Día 1.

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13/Diciembre/2014

Scott P.O.V.

El celular cae a mis pies.

Casi escucho la pantalla romperse pedazo apedazo. Olvido como respirar por un segundo y temo morir ahí mismo. No, dos muertes en un lapso de tiempo tan corto sería de burla.

La imagen de su cabellera rubia cayendo al suelo me deja congelado. No puedo soportar la manera en que sus gritos taladran mi cabeza. Agudos, agonicos y doloros. Casi animales. Imagino una última vez sus ojos, quiero poder imaginarme la manera en la que su semblante se dirigía a aquellas personas. ¿Con miedo? ¿Con odio? ¿Con asco? Solo espero que sus obres siguieran igual de azules, con la misma vida que horas atras.

Me duele la garganta. Gritar había sido solo una pérdida de tiempo y energia. Ya no podia ayudarla, ya no podia rescatarla. De todas maneras subí a mi auto y me dirigí a aquellos departamentos cruzando la avenida Lawsons.

El sudor frío recorre mi espalda. Su nombre queda atrapado en mis labios y a la vez sabe amargo. Amber. Amber Hoying. Mi hija. Golpeo el volante y grito su nombre antes de avanzar. El solo pensar en ver su cuerpo inherte en el suelo me da nauseas. Chispas de rabia se encienden en mi interior, le sigue el arrepentimiento.

Automáticamente llego a los departamentos Lancaster. Las patrullas se extienden en todo su explendor a lo largo de las calles. Rostros familiares me miran con lastima y consuelo. Quiero golpearlos. No ayudan, solo estorban y me cabrean más.

Estoy a punto de lanzarme sobre el primer idiota que susurra un patético "lo siento" pero unos brazos me toman por los hombros y me sacan de ese lugar. Nuevamente observo desde fuera los descuidados y grisaseos departamentos. Me cuesta mucho mas creer que ese fue el paradero de mi hija. Una construcción de do pisos todos descuidados y con la pintura gris horrible.

─Calma Hoying. ─ Erik aprieta mi hombro e intenta que me calme. Ni siquiera lo intento evitar: mi puño se estrella contra su mandibula y como puedo me abro paso hasta dar con la cinta amarilla. Yo ya sabia que no podia hacer nada, ya nisiquiera trabajaba como agente policiaco, pero no puedo dejar de pensar en la venganza más violenta posible. Se habian metido con mi familia hasta dejarme completamente sólo en un lapso de quince años. Mi venganza duraria el resto de mi jodida vida.

Miro su cabellera rubia todo lo que puedo hasta que las lágrimas distorsionan mi visión. Mientras más me repetía a mi mismo que estaba muerta más irreal parecia todo. Siento que las paredes pueden derrumbarse sobre mi y eso doleria menos que estar ahí. Su piel sigue siendo igual de blanca que la mia y casi puedo ver que respira, pero es solomi imaginación. Su ropa que era de un lindo gris ahora se había teñido de carmesí.

─Amber... ─doy un paso dentro de aquella zona cubierta de cinta amarilla. Quiero correr pero no se si es para alejarme o para ir con ella. ─Amber, despierta... ─ comienzo a gritar su nombre. Le ordeno incontables veces que despierte e intento acercarme, pero Erik vuelve a detenerme. Me saca a rastras de la atroz escena. No tenia fuerzas, pero de haberlas tenido hubiera peleado con uñas y dientes para quedarme ahí. Con ella. Entramos a un auto y él nos conduce a una pequeña cafeteria, donde antes soliamos ir para resolver unos cuantos casos. Una estructura de un solo piso, de alegres colores que brillaban aun más por el soleado día, que parecia burlarse de mi. Casi puedo imaginar el rostro de aquela persona sonriendo al escuchar los agonicos gritos de Amber...yo los escuché. Escuché su llanto y sus llamados a mi nombre.

Entramos a aquel lugar y nos sentamos tan lejos de los demas como nos fue posible. Nadie dice ni una sola palabra, él solo se dedica a escrutar mi rostro.

─Lo voy a matar. ─ es lo primero que digo cuando consigo calmarme. Ya no lloro, ni siquiera estoy seguro de haberlo hecho. No lo recuerdo. Mi voz suena más cargada de odio de lo que planeaba. El sol da justo en la ventana, directo a mi piel y me lastima. No lo siento. ─Voy a matar al responsable de todo.

─¡Scott! ¡Calmate por un minuto, hombre!

