Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"

✨️CAPITULO 18

CAPÍTULO 18.

Alex:

Los dedos de Aurora envuelven los míos y una extraña sensación de calidez me llena, cuando veo su mano sujetando la mía mientras salimos del Blood Hell.
El cielo parece que se está cayendo con la tempestad que azota el pavimento, en forma de gotas de lluvia, pero ni así me abstengo de tomar a la mujer a mi lado por la cintura y aprisionarla contra la puerta el coche, haciendo que se ría mientras la beso con locura y desenfreno. Ella corresponde y sus manos viajan por mi pecho hasta mis hombros, deslizándose hasta mi nuca, donde envuelve sus dedos en mi cabello y tira de él, al tiempo que me pego más a ella haciendo que sienta lo duro que me tiene.

-¡Sácame de aquí! -Exige y su voz es casi un jadeo en mi oído.

-Princesa... no deberías abrir las puertas del infierno si no quieres lidiar con los demonios. -Susurro sobre sus labios.

Ella muerde mi labio y tira de él, al tiempo que sus ojos encuentran los míos, su cabello azabache cae en finas hebras negras sobre su rostro y el gris de sus ojos resalta en la negrura de sus espesas pestañas cuando me mira con esa mirada salvaje y cargada de lujuria.

-Ya deberias saber que soy experta domando demonios.-Susurra y vuelve a besarme.

«A la mierda»

No se cuanto tardamos en llegar a mi apartamento, pero cada vez que la mano de Aurora se deslizaba por mi muslo, casi llegando a mi entre pierna, podría jurar que nos tomó una eternidad llegar aquí.
Entramos al asesor en medio de topesones torpes, besos ansiosos y caricias tortuosas desesperadas. Ella no deja de besarme ni yo de corresponderle mientras la aprieto tanto hacia mi que siento que podría romperla.

Las puertas de mi apartamento al fin nos reciben y me aparto de sus labios, solo para sacar las llaves del bolsillo de mi chaqueta. Se ríe cuando se me caen y suelto una maldición.

Logro abrir la puerta, y sujeto la cintura de Aurora, arrastrandola dentro y pegando su espalda contra la madera de la puerta, mientras la beso, bajando por su cuello. Jadea y sus manos que sujetaban el cabello de mi nuca, se meten en medio de nosotros , donde jala la tela de mi camisa, abriéndola de un tirón que hace volar los botones cuando la rasga.

Me aparto un momento y bajo la mirada a mi pecho alzando ambas cejas sorprendido y sonriendo levanto la vista a su mirada brillosa que se encuentra con la mía.

-Upss... -Dice con un gesto inocente y una risita traviesa.

Niego divertido mientras vuelvo a besarla, y la sujeto por las nalgas alzándola. Sus piernas envuelven mi cintura, mi pecho desnudo se pega al de ella y siento como sus pezones rosan la fina tela de su vestido. Camino con ella hasta el dormitorio y la dejo sobre la cama mientras me quito lo que queda de mi camisa.
Ella lame sus labios mirándome desde su sitio, sus ojos me recorren cuando me quito el pantalón y ella se relame deseosa.

Me inclino hacia ella, pero se pone de pie y ataca mi boca con salvajismo mientras me gira y empuja sobre la cama. Paso saliva al verla como se quita el vestido sin apartar la mirada de mi y casi se me cae la mandíbula, cuando mis ojos recorren la perfección de su cuerpo.

Sus pechos firmes y bronceados sujetos por el fino encaje rojo del sostén que desabrocha dejándome admirar sus pechos, sus pezones están duros y bajo la mirada a su vientre plano, y sigo recorriendola con los ojos, intentando grabarme su imagen. La tanga roja se ajusta a sus caderas y ella sonríe satisfecha al notar que me tiene hipnotizado mirándola.

¡Es la mujer más hermosa y perfecta que jamás he visto en mi puta vida! Su belleza es tanta, que fácilmente ppdria opacar incluso a la mismísima diosa Afrodita.