Capítulo 27

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Desearía que el Sr. Tae-rim dejará todo eso atrás. Porque me gustas, está bien si  enfermo, está bien si sangro, incluso si llego a estar en el hospital, así que deseo que  dejes todo atrás, liberes mi deseo sexual y te envuelvas en mí.

Porque me gustas  puedes maldecirme por comportarme de manera tan sucia, porque me gustas puedes sentir remordimiento si eso te da alivio, porque me gustas incluso puedes odiarlo, puedes…

“No quiero esto…”

No. No quería. No quería derramar ningún líquido extraño en el asiento del pasajero  mientras pensaba en esto. Imaginaba lamer esa polla y a la vez secretamente correrme,  odiaba imaginar su polla, chupando su polla, tragando semen secretamente. No, no  quiero… Las lágrimas brotaron.

“…Hae-ah”

Lentamente, el Sr. Tae-rim me sostuvo de las dos mejillas y las presionó. Mire su rostro volverse un desastre en solo un momento, sacó un pañuelo color azul marino de su bolsillo trasero y me dio la impresión de querer limpiarlo.

Más relajado, lo miré al rostro. Sentí su mano extendiéndose para limpiar las lágrimas que se esparcieron por los párpados, mejillas y el mentón.

Una vergüenza tardía me invadió y se reflejó mis mejillas.

“Gra… Gracias por venir a recogerme hoy”  Tartamudeando, lo pensé dos veces para expresar mi agradecimiento. La expresión del Sr. Tae-rim cambió sutilmente por las palabras que escupí con una voz ronca. Lucía un  poco desconcertado.

Lo mire directamente a los ojos, me enfrento la mirada como si yo fuera una persona  extraña. Y dije.

“Bueno, yo… me quedaré en el otro edificio, tengo trabajo que hacer. Disculpe, Sr. Taerim…

Oh, suba arriba y descanse bien…, estaré en mi estudio… por favor no venga”

Me puse nervioso y lo empujé hacia atrás. No por quería aparentar ser fuerte, sino  porque estaba incómodo, empuje al Sr. Tae-rim un poco contra el asiento del conductor. Mientras salía del asiento del pasajero, la parte inferior de mi pierna se  tambaleaba.

En contra de mi voluntad mi pene se levantó dentro de los pantalones que  vestía. Y fue así como escape. Escape tambaleándome hacia el otro edificio donde las luces estaban apagadas. Si alguien lo hubiera visto, habría declarado que era un criminal por acosarlo sexualmente.

Llegué apresurado al estudio de trabajo, la noche no estaba muy fresca. Todavía  reinaba el silencio en la oscuridad por todo el lugar, en lo alto de la pared había pinturas de nubes y lienzos de bayas trabajados; y en las mesas, bosquejos desplegados a medio hacer.

La evidencia del trabajo abarrotaba toda la habitación. Arrastré las piernas adormecidas y me acosté en el sofá. Ni siquiera tenía la fuerza para encender las luces. La parte baja de mi espalda estaba helada.

El ambiente debía comenzar a ponerse un poco más cálido. Pero de manera diferente a lo que pensé, el frío del sofá de cuero no desaparecía fácilmente. Al contrario, la fría  brisa nocturna parecía estar penetrando en mi piel. Me sentí deprimido de inmediato.

Cerré los ojos y me obligue a dormir. Para cuando el Sr. Tae-rim estaba dormido en el  dormitorio de matrimonio, iba a entrar sigilosamente en secreto y lavarme. Y quedarme en la cama de la habitación de invitados.

Debería dormir un poco. No sabía qué tipo de tonterías saldrían de mi boca si me  encontrara con él ahora, con este humor inquieto.

Un desliz de la lengua es lo peor, porque una vez que lo escupes, no puedes volver a  arreglarlo. Así como me gustaba más la pintura al óleo que la acuarela, si se usa bien el aceite, puede aplicarse dos o tres veces, en cambio si se dibuja mal, simplemente debe  detenerse, borrarlo o arrancarlo.

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