Capitulo 13

3.2K 138 4
                                    

Narrador omicente:

Lucia es guiada por Ted al cuarto de juegos quien no deja de sonreir por haber encontrado una forma de olvidarse de los problemas al menos por un rato.

— Sacate todo menos las bragas y los tacones.— ordena Ted.— Ahora vuelvo.— dice en tono frío y sale. Ha tomado la voz de dominante.

Ella le obedece en todo y se arrodilla junto a la puerta en la posición que sabe que es la de una sumisa. Mientras Ted se pone unos pantalones rasgados como tanto le gustaban a Elena y ella le había enseñado. Cuando él regreso al cuarto de juegos ella estaba arrodillada y con la vista en el suelo con sus manos en el muslo. Camino hacia unos cajones de donde saco un antifaz y camino a ella de nuevo.

— Levantate y no me mires.— le ordena y ella lo hace.— Creo que ya has visto demaciado.— le dice poniendole el antifaz.— Ven.— dice tomándola de la mano y guiándola a la suspensión que hay en el techo, lo baja y le coloca los grilletes en las muñecas que hay ahi. Dándose la vuelta al rededor de ella como un depredador en busca de su presa él mira su cuerpo con deseo de querer poseerlo. Y sin más caminó a los cajones de donde saco un vibrador para clítoris. Sonrio y se acerco a ella.— Estamos aqui porque tu quieres, ¿no es así Lucia?— dice paseando el vibrados por sus partes intimas.

— Si...— susurra sometida a la excitación del momento.

— Si, ¿que?— dice Ted dándole un azote en el trasero que la hace sobresaltarse.

— Si amo.— Ted sonríe y asiente.

— Bien.— dice y enciende el vibrador.— No te correrás hasta que te lo diga, ¿entendido?— pregunta.

— No creo...— pero es interrumpida.

— ¿De acuerdo?— vuelve a preguntar jalando de su cabello para que alce la cabeza.

— Si...amo.— dice y Ted sonríe.

Seguido de eso enciende el vibrador y lo acerca hasta su sexo, donde lo estimula y ella removiendose queriendo tener su propio placer pero entonces Ted lo quita.

— Quieta.— gruñe exitado.

— No puedo.— susurra ella.

— Si puedes cariño.— dice él poniendo nuevamente el vibrador haciendo su trabajo nuevamente, hasta que sus muslos de ella se tensan y para.

— Por favor...— le suplica pero él sigue.— Por favor.— vuelve a decir, no tener su liberación la esta volviendo loca.

— Un poco más, amor.— le susurra Ted al oído mordiéndole el lóbulo de la oreja. Sigue haciendo lo mismo un rato más, el mismo proceso, haciéndola sufrir.— Ahora cariño, correte para mi.— y esas palabras fueron suficiente para hacerla explotar al rededor de él en un orgasmo intenso contenido. Mientras ella se recupera, el le quita los grilletes haciendo que el cuerpo de ella caiga sobre él y la abrase muy fuerte.— Lo has hecho muy bien, cielo.— esas palabras hacen sonreír a Lucia quien hunde su cabeza en el cuello de su novio mientras el la lleva a la cama.

— Ahora es tu turno.— le dice Lucia que esta abrazado a él en la cama.

— ¿A si?— dice divertido y ella asiente.— ¿Y que piensa hacer señorita Mc'Carty?— pregunta arqueando una ceja y ella ríe.

— Ya lo verás.— se para de la cama y se pone un albornoz alrededor del cuerpo.

— ¿A donde vas?— pregunta Ted apoyado en sus codos.

— Vamos.— dice y toma su mano.— Te haré un regalo.— dice guiñándole un ojo y el ríe divertido.

— Bienvenido sea entonces.— dice él dejándose llevar.

Los secretos de la familia Grey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora