Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"

✨️CAPITULO 36

CAPÍTULO 36.

Aurora:

Salto en mi sitio y me siento de golpe en la cama mientras llevo la mano a la cabeza cuando siento un mareo y una punzada que me abre en dos la cabeza.

—Al fin despiertas. ¿Como te sientes principessa? —pregunta el hombre frente a mí y frunzo el ceño cuando lo recorro con la mirada.

Tiene la camisa abierta hasta el pecho, los moretones cubren gran parte de su cara y sus nudillos están rojos, mientras sus dedos sostienen el vaso de whisky en su mano.

—¿Me... drogaste? —Pregunto lo obvio, y mi voz suena más a reproche que a otra cosa.

—¡Fue necesario! Lo que hiciste allá...

—¿Donde esta Alex? —Lo interrumpo poniéndome de pie, pese a que aun estoy aturdida.

—¿Qué más da..? El ya no será una amenaza para nosotros. —Afirma y paso saliva clavando la mirada en sus ojos idénticos a los míos.

—¿Donde diablos esta? —Alzo la voz y el frunce el ceño mirándome como si me hubiese vuelto loca.

—¡Ese traidor, esta donde debe estar! —Espeta poniéndose de pie y da un paso intentando acariciar mi mejilla, pero retrocedo evitando que me toque.

La forma en la que me mira en ese momento, con la mirada abatida y el rostro cansado me duele, pero más me duele pensar en la posibilidad de que Alex esté...

—Dime padre... ¿lo mataste? —Pregunto tratando de pasar el nudo que se forma en mi garganta. Pero que no responda solo altera más mis nervios, logrando que mi respiración se vuelva más agitada y que las manos me suden.

«¡Lo mataron... por mi culpa lo mataron! »

—Estaba tan preocupado por ti... —Susurra mirándome con la cabeza inclinada a un lado.

—¿Donde esta?... —Exijo y el frunce el ceño mientras su mandíbula se tensa.

—¿Qué diablos hizo contigo? ¿Como fue que te puso en mi contra? —Pregunta con el ceño fruncido y alzó el mentón sosteniéndole la mirada.

—¡Él no me puso en contra de nadie! ¡Lo único que ha hecho es protegerme y de no ser por el estaría muerta! Alex es el hombre que...

—Es un maldito traidor, que ha filtrado información sobre nosotros al maldito FBI. —Grita golpeando el vaso sobre la mesa junto a mí cama.

—Si el es un traidor... ¿entonces eso a mí en que me convierte? —Farfullo furiosa.

—¡Yo hice exactamente lo mismo cuando active el rastreador! ¡Por mi culpa destruyeron lo único que le quedaba de su familia! El me protegió y curo mis heridas y... ¿yo que hice...? ¡Lo traicione! ¡Yo También soy una maldita traidora! —Grito y mi padre da un paso atrás, antes de voltearse hacia la salida.

—No te reconozco Aurora...—Habla sin ocultar el tono molesto y decepcionado, al cual no estoy acostumbrada. —Tú no eres la Aurora que yo conozco.

Sus palabras duelen, porque no estoy acostumbrada a recibir otra cosa que no sean mimos y atenciones por parte de mi padre, siempre he sido su princesa y hasta ahora me he esforzado por no deseocionarlo. Lo amo, y entiendo que se haya preocupado, pero no me disculpare por estar enamorada.

—Talvez jamás me conociste de verdad. —Murmuro y el me mira con tanto dolor y decepción en sus ojos, que me oprime el pecho, pero me obligo a contener las lágrimas.

—¿Que diablos paso contigo...? —Murmura incrédulo.

—Lo siento padre, pero solo estoy siendo sincera. ¡Tú me enseñaste que, ante todo, están las personas a quienes amamos... y yo lo amo a él! —Finalizo y abre la puerta para largarse molesto, pero se detiene cuando vuelvo a hablar.