Aurora heredera de la mafia. © Libro 2. ( TERMINADO / +21) "Almas Corrompidas"

✨️CAPÍTULO 30

CAPÍTULO 30.

Alex:

-¡Carajo! -Gruño con furia, mientras mis manos barren con todo lo que está sobre el escritorio y me dejó caer sobre la silla, con los codos apoyados sobre mis rodillas, sujetando mi frente con las manos temblorosas. -No tengo ni puta idea de cómo Aurora descubrió este lugar, pero eso es lo que menos me importa, cuando no puedo dejar de pensar en la rabia en sus ojos y sus palabras cargadas de odió que me golperon justo en el rostro-.

¡La cague! ¡Esta vez sí que la cague! ¡Ella no me perdonara jamás! Creí que podría vivir con su odio, que lo soportaría, ¡pero la verdad es que no! no es asi. No puedo.

Me pongo de pie y saco el arma de mi cinturón mientras camino hacia la puerta y a punta de plomazos derribo la cerradura antes de apresurarme por el pasillo en dirección a la salida. Me detengo frente a los ascensores y observo los números en el panel, que marcan varios pisos debajo, pero en lugar de esperar a que llegue, me volteo hacia las escaleras y comienzo a descender los escalones de dos en dos.-Si me apresuró aún puedo llegar a ella-. No sé cómo mierda voy a solucionar esto, pero ella tiene que escucharme, me niego a dejarla ir.

Una vez llegó al recibidor el sonido de un disparo me acelera el corazón y salgo disparado hacia la puerta de la entrada principal, pero cuando el vidrio cae hecho añicos con el disparo que lo atraviesa matando al portero, me agacho para cubrirme y sacar mi arma. Otro disparo suena y alzo la vista encontrando a Aurora con una rodilla en el suelo sujetando su pierna mientras con la otra mano dispara hacia una furgoneta negra.

Ni siquiera tengo tiempo de pensar en nada cuando mi cuerpo reacciona solo, corriendo en su dirección, y disparando hacia los sujetos que bajan de la camioneta y se apresuran hacia ella. Pero no logran acercarse cuando terminan en el piso con los disparos que les suelto, mientras corro hacia la mujer que se gira observándome con los ojos muy abiertos como si no creyera que estoy aquí.

-¡Ven conmigo! -Hablo sujetando su brazo cuando veo una segunda camioneta que se acerca.

-¡Vete al infierno! -Me empuja y se pone de pie cojeando.

Intento tomarla, pero vuelve a empujarme, antes de voltearme la cara de una cachetada que me quema la piel. Estoy a punto de alzarla sobre mi hombro a las malas y arrastrarla conmigo, pero el chirrido del vehículo que se detiene a pocos metros, me obliga a atropellarla llevándola al suelo, cuando los malditos abren la puerta lateral disparando en nuestra dirección. Mi pecho queda sobre el suyo cuando giramos en el suelo y por un momento nuestras miradas se encuentran al igual que nuestros alientos que se funden en uno solo.

Ella me empuja del pecho, haciéndome a un lado y dispara al maldito que intentaba sorprenderme por la espalda, me pongo de pie y la jalo del brazo obligándola a que me siga.

-¡Desháganse de ese maldito primero! ¡Y traigan a esa puta viva! -Grita uno de los tipos que bajó de la camioneta y no sé de dónde otro sujeto con pasamontaña aparece y comienza a disparar esta vez en mi dirección.

Intento cubrirme jalando a Aurora conmigo, pero se suelta de mi agarre y sale disparada en dirección contraria. El maldito que me dispara está decidido a aniquilarme y tengo que cubrirme pegando la espalda contra una columna de la entrada, cuando saca la ametralladora que no duda en descargar hacia mi sitio, acabando con todos los vidrios de la fachada principal del edificio.

-¡Vayan por la hija del Diablo! ¡Ahora! ¡Ahora! -Los escucho gritar mientras me tienen acorralado con los balazos que no me permiten moverme.

Saco una Granada del bolsillo de mi cargo y la lanzó hacia ellos logrando que los disparos paren cuando se lanzan al suelo buscando cubrirse. Aprovecho el momento y son pocos los segundos que me toma cuando localizo al los dos malditos que salen tras Aurora, que corre hacia su motocicleta disparando hacia atrás a las dos personas que la siguen.