Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"

✨️CAPITULO 21

CAPÍTULO 21.

Aurora:

Aparco en el callejón detrás del Blood Hell, y salto del coche siguiendo al hombre que parece una fiera, cegado por la ira cuando se baja del coche y camina con dirección a la puerta trasera del club sujetando el arma entre sus manos. Lo alcanzó antes de llegar a la puerta y sujeto su brazo.

-¡Escúchame! ¡No puedes entrar con eso en la mano! ¡El lugar está lleno de gente! -Le recuerdo.

-Me importa un carajo! -Gruñe y lo jalo de la manga de su ropa.

-¡Debemos estar con la cabeza fría! -digo dando golpecitos con mi dedo índice en un lado de mi cabeza. -¡Tú me enseñaste eso!

- ¿Ahora tú me vas a enseñar a mí Aurora? -Protesta y pongo los ojos en blanco.

-¡Bien! ¡Pero si Tomas se asusta y huye... no tendremos nada! -Me quejo pasando a su lado.

Abro la puerta de un jalón y el guardia que esta recostado con un cigarrillo en los labios se endereza cuando nos ve.

-Está en la barra y está solo. -avisa el hombre sin soltar el cigarrillo de entre sus labios.

Palmeo su pecho un par de veces, el asiente, y se voltea hacia la puerta donde pone el seguro.
Escucho los pasos de Adrianno tras mi espalda y por encima de mi hombro veo como guarda el arma.
Caminamos por el pasillo iluminado solo por una luz roja y cuando giramos a la derecha ya estamos en el área de los baños, suspiro cuando me detengo en el umbral de la puerta observando el gentío que baila descontrolada al ritmo de la música electrónica.

-¿Donde esta? -Pregunta el hombre a mi lado.

Recorro el lugar con la mirada hasta que mis ojos se detienen sobre el chico sentado en la barra con una botella de Corona en su mano. Parece preocupado y mira hacia todos lados, y de vez en cuando el reloj en su muñeca.

No tengo tiempo de debatir con mi conciencia sobre si lo que estamos a punto de hacer está bien o mal. Sam podría estar en peligro de muerte ahora mismo, además... somos la maldita mafia, esto es lo que hacemos. Por lo que sin titubeos señaló en dirección al chico.

-¡Por allá! Déjame hablar a mi Primer... -¡Maldición!

Me corto maldiciendo cuando Adrianno pasa a mi lado abriéndose paso en medio de la gente, con dirección al chico en la barra. Él ni siquiera lo ve llegar cuando le golpea la cabeza sobre la barra, rompiéndole la nariz y luego lo toma por la parte de atrás de la chaqueta alzándolo como si no pesará nada, mientras lo arrastra en medio de la gente que se sobresalta y se apartan, abriendo espacio como una gota de aceite en el agua.

Sigo a los hombres por el largo pasillo, Tomas no deja de forcejear, mientras es arrastrado como un trapo hacia la bodega de licores en el sótano. Adrianno patea la puerta que se abre de par en par y lanza al chico dentro de un empujón que lo hace caer de rodillas al suelo.

Suelto un suspiro cansado mientras doy una ojeada al corredor antes de cerrar la puerta tras mi espalda.

El chico en el piso nos mira con ambas cejas alzadas, completamente confundido por lo que ocurre, mientras Adrianno se acomoda en una silla metálica frente a él.

-Aurora, ¿que...?

-Shhh! ¡Silencio! -Ordena mi tío llamando la atención del chico que gira el rostro con brusquedad hacia el con la mirada aterrada.

-Tomas, será mejor que a partir de aquí cuides cada palabra que salga de tu boca y asegúrate de no empeorar la situación. -Digo tratando de calmarlo, cuando lo veo temblar frente al hombre que lo asesina con la mirada mientras lo observa analizando y leyendo cada una de sus expresiones.