Día 13.

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Mitch P.O.V.

Alzo la cabeza temiendo cometer el peor error de mi vida. Según mis ojos todo se distorciona a mi alrededor gracias a las lágrimas que los empañan.

Nunca le había dado el regalo de verme  llorar a Ray pero tampoco nunca me había dado una paliza semejante. Hasta hoy, claro, que siento venir a la muerte. Me muerdo el interior de la mejilla para no responder a sus preguntas; haga lo que haga, responda o no, puede costarme la vida. Me pregunta "¿Te duele, pequeño maricon?" Pero no respondo. Intenta con otra pregunta "¿Quieres que pare, Theo?" Tampoco digo nada pero justo cuando lo pregunta me patea a un costado y gimo, como dándole la razón. Se rie y sigue causando incontables lesiones. Por el tono en que me llama supongo que ya se entero de mi gran problema de identidad. Al instante supongo que Kavan esta detras de esto y me confundo.

No recuerdo que estaba haciendo antes de su inesperada e inoportuna llegada, solo recuerdo haber oido la puerta abriéndose y ver como la mesa que tenía enfrente de mi con papeles y comida salía volando por los aires. Luego la empuñadura de su pistola comenzó a golpearme la cara, así sin más, sin decir palabra alguna y sin recibir palabra demi parte. Una paliza silenciosa fuera de los gemidos de dolor que se escapaban sin permiso. No intento detenerlo porque se qué me matará si lo hago. Me limito a duras penas a solo sentir su puño contra mi cuerpo o su pistola, o cualquier otro objeto. Media hora mas tarde él sigue rojo de la rabia y el color se acentúa por el subidón de adrenalina y el cansancio de los golpes. Me da una última patada en un costado. Gimo. Me hago hacia un lado y vomito. Me tiembla todo el cuerpo y por un segundo ya no siento nada. Estoy a punto de desmayarme cuando alguien más entra a la habitación. Le suplico que me ayude, que lo mate o lo que sea, pero que haga algo. La fémina que tengo enfrente se ríe y cruza los brazos para luego seguir riendo y formar un puchero burlón con sus repulsivos labios rojos.

Ray se aleja y me deja un poco de espacio para respirar. Comienza a pulsarme la cabeza y deseo poder arrancarla de su actual sitio. Me pongo de pie, pero con una sola mirada vuelvo a caer. Nunca me había sentido tan vulnerable, ni tan pequeño y tonto. Ray se ve tres veces más alto de lo normal y solo le es necesario poner un pie sobre mi estomago para declarar la victoria. Pone cierta fuerza en su pisafa y vuelvo a vomitar hasta que quedo completamente vacío y sólo quedan las arcadas de por medio. Ya no queda nada que pueda romperne, así que me rindo y dejo de contener el llanto. Me brota por cada poro de la piel y aparte de vulnerable y pequeño ahora me siento completamente ridículo.

─ Espero y no vuelvas a cometer un error de estos, imbécil.

─ ¿De qué hablas? ─ suelto intentando sonar molesto y me cubro la cara con ambas manos. Sigo llorando pero intento no sollosar.

─ Encontraron el cuerpo de Alice, Mitch.

No respondo porque puede ser una broma y no dejaré que me gané en dos cosas el mismo día. Tiene que ser broma, suponiendo el problema que nos trae a ambos eso.

─ Lo reportaron todo el dia a nivel Nacional como el caso semi resuelto de Enoch High. ¡Alguien la mató y esto nos puede llevar a la ruina porque sus padres ya lo saben y dejaran de darnos sus mensualidades! Nos quedamos sin Tredford, Mitch. Nos quedamos sin fortuna.

La última frase resuena en la habitación. Nos quedamos sin fortuna. El pánico es una chispa que procuro nunca encender, pero en este instante es lo único que me preocupa. Alguien viene detras de mi y puede que vengan un paso más  adelante de lo que creo. Ray me explica un par de cosas y me entero de que Evvan está en prisión. Me dan ganas de reirme hasta que escucho que el idiota de mi hermano reveló nuestra identidad incluyendo la de Joe, y es lo último lo que me molesta más, había puesto en riesgo a alguien sin razón alguna.

Cuando menos lo espero Ray ya esta saliendo de la habitación. La mujer que esta justo al lado de la puerta pasa desapercibida para él. Quedo a solas con ella como otras tantas noches.

─ Hola, cariño. ─ saluda mordiendo su arreglada uña postiza con voz seductora y empalagosa. Su cabello oscuro cae sobre sus hombros como una cortina negra y perfectamente lacia. Viste un corto y entubado vestido negro demasiado escotado para el gusto común. Paso por la puerta abierta y me dirijo a la cocina.

─ ¿Qué quieres, Danika?

─ Escuche que algo no va muy bien, primor.

─ ¿Quieres dejar de ponerme tus acaramelados sobre nombres, Dani?

Tomo agua con ambas manos y con tanto cuidado como puedo me limpio la cara. Ni el agua helada consigue aminorar el dolor. Me rindo al quinto intento y tomo un vaso con agua natural. Ella ya está sentada con las piernas cruzadas y los brazos sobre su rodilla. Sus ojos oscuros se parecen a los mios, igual que su nariz y su pequeña y delgada anatomía. Cuando esta callada casi parece inocente. Termino con el vaso y me siento a su lado, cruzando mis brazos sobre mi regazo.

─Escuche que tienes un par de problemitas con el tema de Alice... ─comenta poniéndose de pie y acercándose más de lo debido.

─No es de tu incumbencia.

─Lo es, cielo. Claro que lo es. Si quedas en ceros yo tambien... ─se sienta sobre mis piernas y con ambos brazos se sujeta a mi cuello. El dolor es aplastante y ella parece notarlo y dejarlo pasar. No le importa que muera siempre y cuando tenga asquerosamente mucho dinero.

─¿A qué viniste?

─ Solo a decirte que vienen por ti. ─responde y se encoge en hombros. Pasa sus labios rojos por mi cuello pero no presto atención hasta que sus manos se encargan de pasearse libremente por mi torso. Un espasmo hace que me tense y el dolor se combina con otro sentimiento que ignoro. Ya no puedo arriesgarme tanto. Asiento, acto que me cuesta demasiado porque mi cabeza está a nada de explotar.

─No deberías de confiar tan rápido en ese hombre, Mitchell.

─No confio en él.

─Ambos sabemos que has puesto tu vida en sus manos varias veces, cariño.

─¿Quieres decir que...?

Ella asiente, besa una última vez mi cuello y se esfuma, dejándome con un solo pensamiento en la cabeza.

Tengo que deshacerme de Joe Kavan.

Lookin' for Mr(s) Grassi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora