Extraordinary [Milo Manheim y tú]

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[Milo]

Estoy cansado de todo, realmente ha pasado el tiempo, los años pasan por mi, a punto de cumplir treinta años y aún no formaba una familia, ni siquiera tenía novia o alguien con quién compartir amor.
Odiaba a ___________, por hacerme perder el tiempo, me culpo por haberme enamorado tanto de ella, de sentirme loco hasta el día de hoy, imaginé que ella sería la mujer de mi vida, con quién me casaría y tendría mi familia, mis hijos; en vez de eso, ella se casó y tuvo un hijo con aquel asiático perfecto, deben de ser la familia perfecta, maldito que me la quitó.

Aquel pude haber sido yo...

Me odiaba a mi mismo, era el Milo solterón de casi treinta, ya era hora de echar raíces no puedo quedar así, estoy cansado de la monotonía, de estar solo, Craigh ya tenía una familia, se casó con Kriegel, ya tenía un hijo de casi cuatro años, aquello me hacía sentir viejo, aún más de lo que soy.

Otro día en el maldito trabajo, estaba harto, ya me había vuelto un amargado, todo era desastroso en mi vida, desde que ____________ se fue con ese infeliz, toda mi vida había sido una solitaria miga de pan.
- ten, Milo, te traje tu café -. Hablaba Alexis Ren dejándome una taza de café en mi escritorio.
- gracias, Alexis -.
- no es nada -. Dijo retirándose.

Vaya, Alexis Ren, bella como el cielo, sonrisa de ángel, me pregunto si seguirá enamorada de mi, aunque realmente no siento mucho por ella, pienso en echar raíces y si podía con ella sería más fácil que ir buscando novia y empezar todo de nuevo.
Al salir del trabajo quería comenzar mi plan, sé bien que estaba mal lo que hacía, pero era una manera, estaba loco, lo sé, sin embargo, debía actuar rápido.
Salí y allí estaba Alexis, esperando un taxi para dirigirse a su casa.
- Hola, linda -. Comencé el coqueteo.
- Hola, Milo -. Me miró y me sonrió.
- ¿qué haces? -.
- bueno, espero un taxi para llegar a casa, como cada día -. Pensé un poco.
- ¿quieres que te lleve a casa? -. Pregunté caballerosamente.
- sería una buena idea, muchas gracias -. Ella entró conmigo a mi auto; ya me estaba aburriendo de ser el Milo paciente y caballeroso, ya lo había hecho con ___________ y las cosas resultaron mal, si tenía que ser un hijo de perra, lo sería.

¿Aburrido de todo esto?

Sin dudas...

La llevé a su casa y la acompañé hasta su puerta.
- bueno, Milo, gracias por traerme a casa, fue muy amable de tu parte -. Corrió su cabello del rostro y abrió la puerta.
- no es nada, Alexis -. Intentaba hacerme el interesante. - ¿quieres salir conmigo? -. Pregunté seco.
- ¿salir contigo? -.
- claro, como una cita -. Hablé.
- que anticuado eres -. Rió.
- ¿quieres que no lo sea? -. Retrocedí con seguridad.
- si -. Fue allí cuando me acerqué a ella y la besé salvajemente, entramos a la casa y cerré la puerta, la tomé en mis brazos, enrolló sus piernas en mi cintura y sin besarnos me señaló su habitación, fuimos torpemente chocando con cada pared que estorbaba hasta llegar a la cama.

Llegando allí, sin dejar de besarla, le quité la ropa, ella hizo lo mismo conmigo.

Había logrado el objetivo.

Desperté desnudo al lado de Alexis que también estaba desnuda con las sábanas tapando sus partes íntimas, me senté en la cama y me pasé las manos por la cara de manera dura.
- Milo, despertaste, amor -. Decía ella mirándome y sentándose en la cama ocultando su intimidad con las sábanas.
- buenos días -. Dije seco; la noche había sido buena, pero le faltaba algo y ese por algo tenía nombre.

____________ Jeon.