, pensé que se desharía de sus  empleados, pero no fue así. Incluso si hubiera trabajado por su cuenta sin un editor  profesional, ‘Kang Hae-ah’  habría sido un ícono bastante positivo. Quizás, si lo hubiera  hecho, me hubiera gustado más rápido. 

Por otro lado, que hay de mí, ¿qué opina Kang Hae-ah de mi?… Cuando pienso en ello,  se cambia el tema de esa manera, mi mente se bloquea. Fui yo quien despertó en la  mañana con una rara sensación y dudando si le gustaba. 

Vi a Kang Hae-ah dejando en mi maletín abierto tres novelas que nunca había visto  antes, diciéndome que eran ‘libros para leer en el avión’. 

‘¿En qué estás pensando ahora?’  Quería hacer esa pregunta, así que mi lengua estaba agitada. 

Fue un día agitado, que incluyó una cita para almorzar con mis padres y un vuelo por la  noche. Tuve que pasar por la empresa por la mañana y escuchar el último informe. La  reunión, se había retrasado y terminó relativamente tarde.

Ya eran las 1:20 PM cuando fui al estacionamiento y subí al auto.

Teniendo en cuenta  que la hora prometida del almuerzo era a las 12:30 PM, pensé que mis padres y Kang  Hae-ah ya se habían encontrado y terminado de almorzar. 

Me sentí mal porque parecía haber desperdiciado un día precioso, que no fue suficiente  incluso si me esforcé mucho. Conduje al restaurante a toda prisa, pero para entonces  estaba nervioso. No importa lo mucho que me esforcé, pasar una hora con mis padres  sin lograr entender no fue agradable. Fue difícil ganar el favor de mi padre, aunque mi  madre no lo sabía. Yo también he vivido toda mi vida por ser un hijo del cual debía  enorgullecerse. 

La reunión, a la que me guiaba un empleado, salió una carcajada amistosa. El personal  vestido con Hanbok* abrió la puerta.

“¡Oh, Sr. Tae-rim!”. Mirando hacia abajo pude ver el rostro de Hae-ah sonriendo ampliamente. 

Mi porción de la comida estaba ordenada junto al asiento vacío con un cojín para  sentarme. Kang Hae-ah me llamo como si estuviera dándome la bienvenida. 

“Estas tan ocupado incluso antes de viajar, que vamos a hacer”.  Dijo mi madre, sin borrar su sonrisa. 

“Ven y siéntate”. 

Mi padre rara vez hablaba en voz alta.  Cuando me senté, preso del pánico, Hae-ah pidió una nueva comida caliente. Mi madre  y mi padre continuaron su conversación con una sonrisa. Solo entonces, pude ver una  servilleta y un bolígrafo junto a Kang Hae-ah. 

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