Capítulo 30

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De cualquier manera, lo bueno es bueno. Y pensando de esa manera, Hye-rim noona  tenía razón. Pensé que debía pedir disculpas, pagar por el tratamiento médico e ir a la  ceremonia de apertura y mostrar mi cara. ‘Esta bien, pasaré por ahí’, pero al intentar  responder detuve mi dedo.

‘No…’

Tengo 26 años y no soy el mismo Kang Hae-ah, ahora tengo 32 años y he pasado por  todo tipo de dificultades. ‘Porque lo bueno es bueno, pero solo puede pasarle a un tipo  bueno ¿por qué debería ir ahí? No es como si mi querido Sr. Tae-rim no pudiera hacer  algo.’

Claro que la violencia está mal, pero el Sr. Tae-rim tenía una buena razón y esa era yo.

Me aparecieron pensamientos y el calor se me subió hacia la cabeza. Si fuera  simplemente el Kang Hae-ah de antes le habría sonreído y dejado pasar, pero este Kang  Hae-ah era diferente. Ya no era sólo Kang Hae-ah, era Kang Hae-ah; el esposo del Sr.  Cheon Tae-rim. Si me disculpaba era como si el Sr. Tae-rim se disculpara.

Además, postear en internet era super fácil y sencillo, así que me pregunté en qué  pagina iban a publicarlo. ¿Van a presentar una petición nacional? O, la publicaran en  Namcho Comunity  o en Cafe. Para ese punto, un reporte policial significaba que ya debían darse por vencidos.

No tendrían la confianza para competir legalmente y, aparentemente, tenía la intención  de empañar la imagen de la compañía del Sr. Tae-rim y de la familia del fiscal.

‘¿Por qué debería tratarlos amablemente?’

Tenía una presión en la frente. Mientras fruncía las cejas y me mordía los labios, leí el  mensaje de Hye-rim noona. Lo que me hizo preguntarme sobre la información de la  galería que estaba escrita en el cartel de la exhibición.

“Chofer Oh ¿está ahí afuera?“

Grite.

“Sí, ¿me llamo?”

No mucho después, el chofer Oh respondió.

Podía escuchar los pasos acercándose a la puerta, sin embargo el chofer Oh me dio una  respuesta para no interrumpirme entrando.

Estire el cuello

“¿Podría echarle un vistazo a esto un momento?”

Como si estuviera esperando que le diera permiso, entró. Detrás de él, Ok-hye lo seguía  con un plato de fruta. Le entregue mi teléfono celular a ambas personas. La pantalla se  abrió en el mapa de‘Encontrando ruta’ con el máximo brillo.

“¿Aquí? ¿Quién dirige la ‘Galería Bomkary’? Este. ¿Está ahí? ¿Es de la gran noona?”

“No, no. El edificio de la vicepresidenta es completamente diferente. Nunca he  escuchado de Bomkary antes…”

Ok-hye inclinó la cabeza mientras el chofer Oh miraba la pantalla con más pasión  que  (cuando ves) algún artículo lujoso. Ambas personas sostenían el celular entre sus manos  como si fueran detectives. Ambos entrecerraron los ojos y al mismo tiempo que  estaban ocupados mirando la pantalla. Fingí indiferencia, tome una fresa con el tenedor  y la puse en mi boca.

“Uh, creo que lo debo haber llevado a este lugar en febrero”  Dijo el chofer Oh. Febrero, en febrero tenía 26 años… recuerdo claramente ese  momento, pero no me servía de nada.  Cuando tenía 26 años, Kang Hae-ah, no tenía ningún vínculo con esta familia. Y a mis 30,  no sabía que estaba seriamente enfermo, que me convertiría en alguien con Trastorno  de la Personalidad por Evitación, Jak-eun noona me dijo ‘sé el pequeño niño de noona y  date una vuelta’ por lo que en febrero había visitado galerías de los alrededores del  centro de Seúl.

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