Zulema miraba por encima de su vaso, buscando entre la multitud de cuerpos a uno en concreto. Era el segundo local en el que estaban esta noche, y aún no le había visto. Se estaba cansando de aquellos niñatos. Ella ya no se divertía sólo balando y bebiendo. Tampoco veía un gran interés en mostrar lo bien que le quedaba la ropa de diseñador, ni los zapatos caros. Ella quería dar el paso al nivel superior. Quería joyas caras, trajes de noche, mercadillos benéficos, fines de semana en la sierra, vacaciones en paraísos tropicales, ... y eso sólo se lo podía dar un marido rico, que no controlara sus gastos y que la consintiera. Pero ella no quería un viejo divorciado, o un uno joven que viviera de la fortuna de papá. Zulema quería conseguir el unicornio blanco de los maridos, y ese era Gabriel. Joven, guapo, con dinero, que se mueve entre los círculos selectos, y disponible. ¿Había mencionado que era guapo?, sí, Gabriel era sexo dentro de unos Hugo Boss. Las amigas de su madre, habían hablado de él cuando creían que nadie las escuchaba. Esas viejas babeaban con solo mirarle. Pero ella era joven, de buena familia, bien educada, y sobre todo, guapa. Tenía todo lo que un hombre como Gabriel buscaría en una esposa.
- No está aquí.-
La voz de Daniel la hizo girarse.
- ¿Quién no está aquí?.-
- No hace falta que te hagas la inocente conmigo, sé a quién buscas, y no está aquí. Mi hermano aún no ha llegado.-
- No sé a qué te refieres.-
Daniel sacudió la cabeza y sonrió pícaramente.
- Vale, como tú quieras.-
- ¡Espera!.-
Daniel sintió los dedos de Zulema envolverse en su brazo.
- Yo solo quiero pasar algo de tiempo con él.-
- Mi hermano no es de los que se casa, Zulema. Y no creo que tú estés interesada en otra cosa.-
- De eso ya me preocuparé yo.-
- No lo dudo.-
- ¿Sabes dónde puedo encontrarle?.-
- Mañana domingo, estará en los palcos del Real Madrid durante el partido.-
- Gracias.-
- No me las des.-
- ¿Porqué me ayudas?.-
- ¿Curiosidad?. Quiero ver a donde lleva esto.-
Zulema meditó unos minutos, buscando en su cabeza la manera de acercarse allí con una buena excusa. Todo el mundo sabía que en los palcos de los directivos, se gestaban grandes negocios. Sí, Gabriel se codeaba con los más importantes, tenía que reconocerlo, el hombre sabía moverse en esos círculos.
Estaba a punto de salir del local, cuando un pelo familiar caminó delante de ella. Jimena, y a su espalda iba Gabriel. La muy espabilada ya había hecho su movimiento. Pero eso no la preocupaba, ella era más lista y tenía un objetivo que alcanzar.
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La segunda parte estará en breve, lo prometo.
Agradezco sus votos, los adoro. GRACIAS.
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Un ángel de alas negras
RomanceLa madre de Jimena la dio todo el amor, la protegió, pero solo pudo hacerlo hasta que un desconocido se llevó su vida. A los 14 años, se vio acosada por una familia que la rechazaba por falta de "pedigrí". Nadie la ayudó, hasta que llegó su tía abue...