Lucia.
Durante todo el camino a casa de mis padres ninguno de los dos dijo nada, en silencio y yo cada vez que quería decir algo me arrepentía al ver el rostro de Ted pegado en la carretera, se que sera cortante así que me mantuve en silencio. Cuando llegamos apago el auto, lo rodeo y lo abrió para bajar yo, puso seguridad y empezó a caminar pero lo agarre del brazo, me volteo a ver frunciendo el ceño pero no le hice caso.
— Por favor, no seas indiferente conmigo en casa de mis padres, no quiero que ellos se den cuenta que estamos peleados.— le digo suplicante y el reduce su ceño, suspira y se acerca tomandome de la cintura.
— Yo tampoco quiero estar así contigo.— dice escondiendo su rostro en mi cuello.— Pero debes entenderme.— susurra.— Te amo.— me dice y me besa, suspiro al ver que estamos bien y subo mis brazos abrazando su cuello para seguirle el ritmo, movemos nuestros labios a un compaz lento, sin prisa hasta que nos quedamos sin respiración.
— También te amo.— murmuro sobre sus labios y sonrio. Tomo su mano entrelazando nuestros dedos y lo miro a los ojos.— Pase lo que pase, no me dejes sola.— susurro.— Te voy a necesitar.— le digo y él acaricia mi mejilla tiernamente con su mano libre sin dejar de verme.
— Jamás te dejare sola, mi niña.— cierro los ojos un momento y asiento.
— Vamos.— digo empezando a caminar. Cuando llegamos a la puerta la abro con mi llave y ingresamos.— ¡Mamá!— grito al no ver a nadie.
— En la cocina, cariño.— caminamo hacia haya y vemos a mamá haciendo galletas de chocolate como siempre me gustaba hacer con ella. Sonrio recordando.
Flash Back...
— No mami no.— digo corriendo al rededor de la cocina.
— ¡Si! Te haré como una galletita, te vez muy rica. ¡Raw!— chillo cuando me alcanza y me empieza a hacer cosquillas.
Fin del flash Back...
— ¿Donde esta papá?— pregunto dándole un beso en la mejilla.
— Aqui.— dice entrando y me da un beso en la frente.
— ¿Como estas?— le pregunto.
— Bien hija.— suspira.— Adelantando un poco de trabajo.— sonríe y mira a Ted.— ¿Como han estado?— pregunta y Ted y yo nos miramos.
— Bien.— decimos al unísono con una sonrisa.
— Yo...quería hablar una cosa con ustedes.— digo un tanto nerviosa y Ted me aprieta la mano dándome su apoyo.
— Claro, vayamos al salón.— dice mamá y todos vamos hacia allí. Una vez sentados frente a mis padres me dispongo a hablar.
— Cuando estaba inconsiente, se que me llamaran loca por esto pero durante ese preciso momento es como si me hubiera transportado a otro mundo donde conocí a una persona.— digo y los miro.
— ¿A quien cariño?— pregunta mamá.
— A Luciana.— digo y ellos se ponen blanco como el papel haciendo que me ponga mas nerviosa miro a Ted quien me da una pequeña sonrisa. Volteo a ver a mis padres que están aun paralizados.— Converse con ella en ese trayecto de lapso que estuve ahí para que me diga que era mi madre biológica.— claro que omiti lo que dijo de la niña porque aun no se a que se refiere pero con lo que dije se tensan.— Así que necesito que me digan la verdad o si solo es producto de mi imaginación.— les digo pero ellos no dicen nada.— Por favor.— suplico y ellos se miran como hablándose con la mirada y luego vuelven a mirarme.
