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Capítulo 42

Kang Hae-ah, que estaba atrapado a mí lado, estaba bastante tranquilo. Saludó con una  sonrisa a los ejecutivos del Grupo Hansung, quienes se acercaban sin previo aviso. A pesar de lo difícil, en vez que se vea como alguien forzado, era como un robot;  hablando y teniendo expresiones faciales que se percibió como tal.

‘De alguna manera, pensé que era muy agradable.’

Me alivie de la vergüenza con una broma.

Cuando salió del salón de bodas y se dirigió a la sala de espera, pude sentir que los ojos  de los demás se dirigían a Kang Hae-ah.

Tanto los hombres como las mujeres Alfas  quienes lo miraban furtivamente, era tan molesto. Hasta cierto punto mis nervios se  volvieron sensibles y por otro lado, en forma de una línea sobre mi piel pude sentir un  hormigueo.

Kang Hae-ah se sentó en el sofá de la sala de espera.

Un rostro sonriente se reveló  cuando levantó el velo.  “¿Por qué sonríes?”

Su rostro lentamente se volvió sombrío. Lo coloqué frente a mí, no tenía idea de si  estaba despierto o dormido, y busqué entre las maletas del equipaje que estaban en la sala de espera. Abrí todas las maletas y encontré los estabilizadores. Tomé un estuche  de cuero y se rompió la cremallera.

Cuando mire hacia abajo, Kang Hae-ah parecía estar en blanco.

Deslice la cremallera rota del maletín.

Sentado al lado de Kang Hae-ah, le levanté el saco y la camisa, enrollé la ropa para  poder ver su antebrazo y le puse una inyección. Era incómodo inyectar el tranquilizante en el brazo a otra persona, que solamente mi madre lo había hecho por mi.

Mientras presionaba el algodón con desinfectante contra su antebrazo, observe al gentil Kang Hae-ah. En momentos como este, ser Omega era muy conveniente, a pesar de tener un temperamento muy tranquilo, no hay forma de escapar de ponerse estabilizadores o inhibidores… Sé que mi madre se enojaría si me hubiera escuchado. Le  hubiera disgustado, que un hombre hiciera este trabajo tan simple.

El presidente Kang Joon-il, Kang Il-hae, Kang Hae-in y Kang Mi-hae vinieron a la sala de espera uno tras otro. Eran los rostros de Grupo Hansung; rostros muy difíciles de reunir  en un solo lugar. Fue así que pude ver el inusual afecto que había escuchado por el más  joven de Kang Hae-ah.

Kang Hae-ah me decía repetidamente que estaba bien, mientras que su hermano mayor  y sus hermanas pasaban a verlo rápidamente.

A su familia parecía no darle importancia a su misteriosa expresión.

No creo que sea porque sepan algo extraño del hermano menor. Debieron haber tenido  este tipo de situaciones antes.

“No se preocupe, yo me ocuparé del Hae-ah. En su lugar, nos saltaremos la recepción, porque tendremos que pasar por el hospital antes del viaje”.

Cuando la situación estaba aclarada, Kang Il-hae dijo ‘Pero’, y luego solo abrió la boca  como si se hubiera arrepentido.

“El niño no se enferma con facilidad”.

La vicepresidenta Kang Hae-in estaba más tranquila que él.

“Lo más importante es no tener un accidente. A juzgar por el ambiente actual, creo que todos los miembros de la Asamblea Nacional ahora están afuera.

¿Acaso la fiesta de recepción es para los miembros de nuestra familia?”

En cualquier familia, las hijas mayores son iguales. En particular, las hijas mayores de  empresarios, tienen su fuerza propia. La conversación terminó rápidamente cuando  Kang Hae-in, la mayor de las hermanas dio por solucionada la situación.