Ni siquiera tomo en cuenta su presencia. Sus palabras no llegan a mis oidos y agrego:

─Quien sea responsable de... ─me cuesta decirlo. Caigo en cuenta de que estoy apunto de decir una verdad que me pesa demasiado. No soy capaz de terminar la oración.

─No sabes quien es o quienes son los responsables. Ni de la muerte de tu esposa, ni la de tu hija, mucho menos la de tu hijo. No lo sabe, Scott y nos está llevado mucho tiempo resolverlo.

─ ¿Sabes por qué renuncié? ─ no responde y continuo: ─ Nunca tuve el reconocimiento que merecia. Nadie nunca me escuchó.

─Scott...si fue por el reconocimiento yo... ─ lo interrumpo alzando una mano.

─Lo he dicho antes y lo repetiré hasta que te hartes de oirlo. No volveré. Me aleje de ese trabajo para proteger a mi familia y mira lo que sucedio...¡No los protegi por proteger mi empleo! Ahora no tengo nada...Erik, obviamente todos los asaltos y homicidios tienen una persona en común. Una familia que trabaja unida está detras de todo esto.

─¿Qué te da tanta seguridad? Hay lapsos de tiempo jodidamente largos entre cada cosa. Dudo muchísimo que las mismas personas duren tanto en planear nuevos delitos.

─Cinco años para ser exactos. Entre cada suceso hay cinco años de por medio. ─respondo y me hundo en la silla. ─ pero entre todas esas hay un asesinato y un secuestro...una manera demasiado peculiar y que solo sucede cada cinco años en lugares ubicados en zonas totalmente opuestas.

─¿Quien supones que fue?

─Grassi. ─respondo tras un suspiro. No quería saber nada más ¿Quién quiere un mundo de sufrimiento cuando puede dejar llevarse por las garras afiladas de la ignorancia, siendo sumergido en un resguardo en donde nada malo entra?

─¿Los Grassi?

─¿Los recuerdas, no?

─Claro...son cinco hombres. Va de el hermano mayor, Stan Grassi que fue acusado por una violación a Jay Matthews. Luego va Evvan Grassi, atrancó un banco en Londres. Queda Dannie Grassi y Mike Grassi...de ellos no se tiene registro.

─Falta uno.

─ Mitch Grassi. Tiene un par de registros casi insignificantes y recien llegó a la ciudad ayer. Es el menor de los hermanos despues de Dannie.

─¿Qué tan insignificantes?

─Un robo en una tienda... ─se queda un rato mirando el suelo, como queriendo recordar demas delitos. Los recita de memoria, casi automáticamente. ─ agredió a un chico y se le relaciona fugazmente con el secuestro de Alice Tredfor y asesinato de su hermana Dara Tredfor. Es realmente algo parcial.

Intento recordar de donde me suenan los nombres. Regreso cinco años hasta toparme con los apellidos Tredfor y la relacion que tenian con Enoch High. La sangre se me hiela. Fue el peor de los casos del 2009.

─Eso tiene que ver con el secuestro de Jack Doyle tambien. Todo esta ligado. Inclusive la llegada de ese tal Mitch Grassi. ─digo casi con indiferencia. Era más que obvio que la Bola de ratas Grassi tenia que ver con todo esto. ─Tomaré cartas en el asunto. ─le informo mientras me pongo de pie. Se queda perplejo, pero no me contradice. Doy por acabada la charla y me alejo.

─¿Cómo lo haras? ─ni siquiera me devuelvo para responderle, sigo caminando a la salida.

─Como sea. Tu da por cerrados los casos de Amber Hoying, Jack Doyle y Lily Franco.

─¿Cómo piensas vengarte? Por...por Amber me refiero...

Se me ilumina el rostro y esa pregunta me arranca una sonrisa sin gracia. Era interesante pensar en una venganza tras un asesinato...¿la muerte? No. Por diversas razones. Seria cobardia, daria a entender que no puedo lidear con él. No queria rebajarme a su nivel. En fin, no le daria el regalo de matarlo.

─Ten por seguro que me va a rogar para que lo mate... sea quien sea el culpable va a preferir morir antes que me vengue de él.

Salgo de ahi y me dirijo a mi casa. Aquella tristesa se habia convertido en odio puro y ese cambio planificó una venganza digna.

Descubriría al asesino aunque se me fuera la vida en ello.

Lookin' for Mr(s) Grassi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora