✨️CAPITULO 11

1.9K 158 20
                                    

CAPÍTULO 11.

Alex:

—¿¡Como diablos pasó!? ¿Como demonios terminamos en medio de una masacre en lugar de un operativo de incautación?-Grita el capitán, mientras golpea la mesa frente a él con su mano una y otra vez.

Han pasado dos días desde el operativo fallido, donde los italianos acabaron con toda la maldita bodega y el jefe no ha parado de maldecir y quejarse de lo ocurrido, aún más cuando una segunda bodega de la que no teníamos conocimiento tambien estallo la misma noche pocas horas después.

Me siento en la silla frente a él y apoyo los pies sobre el escritorio, esperando que se le pase la pataleta. Tomas pasa a mi lado y me empuja quitando mis pies haciendo que blanquee los ojos cuando me da una mirada de advertencia, antes de sentarse a mi derecha.

—¡Rossi! ¿como diablos dejaste escapar a esa maldita mujer? -Me acusa mi jefe y me enderezó en mi asiento.

—¡No podía detenerla! ¡Si lo hacía toda la maldita operación para capturar a su padre se iría por un caño! —Me defiendo.

—¿Se trata de eso o hay algo mas?-Dice y noto el tono acusatorio en sus palabras.

—¡No se de que esta hablado! ¡Estoy haciendo justo lo que me ordeno que haga! —Me quejo.

El capitán bufa y pasa las manos por su cabello antes de reclinar hacia atrás en su asiento.

—Bien... eso espero ¿Cómo vas con eso? ¿Te has acercado? ¿Hay novedades? —Indaga masajeando sus cienes.

Por mi parte, cruzo los brazos sobre mi pecho y aprieto los dientes antes de responder, porque a decir verdad no es mucho lo que tengo hasta el momento. No he sabido nada de Aurora desde la última vez que la vi en la bodega, donde dejo en claro que es una mujer de cuidado y que no es para nada estupida como el capitan Miller cree.

—No. No sé a comunicado ni responde a mis mensajes.— Respondo a regañadientes.

— ¡Asesino a sangre fría al maldito jefe de una pandilla, otra vez! ¡Mato a quince hombres y voló una de nuestras tanquetas!
¡Estoy empezando a creer que esa maldita mujer es peor que su padre!- Se queja.

—¡Le recuerdo que los muertos eran pandilleros y asesinos! —Digo y no sé porque siento la necesidad de defenderla, cuando obviamente mi jefe tiene razón en decir que es una asesina.

—¿Te escuchas Rossi? ¡Eran personas! —Refuta con la mirada fija en mí.— ¡Me importa un carajo si eran pandilleros o niñas exploradores. ¡Nuestro trabajo es proteger y servir, nuestro trabajo es apresar a los delincuentes! ¡No juzgamos, solo hacemos que se cumpla la ley! ¡No somos malditos mercenarios!-
Grita y ni Tomas ni yo decimos nada.

—¡Tenemos que apresurar lo del diablo! Tienes esta semana para ganarte a la chica o si no estás fuera.—Advierte.

—¡Ahora lárguense de aquí! ¡Que tengo una maldita conferencia de prensa en la mañana y tengo que pensar en cómo carajos voy a justificar la mierda en la que se convirtió nuestro operativo!

Salgo de la oficina dando un portazo, y miro la hora en mi reloj ¡Son ya las once de la noche y siento que no voy a poder pegar un ojo en toda la jodida noche! Con la presión que tengo del maldito trabajo sobre mis hombros.

Y menos aún cuando mi mente reproduce una y otra vez la escena que no debería recordar, pero aun así no sale de mi cabeza.

El sabor a cereza de sus labios sobres los míos, sus piernas rodeando mi cintura mientras la apretaba contra la pared...—Mierda—casi me corro en los putos pantalones como un adolescente precoz.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora