✨️CAPÍTULO 46

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CAPÍTULO 46.

Aurora:

Parpadeo intentando mantener los ojos abiertos, mientras sostengo el trozo de azulejo con mi mano sana. Mi cuerpo sigue temblando por el frío, el dolor en mi abdomen es insoportable, al igual que el de los dedos rotos de mi mano. Y Todos los músculos de mi cuerpo están tensos y adormecidos por los golpes que no han cesado desde que llegue aquí. Pero me da igual, hagan lo que hagan jamás les diré nada que los acerque a mi madre.

Permanesco semisentada en el frío suelo, con la espalda contra la pared, en medio de mi propia sangre. Levanto la vista y observo el cuerpo de los dos últimos bastardos que intentaron violarme, pero que asesine contándoles la yugular con el trozo de azulejo que pude quitar de una de las paredes, al mismo que me aferro con todas mis fuerzas, mientras no aparto los ojos de la puerta, esperando. Se que no es mucho lo que puedo hacer en mi estado, pero aun así no voy a dejar que nadie diga que me rendí.

-¡Soy Aurora Rinaldi! Hija del Diablo y una D'Angelo, Mi familia es una de las mas temidas y respetadas aqui, en toda la maldita italia y en donde carajos pise.

¡Y Mi madre es una maldita guerrera! Que ha sobrevivido en el infierno, dos veces, así que ¡no! No pienso deshonrarlos muriendo como una oveja en el matadero. Si me matan, me llevo a más de uno conmigo.
Paso saliva y levanto la cabeza, cuando el cansancio hace que mis ojos pesen y el sueño me golpee.

«Resiste...Vamos Aurora...»

Bajo la mirada a mis piernas manchadas de sangre y luego a mi mano rota, que yace recostada sobre mi abdomen. Una lágrima tibia resbala por mi mejilla y contengo el sollozo, mientras muevo la palma sobre mi vientre.

El sonido de la puerta me tensa acelerando mi corazón mientras aferro mi agarre sobre la única arma que tengo para defenderme, intento enderezarme y ponerme de pie , pero ya no tengo fuerzas, así que me quedo en mi sitio, Esperando. La puerta se abre y el maldito que entra recorriendo la habitación con la mirada se me acerca observándome con una ceja alzada.

-Que desastre... -Dice mirando con desden, los cuerpos de los malditos que yacen en el suelo sobre el charco de sangre.

Trato de verle el rostro, pero por momentos la imagen se vuelve borrosa y temo estar perdiendo la conciencia, lo cual no puedo permitirme, ya que, si lo hago, no sé qué pasara conmigo. El hijo de Lombardi se acuclilla frente a mí y me observa de pies a cabezas antes de hacer una mueca de disgusto.

-Lo lamento preciosa, de verdad que no es personal, no contigo al menos. Aunque baya que me has dado problemas. -Habla y lo ignoro, pero no le quito la mirada de encima.

-Pronto papi estará aquí, ya lo veras, y todo terminará para ti, te prometo que cuando te dispare en la cabeza no sentirás nada. -Su provocación y la mensión de mi padre saliendo de su putrefacta boca, me enciende por dentro y bajo la cabeza mientras Murmuro.

-No te entiendo niña... habla más fuerte. -pide y vuelvo a susurrar.

Se inclina hacia mí para escucharme, y me Afirmó sobre el filo de la loza en mi mano. Su rostro roza el mío y su cuello está a centímetros.

-Dije... que, tu muerte será peor que la de tu padre. -Gruño y le lanzó una puñalada al cuello, pero el maldito es rápido y logra evitar que le abra la yugular. Aunque no lo suficiente como para evadir el corte, que acaba de abrirle la mejilla de lado a lado.

-¡Puta de mierda! -Ladra cuando salta hacia atrás y lleva las manos a su cara cubriendo el chorro de sangre que se desliza por su rostro. En medio de mareos levanto la cabeza para observarlo con una sonrisa cuando se aleja maldiciendo y llamando al guardia. Parpadeo intentando mantenerme consciente pero de un momento a otro todo se oscurece.

Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora