confundida

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—¿No pensas decirle nada?— pregunto Agus.

—No.

—Te está mirando hace media hora ami— me dijo Guada.

—No me importa— negué con la cabeza.

Habrá pasado aproximadamente una semana desde que Agus me dijo que le gustó a Barco.

Y yo supongo que ella se lo habrá dicho o algo.

Noto al colorado mucho más nervioso cada que cruzamos miradas, yo trato de hacerme la boluda y fingir que no se nada.

Pero es inevitable ignorarlo, literalmente se sienta al lado mío, cada que miro a algún lado esta ahí, y siempre terminamos cruzano miradas.

Mis amigas insistían en que hable con el, pero yo era la que me negaba.

—Amiga, tenes que hablar, solo lo confundis— hablo Agus, yo la mire boquiabierta.

—¿Sos joda Agustina?— dije sin poder creerlo —¿El es el confundido? ¿A vos no te molesta o algo? Hace tres días estabas que te morías por el, ¿ahora nada?

—No— nego ella —Cuando me dijo que yo no le gustaba y que encima le gustabas vos, automáticamente me dejó de gustar, solo quiero que seas feliz vos, Valen es buen pibe y buen partido.

Olvide mencionar que así de rápido como se suele enamorar la rubia, así de rápido se le pasa.

Se ve que su enamoramiento por el colorado no había llegado al extremo como otras veces.

Eso en parte era bueno, creo.

Pero yo no me encuentraba interesada en alguna relación, menos con el colorado.

No es que tenga algo contra el ni mucho menos, pero simplemente no lo encuentro atractivo.

—¿Como dijiste?

Uy, ¿lo pensé o lo dije?

—Lo dijiste Brisa— alzó la ceja Agus.

—Es la verdad chicas, no me parece lindo— admiti.

—Pero, ¿por que?

—No se— me encogí de hombros.

Toco el timbre para el recreo y Barco salio volando.

¿Me habra escuchado?

No lo creo, yo estaba sentada en la mesa del profe con las chicas y el estaba al fondo con sus amigos.

—No se veía bien Valentin— dijo Guada.

—No, es verdad— asintió Agus —voy a hablar con el.

La rubia salió del aula y yo me quedé con mi otra amiga.

No salimos al recreo ya que hacia frío y no valía la pena cagarse de frío al pedo.

—¿Que crees que le pasó al Colo?

—No se— le respondi a la de ojos verdes.

—¿Nos habrá escuchado?

Negué con la cabeza —A menos que tenga oído super sonico, lo dudo bastante.

Ella hizo una mueca y miro a la puerta.

Por ella entre Agus, sola y camino hacia nosotras, se sento al lado mío y nos miró.

—¿Paso algo?— pregunte.

—Después les cuento— dijo cuando el profe entró al aula.

Suspire y solo preste atención a la clase.

Cuando Valentín entró no se sento en el banco de al lado mío, como siempre, si no que cambio lugares con su otro amigo, así que ahora lo tenía lejos.

Eso me dejó con un mal sabor de boca, espero no haberlo hecho sentir mal o algo, sinceramente no quería quedar en malos términos con el colorado.

Las clases por fin terminaron, salí de la escuela seguida de mis amigas, era un lindo día y hacía calor, así que fuimos a la plaza, total no teníamos nada que hacer.

—Agus, nos vas a decir que paso con el colo?— pregunto casi desesperada Guada, no le gusta quedarse con la intriga.

Agus la miro y luego a mi, sostuvo la mirada por un par de segundos.

—Valentín te escucho— dijo simplemente.

La puta madre, lo que me faltaba.

—¿Y que te dijo?— pregunte.

—Nada, no le gusto nada, obviamente— dijo obvia —Le dolió bastante, ahora piensa que no es suficiente para vos, porque el tenía ganas de invitarte a salir, me pidió ayuda y todo.

La mire sorprendida.

—Brisa— me llamo Guada.

—¿Enserió no te gusta?— la siguió Agus, yo negue.

—¿Pero posta no te gusta nisiquiera un poquito?— siguió insistiendo.

—No, perdón che, pero los colorados no son mi tipo— admiti finalmente.

—¿Es solo por eso? Brisa, ¿por su color de pelo?— dijo sin creérselo Guada.

—No se la verdad— dije confundida.

—Brisa inténtalo, no sabes el pibe que te perder— me dijo Agus —Valentín es el chico más tierno de todo el mundo, el poco tiempo que pase con el me demostró que es un sol, y más con las mujeres, es un caballero total.

—Cuando hablas así me hace saber que todavía te gusta— le dije, ella hizo una mueca.

—Bueno si, todavía me gusta un poquito— admitio —Pero ya esta, lo importante es que lo intentes con el.

Negué.

—Dale— pidieron.

—No se, mejor me voy a mi casa, mi vieja me mando un mensaje.

Era mentira, obviamente, pero tenia que hacerlo.

Cuando ellas se podían intensas, no había quien las pare, lo mejor era estar sola y pensarlo mejor, sola.

Me despedí de ella y camine a mi casa.

Durante todo el camino, me quedé pensando el cierto colorado, en su cara, sus pecas, sonrisa y ojitos soñadores.

También pensé en las pocas veces que cruze palabras o siquiera miradas con el, siempre tan amable y tierno.

Comenze a sentirme confundida.

Era lindo, amable, literalmente era el principe azul que siempre soñé de chiquita.

Pero, había algo que no me terminaba de convencer.

Normalmente soy alguien decidida, no soy vueltas y menos con este tipo de cosas. Pero ahora, estaba más que confundida, porque no me terminaba de cerrar Barco.

¿Será su pelo?

Ciertamente no tentó nada en contra de su pelo y todo eso, pero no me resultaba del todo atractivo.

Capaz era porque era diferente, estaba acostumbrada a ver a gente de pelo negro, marrón, rubios.

O todos los hombres de mi familia, que eran castaños.

Llegue a mi casa y camine a la cocina, donde estaba mi mamá.

—Hola ma— la salude —¿Papá y Fran?— pregunte, se me hacia raro no verlos por acá.

—Se fueron a la cancha, hoy juega River— me dijo, dandome un escalofrío, ella rodó los ojos.

—Ma, te juro que me dio frío cuando lo dijiste— sonreí y ella me miro mal.

—Vos y tus jodas Brisa.

—Esta vez es posta vieja— reí por su cara y subí a mi pieza.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora