Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"

✨️CAPITULO 10

CAPÍTULO 10.

Aurora:

Ajusto la mira de mi ak-47, y observo desde mi posición, recorriendo las ventanas en busca de tiradores.

—¡Despejado! —Aviso por el intercomunicador y la pick up 4x4 , aparece en mi campo de visión.

Román es el primero en bajar, cargando un rifle de asalto, cuatro hombres más lo respaldan y vuelvo la mirada recorriendo la zona en busca de Sebastián, al que ubico a varios metros de Román, colocando el resto de los explosivos.

Desde mi posición en el edificio de enfrente a la bodega, tengo una vista casi directa a la vieja y sucia ventana que está en parte cubierta por restos de periódicos viejos.
Algunos pandilleros caminan de aquí para allá y puedo notar que hasta ahora todos llevan al menos una glock.

—La ventana está cubierta, la visión no es buena, tengan cuidado y mantenganse alertas.—Aviso por el comunicador.

—¡Vamos a entrar! —Responde Román y sigo el recorrido cuando caminan en dirección a la puerta metalica.

Un brillo al costado de una ventana llama mi atención y guio mi arma en esa dirección, donde el tirador se prepara para dispararle al rubio que camina a paso firme hacia la entrada de la bodega.

Ajusto el visor y el tiro que suelto, da en el medio de la frente del otro tirador, haciendo que su cuerpo caiga delante de los hombres que se detienen justo antes de que les caiga encima.

—¡Lo siento! —Me río y veo a Román negar con la cabeza, repetidas veces mientras que sus acompañantes miran hacia el cielo en busca de algún otro cadáver.

—Despejado. ¡Avancen! —Ordeno

Román da una patada a la puerta metálica y esta se abre hacia atrás.
Los hombres no tardan en entrar al lugar y el sonido de los tiros no se hacen esperar, así tampoco como la explosión de la primera granada que lanza mi hermano por una ventana hacia la parte de atrás de la bodega, frustrando el intento de huida de algunos de los bastardos que corren buscando una segunda vía de escape cuando Román comienza a disparar.

El caos se desata y me pego a la mira de mi arma, en busca del maldito que se hace llamar "Killer", pero no se ve por ninguna parte.

La foto que vi de el muestra a un hombre calvo y moreno con una gran cicatriz en su ojo derecho, pero hasta ahora no aparece, por lo cual me temo que si no lo hace tendré que ir por el.

Frunzo el ceño cuando una tanqueta con las letras FBI se detiene detrás del edificio frente al coche de mi hermano, y me pego al intercomunicador intentando alertarlo.

—Sebas... ¿me escuchas? ¿Sebas? ¡Carajo responde! —Gruño pero el pitido en mi oído, me obliga a lanzar el auricular por el aire.

«genial, los malditos Intervinieron la señal»

No tengo idea que mierda hace el FBI aquí, pero no me detengo a pensarlo, cuando veo a los hombres con ropa táctica y pasamontañas que se bajan del maldito blindado armados hasta los dientes.

Tomo mi ak-47, coloco mi glock en la pistolera de mi muslo derecho y salgo a toda prisa escaleras abajo con dirección a la bodega.

El sonido de los disparos me obliga a detenerme y cubrirme pegando la espalda contra el blindado.

Miro para todos lados, buscando la manera de pasar, sin ser detectada hacia a la entrada trasera, que está cubierta por los escombros de la pared que derrumbó mi hermano, y por si fuera poco debo cuidarme de no tocar ninguna de las minas o los explosivos que dejo Sebastián allí.