Día 53

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─...lo que ha causado la perdida de siete menores, dos adultos de la tercera edad y seis adultos, incluidos los trabajadores de ese turno que tuvieron la mala suerte de estar presentes al inicio de tal masacre inhumana, solo un hombre que las cámaras no han identificado . Pasamos a espectáculos con Kirstie y Ethan. ─ apago la televisión justo cuando aparece en la pantalla una chica rubia acompañada de un chico moreno. La noticia ha aparecido todo el día en todos los canales, los videos ya se han filtrado y graban el momento exacto en el que entra la primera bala que le da a Shaun: es solo la primera que da comienzo a una tormenta de ellas.

Yo no recuerdo haber escuchado otra; solo la primera por el aturdimiento tan repentino y después de eso haber visto a todos ellos sobre el piso. Recuerdo haber pensado durante el resto del día cosas como “Ya no hay nadie a quien salvar” “Ya no puedo hacer nada para ayudarlos” y es cierto. ¿Qué ganaba al llamar a la policía aparte de parecer sospechoso? No revivirán si hago una llamada.  Me quedo sentado en el sofá mirando a un punto indefinido de la sala. El sueño de ayer me recuerda que estoy perdiendo demasiado tiempo en sus tontos juego; mi familia merece una venganza digna, no una cualquiera; una bala directo al corazón no es suficiente. Mis ganas de muerte se hunden y las guardo para después. El teléfono comienza a sonar y me lanzo sobre él para ver de quién se trata pero el teléfono no tiene registro.

─ ¿Diga?

─Scott. Soy Jack. ─ Lo saludo de regreso sin ánimos, aunque indudablemente sorprendido por su repentina aparición. Si me contacta tan de repente tiene que ser algo urgente y sus urgencias todas son malas. ─ ¿Tienes planes esta noche?

─ Me temo que no. ¿Necesitas algo, Jack?

─ Si. Bueno he encontrado a alguien nuevo en Roshire. Necesito tu camioneta y necesito que tú la manejes. ─recuerdo la última vez que lo ayude; él ya confía lo suficiente como para que yo consiga matarlo mientras duerme. Claro.

─ Bien. ¿Dónde te veo?

─ En mi departamento. Han clausurado el Tallago y el Rovers ayer y me acaban de mandar la dirección. Pasa a las cinco.

─Bien. Te veo luego, Jack. ─ cuelgo y voy a la pequeña cocina que está justo a la derecha de la puerta principal. Es algo pequeña pero tiene lo básico. Hay unas cuantas sobras de comidas que he dejado a medio comer en los días anteriores y hago un recalentado en el microondas. Vuelvo a encender la televisión con la esperanza de que ya hayan pasado de tema, pero justo cuando la enciendo veo mi imagen peligrosamente aumentada. De no ser por las gafas de sol y mi postura yo mismo me hubiera delatado. La chica rubia de hace rato -una tal Kirstie-  vuelve  aparecer ahora demasiado seria para su edad. Mira a la cámara profesionalmente y cruza sus dedos.

─ ¿Podrá este hombre estar relacionado con el homicidio de estas quince personas o por qué otra razón salió ileso? Las autoridades ya toman papeles en el asunto.─ da por terminado el noticiero y comienzan las caricaturas. Voy a la sala de estar con mi plato y me siento ahí para comer. Ni yo mismo pensé llegar a terminar así: solo, perdido, cabreado y viendo caricaturas animadas mientras como recalentado. Sólo.

El teléfono vuelve a sonar y no me apresuro porque puede ser Mitchell informándome de un cambio de planes.

─ ¿Si, Jack?

─Lamento decepcionarte pero no, Hoying.

─Erik. ─ deseo que hubiera sido la otra opción.

─ Si. Joder hombre, ayúdame. Siento haber hecho tantas tonterías pero por el amor a Dios, ayúdanos. ─se escucha desesperado y su voz demasiado más ronca de lo normal; de fondo se escuchan unos cuantos sollozos y gritos que lo llaman. “Erik ¡¿Dónde está!?” ─Maldita sea, lo siento…no debí de haberte dicho todo eso… Yo de verdad que lo siento mucho.

Lookin' for Mr(s) Grassi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora