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Ahí estaba el, parado frente a mi, viendo a mi hijo a los ojos.
Cuando sin siquiera saber, también era el suyo...- yo... -.
Pareciera como si quisiera decir algo importante, estaba estático, como si hubiera visto un fantasma; por mi parte, estaba con el corazón en la garganta, ver a Milo otra vez después de tanto.
Lo miré a los ojos y esperé a que las palabras salieran de su boca.
Me sentí como en un sueño otra vez...- ¿que pasa, mami? -. Mi niño estaba jugando con mi cabello, al parecer se había dado cuenta del momento incómodo que estaba ocurriendo, solo quería salir de allí, pero algo no me lo permitía; es como si tuviera los pies pegados al suelo.
- ¿Milo? ¿Tienes algo que decirme? -. Lo miré lo más seria, no sabía cómo reaccionar.
- ehh... -. Se tocó la nuca. - yo... -. Suspiró. - la verdad no -. Soltó una bocanada de aire. - adiós, _______ -. Rayos, quería hacer algo, pero no sabía que hacer.
- adiós, Milo -. Me di media vuelta.
- Right from the start you caught my eye
And something inside me came to life -. Soltó.Algo resonó en mi alma, ¿que significaba eso? ¿La canción? Eso es de cuando éramos simplemente niños.
Quedé estática por unos segundos, volteé para mirarlo, pero el ya se había ido.
¿Qué es todo esto? ¿Porqué me siento así? Tal como si tuviera diecisiete de nuevo.- ¿mami? -. George me había sacado de mis pensamientos internos.
- ¿qué pasa, hijito? -. Pregunté mirándolo.
- ahí viene la abuela -. Habló apuntando hacia adelante.
- hija, ¡que bueno que lo encontraste! -. Se acercó a George. - no vuelvas a perderte, pequeño -. Le acarició la mejilla.
Tomó a George y lo dejó en el asiento de niños del carrito de compras.
- ¿__________? ¿Estás bien? -. Me preguntó mamá mirándome a los ojos.
- si... ¡si! -. Dije despertando a la realidad, me encontraba en otro planeta, debía regresar.
- ¿segura? -.
- sss... -. Antes de contestar una vocecita me interrumpió.
- está así porque nos topamos con un hombre -. Dijo El Niño sin pensar.
- ¿un hombre? -. Mi madre parecía muy confundida.
- si, abuelita, un hombre muy grande -. Hizo gesto con las manos. - flaquito y tenía el cabello de este color -. Agarró uno de sus mechones para explicar.
- ¿de que está hablando? -. Mi madre dirigió su mirada hacia mi.
- eh, bueno... -. Otra vez fui interrumpida.
- Milo, así se llamaba, jugó al fútbol conmigo -.
- ¿que hizo qué? -. Pregunté exaltada.
- ¿¡Milo!? ¿¡Milo Manheim!? -. Gritó mi madre fuera de sus cabales deteniendo el carrito en seco.
- madre, cálmate por favor -. Intente tranquilizarla.
- ¿viste a Milo? -. Me preguntó mirándome a los ojos y retomando su camino.
- si -. Hablé con una pizca de nostalgia.
- ¿te dijo algo, hija? -. Se detuvo y me acarició el hombro.
- creo que intentó decirme algo, pero en realidad nada -. Suspiré. - creo que es mejor dejarlo así, ya no quiero pensar en esto, no me hace bien -.
- entiendo, sigamos comprando -. Me dio un pequeño masaje en la espalda y seguimos recorriendo el supermercado.
Seguía cuestionándome, ¿como es que todo eso había pasado? ¿Estaba bien conmigo misma? ¿Después de convencerme todo este tiempo de que tenía que seguir adelante? ¿Como puede irse todo al carajo por unos segundos?
Es insignificante...
Indignante...
Lo odio...
Creo que lo sigo amando.