✨️CAPÍTULO 33

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CAPÍTULO 33.

Aurora:

Despierto y abro los ojos lentamente, para ver el momento justo en que Alex se marcha de la habitación. Escucho el sonido de la cerradura cuando cierra con seguro la puerta y observo mi mano, que otra vez esta esposada. Bufo y bajo la mirada a la ropa seca que ahora trigo puesta.

Es una camisa de Alex, jalo el cuello de esta, llevando la tela contra mi nariz y huelo el aroma de su perfume. Esta lejanía me está matando por dentro y los sentimientos de incertidumbre al igual que la confusión no me dejan, porque pese a que me ha mentido desde un inicio, y aunque no estoy nada feliz de encontrarme encerrada... Le creo cuando dice que lo hace para protegerme, sus acciones y la forma en que me observa cada que le grito o lo trato mal, esperando que me suelte, me dicen que no miente, o al menos es lo que mi corazón quiere creer.

Suspiro y dejo caer mi espalda contra el respaldo de la cama, cuestionando en mi mente una y otra vez, por qué no jale del gatillo. Tuve la oportunidad de matarlo y largarme de aquí y no lo hice. Pese a saber que es un traidor, pese a saber que acabará con todo lo que amo. Porque ese es su trabajo, y porque lo que yo ame, a él le importa una mierda.

«¡Dios...! Mi mente va a estallar y ya no se ni que pensar.»

Cierro los ojos con fuerza y echo la cabeza para atrás recordando lo que dijo en el bosque.

"-¡La cague! ¿Está bien? ¡Lo se! Te mentí sobre quien era, pero no miento cuando digo que te amo, ¡y que soy capaz de hacer lo que sea por ti!"


"-Mátame princesa! ¡Me da igual... porque cada día que no te tengo ya estoy muriendo!"

Las palabras de Alex se repiten una y otra vez en mi mente, la sensación de agobio no desaparece, por el contrario me tortura y no me permite razonar, así que suspiro sintiéndome cansada y me recuesto sobre la almohada mientras mi mano libre se envuelve en mi abdomen, cuando me coloco de costado y cierro otra vez los ojos.

***

Alex:

Abro los ojos y me enderezó en el sofá, el fuego de la estufa se a extinguido, y la luz de la mañana se filtra por la ventana. Me pongo de pie dejando el vaso vacío que yacía en mi mano, sobre la mesa y masajeo mi cuello entumecido por la posición incómoda en la que estaba al quedarme dormido en el sofá.

Camino hacia la ventana y observo el bosque, el cielo sigue gris y cubierto por las nubes, mientras que los árboles aún se mecen con furia y no ha dejado de llover en toda la noche. Me giro sobre los talones y camino hacia la cocina, enciendo la cafetera, preparo una bandeja con algunas tostadas y un poco de jugo al igual que un bistec que dejo en un plato aparte para Cerbero.

Apoyo mis manos en la isla de la cocina mientras espero y trato de despabilarme, hasta que mi teléfono comienza a sonar, bufo 6 lo saco del bolsillo, deslizo en el botón rojo cortando la llamada cuando noto que es un jefe quien no deja de llamar desde hace días.

Cassiano Rinaldi desde ayer ha dejado de insistir y no sé si aliviarme o preocuparme ya que no es un hombre que este acostumbrado a perder o que se rinda fácilmente, menos cuando se trata de su familia.

Sirvo una taza de café y tomo la bandeja para subir el desayuno de Aurora y la comida para el Lobo. Cuando llego a la puerta de la habitación suspiro y me preparo para recibir mi dosis de insultos y gritos, por volver a esposarla.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora