✨️CAPÍTULO 40

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CAPÍTULO 40.

Alex:

Bostezo aun con los ojos cerrados, recordando la noche anterior, el sabor de sus labios, la suavidad de su piel, el aroma de su pelo, mis manos sujetando sus muslos mientras la embestía como un animal. Extiendo mis brazos con pereza, pero...

—¿Pero que mierda? —Gruño tan pronto abro los ojos y veo el metal de las esposas, rodeando mi muñeca, y sujetando mi brazo al respaldo de la cama. Inmediatamente recorro la habitación en busca de Aurora, pero no está. Sus pertenencias aún están aqui, pero no hay rastro de ella.

—¡Mierda! ¡Carajo! ¡No! —Jalo el brazo intentando quitarme las ataduras.

Mi mente viaja a mil kilómetros por hora, imaginando miles de escenarios catastróficos. Si alguien entró aquí y se la llevo mientras dormía...

—Buenos días... —Susurra de pronto, una voz bajo el umbral de la puerta y clavo la mirada sobre la mujer que aparece envuelta en una bata de seda negra, que apenas le llega hasta la mitad de los muslos.

Vuelvo a mirar mi muñeca esposada y suelto un suspiro de alivio mientras dejo caer mi espalda contra la almohada y niego divertido, al percatarme de que nada le ha pasado y que solo es Aurora desquitándose por lo de la cabaña.

«Ya se había tardado.»

—¡Mierda princesa, casi me da un jodido infarto. ¡Pensé que alguien te habia raptado!

Ella sonríe y me enderezó cuando noto que lleva la mano a la cinta que rodea la cintura de su albornoz cerrado. La recorro con la mirada y no logro encontrar palabras para explicar lo que es la mujer que tengo enfrente.

Lleva el cabello suelto que le llega hasta las caderas, pero que recae sobre su hombro derecho, cuando me mira con la cabeza de lado. La seda del albornoz se ajusta a su cintura, mientras me sonríe con malicia y juega con la cinta que rodea su cintura, hasta que esta se abre y muestra lo que hay debajo, dejando caer la tela por sus hombros hasta el suelo. Paso saliva cuando la recorro, sintiendo que el corazón se me va a salir del pecho.

Lleva un corset rojo de tiras negras que se ajusta a su estrecha cintura, el portaligas negro sostiene las bragas de encaje a juego con las medias. El sonido de la música me espabila cuando noto que es ella quien acaba de encender el estéreo sobre la mesa junto a la entrada de la habitación. Me sonríe con malicia mientras sin apartar los ojos de mi comienza a balancear sus caderas al ritmo de la música.

«¡Mierda! Me está haciendo un maldito baile.»

Se ve jodidamente sexy y mi miembro se sacude entre mis piernas con las ganas de follarla.
Camina hacia mí aun moviendo sus caderas y levanta su cabello dejando al descubierto su perfecto cuello, la recorro hasta la clavícula y sigo bajando la mirada hasta sus pechos.

Ella sonríe y se voltea meneando el culo como una bailarina profesional, mientras juega con sus manos recorriéndose a sí misma, ni siquiera puedo abrir la boca para decir nada, cuando caigo con lentitud en el hechizo de su belleza, vuelve a girarse y que camine hacia mí con lentitud en medio del baile, solo hace que mi polla se hinche más con la necesidad insostenible de estar dentro de ella.

—Princesa... ven aquí. —Digo con voz ronca, mientras palmeo con mi mano libre el lugar vacío a mi lado.

Pero niega traviesa, con una sonrisa, mientras sigue con su baile, deslizando sus manos por su cintura hasta sus pechos. Se toca y estruja con ganas, hasta que sube su mano por su cuello echando la cabeza hacia atrás.

Sus caderas llevan un ritmo lento e hipnótico mientras Two feet, suena con love is a bitch de fondo. Se gira levantando su cabello con las manos, dejándome a la vista su perfecto culo enfundado en las mini bragas, mientras se balancea retrocediendo hasta volver a girarse acercándose a mí y me quito la sabana que cubre mi cuerpo, alzó las cejas al notar que estoy desnudo y vuelvo la mirada a ella que ensancha su sonrisa.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora