✨️CAPITULO 49

1.7K 153 31
                                    

CAPÍTULO 49.

Amelia:

Pago y tomo la bolsa de papel que me extiende la chica en la barra y salgo del café, acompañada por mi pequeño terremoto que no se despegan de mi lado, desde lo que paso con su hermana. Ambos caminamos en silencio hacia el coche estacionado al otro lado de la calle y cuando llegamos, me detengo y me giro hacia el cuandi noto que recorre toda el area con la mirada, como si esperara que alguien saliese de la nada y nos atacara en cualquier instante.

—Sebas, cariño... no tienes que escoltarme día y noche. Nada va a pasarme. —Hablo frotando su brazo con cariño.

Esta última semana, si su padre no está cerca, no me ha dejado ni un momento sola. Ni siquiera cuando están los escoltas, a menos de que Román, Matt o Adriano estén cerca, no se aparta.

—Eso es lo que decía Aurora, madre. —Responde tras hacer una larga pausa.

Suspiro y recorro su rostro con la mirada y tuerto los labios en una mueca triste, cuando veo el dolor en la frase y la tristeza en sus ojos, ante la mansión de su hermana. Sebastian y Aurora han sido demasiado únicos. Todo lo hacen prácticamente juntos y ambos se cuidan y se protegen mutuamente, aunque Sebastian tiende a olvidar que Aurora es la mayor y en ocasiones la sobreprotege. Así que no me extrañaría que se sintiese culpable por no haber podido evitar lo que paso.

Me acerco y lo abrazo con fuerza, y aunque se que el contacto físico no es lo suyo, de todas formas corresponde, rodeándome con sus brazos y tras unos momentos carraspea, y besa la parte superior de mi cabeza antes de enderezarse, y abrirme la puerta del acompañante del coche, para que suba. Sonrió por el gesto, y me acomodo en el asiento del acompañante.

Lo veo rodear el auto hacia el lado del conductor y vuelvo sonreír, cuando lo detallo y veo lo mucho que ha crecido mi pequeño. Es casi tan alto como su papá, tiene el mismo cabello azabache que él, aunque sus ojos son el rasgo más exótico y característico por tener heterocromia. Lo veo sacar la pistola de su cinturón antes de montarse en el coche y dejarla sobre sus piernas, cuando enciende el motor y ruedo los ojos. Pese a que no siempre se lleva bien con su padre, se parece más a él de lo que cree. Ya es todo un hombre, y pese a su condición mental, es un chico adorable y amable, pero estoy segura que pese a eso, puede llegar a ser el hombre más peligroso de toda la organización, si no buscamos la manera de canalizar y controlar sus ataques de ira. -Aunque... -Una idea pasa por mi mente, pero la aparto para otro momento, cuando el coche se detiene frente a las puertas de la clínica, y me apresuró a salir del coche mientras me dirijo a la puerta principal.

Los soldados en la entrada saludan cuando paso a su lado y correspondo con un asentimiento mientras sigo caminando por los pasillos, Sebas me sigue pasos más atrás y estoy a punto de subir al ascensor cuando las puertas se abren dando paso a un hombre que baja apresurado y sin querer, me atropella empujándome hacia la pared, haciendo que la bolsa en mis manos casi se me caiga de las manos, mientras sigue su camino.

—Lo siento, no lo vi yo...

Intento disculparme, pero las palabras quedan a medias cuando mi hijo toma al hombre por el cuello y lo estampa contra la pared con violencia.

—Sebas... —Lo llamo, aunque no le quita la mirada al hombre que ahora está pálido. —Cariño... fue un accidente. —Explico apoyando mi mano sobre su brazo.

Y tras unos instantes de tension, me da una mirada de soslayo y suelta su agarre empujando de mala gana al sujeto hacia un lado.

—¡Fíjate por donde mierda caminas! —Gruñe al hombre que asiente repetidas veces y sale disparado por el corredor mientras que Sebastián pasa su brazo por encima de mis hombros y me guia detro el ascensor.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora