✨️CAPITULO 1

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CAPÍTULO 1.

Aurora:

Ajusto mis botas y amarro la chaqueta de cuero negro antes de tomar la llave de mi motocicleta y el casco al mismo tiempo que tomo el rifle de asalto sobre la cama.

Sebastián me espera con su hombro recostado en la puerta de mi habitación sin decir una palabra y me sigue cuando paso a su lado, saliendo hacia el pasillo.

—¿Van a salir muchachos? —Pregunta el tío Lorenzo apareciendo de repente desde dentro de la biblioteca.

—¡Si!. —Respondo con simpleza y enarca una ceja sonriendo cuándo mira el rifle que llevo atravesado tras la espalda.

—Bien... que se diviertan y no se metan en muchos problemas.— Dice y blanqueo los ojos antes de seguir mi camino.

—¡Oigan Chicos...! —Volteo cuando lo escucho llamarnos.

—¿Han visto a Iván? No lo he visto desde ayer y no responde su teléfono.— Pregunta alzando una ceja y niego.

—Supe que tenía una cita con una chica pelirroja anoche. — respondo encogiendo un hombro— Quizás... ya sabes... se quedo "dormido". —Digo dibujando comillas en el aire,
haciendo que el niegue blanqueando los ojos y asienta.

—Si... bueno, Si lo ven díganle que lo estoy buscando.

Volteo y salgo de la casa acompañada de mi hermano que me mira por el rabillo del ojo.

—¿No le dirás?

—¿Para que? ¡Armaran todo un alboroto! —Respondo montándome sobre mi motocicleta.

No puedo decirle a mi tío, que su hijo de diecisiete años se metió en un lío con las pandillas de "la calle 19" por apostar el auto de su padre en las carreras clandestinas, Auto que no quiso entregar cuando perdió la carrera y ahora lo tienen secuestrado en una de las bodegas, donde distribuyen su porquería.

Maldita sea, eso me pasa por dejarlo acompañarme, sabiendo que Iván es un maldito imán para los problemas con esa boca que se carga. La única forma de tenerlo callado es cuando está frente a una computadora. No se que mierda intentaba demostrar haciendo esto, ahora somos mi hermano y yo quien debemos limpiar el desaste. Pero como dice papá... familia es familia, no se elije... te toca.

— ¿Enserio? ¿Usaras la Ducati?— Pregunta Sebastián alzando una ceja.

—A menos que pienses ir en helicóptero, si.—Digo juntando el ceño.

—Creí que la idea era no llamar la atención. —Se queja.

Y pensándolo mejor, tiene razón.
Probablemente la gente se alarmara de ver a una chica montada en una motocicleta, con un rifle atravesado en su espalda.

—¡Bien!. —Respondo de mala gana, alejándome de la motocicleta y caminando en dirección a su Audi negro de dos puertas.

Subo al asiento del acompañante y Sebastián no tarda en montarse en el lado del conductor.




Pocos minutos mas tarde nos adentramos en las calles de Nueva York, a hora de la tarde, normalmente están infestadas de gente, pero cuanto más nos acercamos a la zona marginal y peligrosa de la ciudad, la visibilidad de personas comienza a escasear hasta que sólo quedan los indigentes y los delincuentes que merodean en busca de su próxima víctima.

—Si claro. Porque traer tu exclusivo deportivo aquí, es mucho más discreto. —Me burlo señalando a los pandilleros que no dejan de observar el coche de Sebas a medida que nos adentramos más en la zona de las fábricas abandonadas.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora