PRÓLOGO.

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13/Enero/2009

Jack P.D.V.

Ambos caminamos directo a la habitación que compartíamos desde el inicio del semestre. Andábamos sin cuidado por aquel estrecho pasillo que ya habíamos recorrido miles de veces; a ninguno nos era necesario mirar enfrente para asegurarnos de que íbamos en la dirección correcta. Era de noche y el frio atravesaba las chaquetas que vestíamos; Probablemente era la noche más fría de todo Enero; al menos la más fría que yo recuerde. Y la más silenciosa... un mal presentimiento recorre mi espalda. ¿De aquí a cuando los pasillos de Enoch High eran tan callados una noche común de sábado? Algo definitivamente iba mal.

No le pongo más atención al frio y al silencio que le acompaña.

Alice me sonríe tan dulce como siempre, con sus ojos azules tan llenos de vida y le devuelvo la sonrisa del mismo modo. Doblamos a la derecha sin detener nuestra animada charla sobre los planes de las próximas vacaciones. Debo admitir que no puedo evitar perderme en aquellos ojos de vez en cuando, desenfocándome de su charla y cuestionando acerca del sabor de sus labios.

Llegamos a la habitación y como costumbre yo abro la puerta y la dejo pasar primero. Las luces estaban apagadas y entre la oscuridad se podía observar un bulto en el centro de la habitacion. Enciendo la luz. El aire desaparece de la habitación hasta el punto de que el miedo me sofoque y las manos me tiemblen. Ella se queda estática y por su respiración entrecortada descubro que tiene el llanto a punto de brotar de sus finos labios. Mis ojos se conectan con aquellas obres grises que habia visto tantas veces atras, la recorro con la mirada: su piel morena y las pecas de sus mejillas aun le dan vida. Dara, la hermana de Alice, yace en medio de la habitación, con un halo de lo que parece sangre rodeandole todo el cuerpo. Los sollozos de mi amiga me taladran los oidos con fuerza, grita cosas a las que no les encuentro sentido.

Me pongo enfrente de Alice, haciéndole señales para que se calme y susurrándole que todo está bien; aunque lo último sea más para mí que para ella. Analizo la situación y pienso en lo estúpido que eran mis palabras ¿Quién está bien mientras ve el cadaver de su hermano en medio de su habitación? Casi me brota la risa; de estar en otras circunstancias Alice me hubiera dicho que lo idiota no tiebe cura... pero ahora solo rogaba por tener de regreso a su hermana. Nos acercamos al cuerpo inherte de Dara y me doy cuenta de que su cabeza esta completamente separada del resto de su anatomía. Siento una holeada de asco y aparto la mirada. Definitivamente esto no era lo que me imaginaba cuando me prometieron seguridad.

Alice grita con su voz aguda y me vuelvo hacia ella. Aguien la sujeta mientras cubre su boca con un pedazo de tela grueso, ella solo derrama sus lágrimas, pero no se molestaba por pelear; ella sabia y era totalmente consciente de que no podía hacerlo. Miro a aquek chico que la sujetaba, no aparentaba tener más de diecisiete, con cabello negro, cubriendo su ojo izquierdo y rapado a ambos lados. Ojos marrones y nariz casi aguileña. No recuerdo de donde, pero ya lo había visto antes.

Para cuando intento reaccionar para ayudar a la chica me sujetan de la misma manera, rodeando mi abdomen con un brazo y cubriendo mi boca con un pedazo de tela negro que desprendia un aroma casi dulce. Yo si peleo por mi vida; me remuevo e intento librarme de sus brazos a toda costa, me esfuerzo por quitar el pañuelo de mi cara, pero mis manos ya comienzan a sentirse debiles. Mierda. No. Intento gritar, pero el sonido es amortiguado y apenas sale de mis labios.

Mi visión comienza a tornarse borrosa y noto el sudor frio recorriendo mi espalda; miro a Alice, quien me mira con ojos abiertos y claramente aterrorizados. Intento negar conla cabeza, pero no lo logro. Nadie decía nada, todo lo que se escuchaba eran los débiles y lejanos sollozos de Alice, que apenas podían brotarle. Y caigo de rodillas sin poder sostener mi cuerpo por un segundo más. Para cuando la miro, Alice ya esta sumergida en las garras del sueño y no planeaba despertar con proximidad. Yo no podia dormir...no podia dejarme a la merced de aquellos autores de la muerte de Dara. No podia permitirmelo. Lucho contra aquel dulce aroma y me mantengo tan despierto como puedo.

─ No puede haber testigos. ─ informó el que sostenía a Alice. Su voz era un tanto más aguda de lo que esperaba.

─ ¿Sabes quién es su padre? ─replicó el otro sujeto con voz más gruesa y ronca. Casi confundido.

─ ¿Debería importarme? -escupió ahogando una risa llena de ironía, los miro a ambos, tengo que mantenerme despuerto. Si para cuando se despisten sigo despierto podre llamar a alguna ayuda y salvare mi culo y el de Alice. Tenia que lograrlo por los dos.

─ Date por culo si te metes con su hijo. Creo que eso si debería importarte.

─ Súbelo al auto ya que esté inconsciente.

-¿A dónde lo llevamos? ─ pregunta el que me sujeta. Poco a poco mis ojos se van cerrando, pero con las pocas fuerzas que me quedan vuelvo a abrir los ojos.

-Creo que sabes perfectamente a donde, pedazo de mierda.

Hubo una pausa, en la que ambos irradiaban odio por el otro. ¿Quién sería el cabecilla de ellos dos?

─ ¿Crees que es tan sencillo? ¿Cómo lo van a tomar? ─ replica indignado el chico de voz grave.

─ Lo tomarán como secuestro los primeros meses. Después que piensen lo que quieran; si quieren pensar que murió, murió. Lo que el público quiera pensar.

─ ¿Qué les harás? ─ veo como el plinegro alza ambos hombros como dandole poca importancia.

─ No nos servirán de mucho.... quizás pasarlos a Ray... matarlos... supongo que lo que pase primero.

Intento recordar las palabras de mi padre, la sonrisa de mi hermana y el consuelo que años atras mi madre me daba; recuerdo todo aquello por última vez, temiendo que eso fuera; la ultima vez; el fin de todo.

Sonrio al recuerdo de mi familia, al de mis amigos y me pregunto si esto sera realmente cuando mis ojos se cierran para no volver abrirse. Del miedo surge la rabia y la frustración ¡Si tan solo hubiera cuidado mis espaldas y a Alice un poco más! Quiero llorar por el miedo y al mismo tiempo gritar de rabia, pero aquel aroma que entraba por mi nariz se llevaba mis fuerzas y habia desconectado algo dentro de mi; mi cuerpo ya no obedecia a mi cerebro e iba cayend poco a poco entre las garras del sueño.

Y supe de dónde lo havia visto... cinco años atrashabia sido arrestado por un asesinato de primer grado. No recordaba el nombre y no tenia intenciones de hacerlo, pero su apellido era Grassi.

Cierro los ojos y caigo dormido.

Lookin' for Mr(s) Grassi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora