Prueba beta

Extra 13

Mientras tomaba el volante y se dirigía al hospital por un atajo, Oh Gun-min escuchó un  extraño sonido de ‘tung, tung’. Cuando miraba el movimiento a través del espejo  retrovisor, podía encontrar la fuente del sonido de forma inesperada y en Cheon Taerim, cuya tez era casi gris. Cada vez cerraba la boca con fuerza porque no podía superar su ansiedad, sus muelas chocaban y hacían ruido. 

Tae-rim no era consciente de su mal hábito. Esto se debía a que este incidente, que era  completamente diferente al de la prueba Beta, paralizaba su racionalidad. 

Hacía tres meses que Si Eun-cheol había sido sacado a la fuerza y hospitalizado. Apartó a su amigo, que mostraba signos de enfado y decepción. Incluso le dio una recompensa por vacaciones pagas. Aún así, impidió que Hae-ah se reuniera con él por todos los medios, pero Hae-ah lo visitó. 

‘No…’ 

Tae-rim negó con la cabeza en silencio. Tal vez las cosas iban en una dirección más  equivocada que en las pruebas. 

Si Eun-cheol fue hospitalizado con el objetivo de aliviar los síntomas de la impresión unilateral, pero no pudo ‘curarse completamente’ aunque sólo se tratara de  “relajación”. En primer lugar, la impresión era un síntoma ambiguo que no puede  resolverse con cirugía o tratamiento.

Incluso los principales médicos del mundo  académico no podían decir si los síntomas de la impresión eran causados por reacciones físicas o empezaban con una enfermedad mental. 

Si Eun-cheol, el amigo más antiguo de Cheon Tae-rim y su jefe de personal, admitió que hacía mucho tiempo que se había impreso en él. Entonces aceptó ser ingresado en el hospital para aliviar la ansiedad. Se enteró de que su estado mejoró hace un mes, pero  ayer tuvo que visitar el hospital con urgencia porque le informaron que había causado molestias desde la mañana. 

Sin embargo, Tae-rim comprobó algunos documentos necesarios y completó el pago de los bienes dañados, pero ni siquiera entró en la sala donde se encontraba su amigo. Se trataba de Si Eun-chul, que está recibiendo tratamiento psicológico con medicamentos. 

Lo más importante para aliviar los síntomas era alejarse de la huella y soportar la  condición. 

No importaba las llamadas que recibiera, Tae-rim no visitaba a su amigo en el hospital.

Estaba tan apenado que sólo envió un regalo por medio del Secretario Yoon. 

‘Secretario Yoon…’ 

Tal vez Hae-ah conocía la existencia de Si Eun-cheol a través de él.

En lugar de culpar al diligente secretario más joven, Tae-rim optó por culparse a sí  mismo. Pensó que era algo fácil, por eso fue demasiado descuidado. Hae-ah le creyó,  siguió su petición y se rió de su confesión, así que pensó que podía moverlo como  quisiera. Aunque sabía que era una persona solitaria, ansiosa y desconfiada. 

Sobre todo, le preocupaba la reacción de Si Eun-cheol. Era obvio, sólo con ver la prueba, que odiaría a Kang Hae-ah. Estaba nervioso por cómo reaccionaría si se enfrentaba a él  en un estado de agitación mental. 

Ayer, Si Eun-cheol rompió una silla y una ventana. Si se encontraba con Hae-ah, y descubre quién es, no sabía qué pasaría entonces. 

En cuanto llegó al hospital, Tae-rim se movió casi como un rayo. Subió rápidamente al octavo piso, se paró en el mostrador y se dirigió a un bullicioso grupo de enfermeras. 

“¿Dónde está el paciente 802?” 

Al mismo tiempo que hace la pregunta, la enfermera casi tuvo que correr, para  perseguir a Tae-rim hasta la habitación del hospital.