✨️CAPÍTULO 48

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CAPÍTULO 48.

⚠️ Advertencia de contenido violento. ⚠️ Escenas no aptas para personas sensibles. No apoyo ni hago apología a los sucesos que acontecen en esta, ni en niguna de mis historias. Todo lo aquí narrado es producto de mi imaginación y se trata de mera ficción.


Alex:

Mientras atravieso a toda prisa los pasillos, observo de vez en vez, a la chica en mis brazos, asegurándome de que aún respire. Tan pronto llego a la planta principal y visualizo la salida me apresuró sin perder tiempo, pero en cuanto abro la puerta el sonido de los disparos que rebotan en la pared a pocos metros de mi cabeza, me obliga a pegar la espalda contra la pared y aferrar a Aurora contra mi pecho.

Afuera parece un campo de batalla. Los hombres de Miller, están por todos lados y hay varios de los soldados de Rinaldi muertos. Me pego a la pared tratando de cubrirme de las balas mientras al otro lado de la calle veo el Mustang negro en el que llegue. Camino recorriendo el lugar con la mirada, y maldigo cuando de un momento a otro, tengo que cubrirme detrás de un basurero, por la lluvia de balas que me detiene a medio camino.

Román es al primero que veo y cuando me nota se aproxima hacia nosotros, sin dejar de disparar. Matt está en la otra punta del estacionamiento cubierto detrás de un muro, también disparando y cuando el rubio llega a mi sitio, la mirada alarmada en la que mira a Aurora lo dice todo.

—Dios santo... —Murmura sin quitarle los ojos de encima.

—¿Esta...? —Niego contándolo y vuelve a mirarme antes de mirar a los lados, con el ceño fruncido.

—¿Donde está el jefe? —Pregunta pero respondo, solo me limito a negar con la cabeza.

Sus cejas se alzan al cielo antes de que suelte una maldición y salga disparado por el lugar por el que acabo de salir, mientras que Adriano Rinaldi es quien llega corriendo a mi posición, pero se detiene en seco cuando nota a la mujer en mis brazos.
La mirada se le oscurece y las pupilas de sus ojos se dilatan cuando la recorre con el ceño fruncido.

—No puede ser... pequeña bruja. —Murmura incrédulo, apretando los dientes, antes de levantar una mano para acariciar su cabeza, pero se detiene a medio camino como si temiera hacerle daño.

—Tengo que sacarla de aquí, no le queda mucho tiempo —Explico con la voz entre cortada y me clava una mirada preocupada antes de volver a mirarla por un momento y asentir.

—¿Donde está mi primo?—Pregunta de pronto al percatarse de que no está.

Niego con pesar y su ceño se frunce, antes de dar una ojeada hacia la puerta principal del frigorífico por donde se perdió Román.

—¡Carajo! ¡No cambia! ¡Maldito loco suicida! —Gruñe y de un momento a otro levanta su arma.

—¡Abajo! —Grita y dispara a alguien tras mi espalda.

El cuerpo del uniformado azota contra el suelo y me guía cubriéndome en dirección al coche, pero el estruendoso chillido de las ruedas de un vehículo que se aproxima a gran velocidad me obliga a girar justo cuando la camioneta 4x4 negra se detiene frente a la entrada principal.

Las puertas metálicas del frigorífico se abren y cuatro hombres salen escoltando y cubriendo a Miller, que empuja a Cassiano Rinaldi hacia adelante en dirección a la camioneta que permanece con las puertas abiertas esperando por ellos.

—¡Mierda! —Protesta Adriano a mi lado. Y maldigo cuando los hombres que salen desde detrás de un basurero arremeten a tiros en nuestra dirección.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora