✨️CAPÍTULO 50

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CAPÍTULO 50.

Aurora:

Los murmullos a mi alrededor cada vez se vuelven más fuertes, a medida que poco a poco voy recuperando la conciencia. Ladeo la cabeza intentando abrir los ojos, pero la luz blanca y brillante me obliga a volver a cerrarlos mientras sacudo la cabeza, sintiendo que algo se presiona al rededor de mi cuello. Cuando al fin logro entre abrir los ojos, mi visión es borrosa, pero reconozco a la persona de espaldas junto a los pies de la cama que Murmura mientras mueve las manos.

—¿Papi...? —Logro articular con voz demasiado debil.

—¡Principessa! —Se abalanza hacia mi sitio de inmediato, pero volteo el rostro cuando siento a la persona que se pone de pie de un salto a mi lado. Sus ojos azules se ven cansados cuando se encuentran con los míos, y noto las bolsas oscuras que tiene debajo de sus ojos hinchados.

Su mirada preocupada recae sobre mi, cuando me recorre el rostro y por un momento mi corazón galopa dentro de mí pecho. Los recuerdos me golpean y llevo la mano a mi cabeza cuando una punzada me atraviesa. La garganta comienza a arderme, al igual que los ojos cuando vuelvo a enfocarme esta vez en la mano de Alex que toma la mía.

—Lo siento... ¡Lo siento tanto cariño! —No contengo el llanto mientras aparto mi mano de la suya y las apoyo a ambas sobre mi abdomen.

Mi madre trata de acercarse y calmarme cuando comienzo a temblar, pero se detiene cuando nota que estoy demasiado alterada para permitir que se me acerquen. Deja salir un Sollozo y se lleva las manos a su boca. Veo a mi padre dar un paso en mi dirección, pero no quiero que se me acerquen, no ahora. El cuerpo me duele, pero aun asi trato de ponerme de pie. Alguien intenta abrazarme, pero lo aparto mientras las lágrimas me nublan otra vez la visión.

—¡No! —Grito alzando la mano para que se alejen. —Porfavor... no. —Pido en medio de un sollozo mientras me arranco el cuello ortopedico que lanzo lejos.

No quiero abrazos, no quiero que me toquen, ni que me consuelen. No quiero nada. Solo deseo
recuperar lo que me quitaron, lo que no sabía que tenía, pero que aun así quiero de vuelta.

—Mi bebe... ¡Dios mi bebe..!

Son las únicas palabras que salen de mi boca, en tanto me arranco la intravenosa del brazo. El aparato a mi lado comienza a chillar y una mujer vestida de blanco entra a la a la habitación alarmada tratando de acercarse, pero alguien la detiene cuando intenta tocarme.

Apoyo los pies descalzos en el suelo, mientras me obligo a ponerme de pie, repitiendo una y otra vez en mi mente el recuerdo de lo que paso. Los hombres que trataron de abusar de mí, los golpes... La sangre que, de un momento a otro, se deslizaba entre mis piernas, los dolores...

—Mi bebé... ellos mataron a mi bebé! -Sollozo sin ya poder contenerme cuando mis piernas fallan y Alex es quien me atrapa, antes de que caiga al suelo en medio de lamentos.

—Lo siento... lo siento... no lo sabía... Lo siento tanto...Nuesto bebé Alex... —Repito sin poder controlar el llanto, mientras me aferro a su chaqueta con él que también se arrodilla en el suelo sosteniéndome y rodeándome con sus brazos.

—Shhh... no fue tu culpa princesa... —Asegura tomando mi rostro con ambas manos para que lo mire. —¿Me escuchas Princesa? ¡No fue tu culpa! —Repite sosteniéndome la mirada.

Un fuerte sollozo de dolor y lamento se me escapa, mientras dejo caer mi cabeza contra su pecho. Aferrándome al hombre que tiembla mientras me sostiene con firmeza, intentando calmarme cuando no puedo dejar de llorar y temblar.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora