✨️CAPÍTULO 43

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CAPÍTULO 43.

Cassiano Rinaldi:

Mis ojos barren con el jardín desde lo alto de la ventana de mi oficina, donde permanezco de pie desde hace ya un largo rato, con una extraña y amarga sensación que se extiende por todo mi pecho, la cual no soy capaz de explicar. El sol aún no sale, y miro el reloj que cuelga en una de las paredes, que marca casi las dos y media de la madrugada.

Suspiro y me volteo hacia la salida con la necesidad de salir a tomar un poco de aire. Dejo sobre el escritorio la taza de café vacía y salgo con dirección al jardín. Recorro con la mirada los árboles y las plantas hasta que mis ojos se detienen sobre la ducati negra con rojo de Aurora, que lleva estacionada en el mismo sitio, debajo del viejo roble desde hace alrededor de tres semanas.

5 años antes:

Detengo el coche frente a la entrada y salgo dando un portazo, los hombres en el camión tras mi espalda esperan la aprobación para bajar lo que traje y asiento dándoles la orden silenciosa de que prosigan, mientras me giro en dirección a la parte trasera del jardín.

Desde lejos observo a mi hija que mantiene ambas manos levantadas y patea con su rodilla las costillas de su tío que la evade y la manda al suelo barriendo sus pies.

Sonrió cuando veo la mirada feroz en sus ojos, cuando con furia se pone de pie y vuelve a lanzarse sobre Adriano. Lo patea con más furia esta vez y cuando el intenta el mismo movimiento, ella brinca y patea su otro lado, haciéndolo caer al suelo apoyado en una de sus rodillas.

Mi primo es el primero que me nota cuando clava sus ojos en mí y dos segundos después es Aurora la que voltea. Su rostro se ilumina de una forma indescriptible cuando me ve, y el pecho se me infla de orgullo cuando la recorro con la mirada.

Pese a ser tan solo una niña de quince años, ha sido entrenada en diversas artes marciales, armas de fuego de corto y largo alcance, lucha cuerpo a cuerpo con cuchillo y sin el, entre otros métodos de defensa personal. Y en todos ellos ha resultado ser la mejor, es un prodigio y pronto sera tan letal como  lo es de hermosa.

Sonríe mientras clava sus ojos en mí y sale disparada en mi dirección, como viene haciendo desde pequeña cuando regreso de alguno de mis viajes de negocios.

—¡Papi!—Chilla emocionada mientras corre en mi dirección y la atrapo en el aire cuando se lanza sobre mí, envolviéndome con sus delicados brazos.

—¡Principessa..! —Susurro, dejando un beso casto sobre su cabeza, antes de bajarla y volver a besar su frente.

—¡Te extrañe horrores!

También te extrañe hija.—Respondo y se gira para mirar a su tío, que se acerca a nosotros con su andar despreocupado.

Adivina quién ha sido imbatible en las carreras de motocicletas esta semana —Dice animada y orgullosa. —Vamos díselo... —Codea a su tío que rueda los ojos haciendo que lo mire alzando una ceja.

—Si. Aurora ha mejorado mucho y gracias a eso he ganado unos cuantos miles en las apuestas. —Responde el palmeando el hombro de ella, que sonríe feliz de que el idiota la explote.

Adriano... ¿acaso estas explotando a mi hija, para ganar más dinero? —Pregunto y el asiente sin dudar.

«Maldito codicioso, como si le faltara el dinero...»

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora