Colorado | Valentín Barco

la familia de mi novia

—¿Te sentis listo para esta entrada Barco?

—Creo que nunca estuve tan listo y tan nervioso al mismo tiempo.

Le sonreí a mi novio al escucharlo decir eso.

Hoy era el día en el cual habíamos arreglado con Valen que el conocería a mi familia.

¿Me emocionaba? si, pero también me ponía nerviosa.

Por decirlo de un modo gracioso, era como exponer a mi novio al gallinero donde viví toda mi vida.

Dudo que con mi mamá tenga problemas, ella era muy buena y seguro lo va a aceptar y encariñar rápido.

El problema ya eran mi papá y hermano.

No miento si les digo que los escuche toda la mañana entablando una conversación enteramente para ver que cosas le iban a decir a Valen hoy.

Chistes, preguntas muy incomodas, lo tenían todo cubrido.

—Acordate, si ellos te hacen algún chiste con respecto a Boca ¿vos que haces?

—¿Lo ignoro?— le pegue en la nuca —dale tarada.

—No, les respondes peor y con más burla— dije obvia —mira Val, yo se que queres dar una buena impresión y ser respetuoso, pero no te vas a ganar a mi familia así, al menos no en un principio.

El hizo una mueca, sabía que lo que le decía era verdad, pero no quería aceptarlo.

—Ellos tienen que ver que a vos no te puede pasar por arriba nadie ¿entendes?— pregunte una vez más y el asintió —te quiero.

El sonrió al recibir un beso en su cachete de mi parte.

Entramos a mi casa finalmente, por el momento todo estaba tranquilo y eso me preocupaba.

—¡Bosteto la puta que te pario!

Ya me estaba asustando.

—¿Ese es tu papá?— pregunto mi novio, yo asenti.

—Esta contento— pude descifrar.

Tome su mano y caminamos a la cocina. Mi mamá se encontraba ahí, en cuanto vio el pelirrojo, sonrió y vino hacia nosotros para saludarlo.

—Que lindo es al fin conocerte— abrazo al más alto —No sabes cuando Bri nos hablo de vos.

Rode los ojos y de reojo note la burla en el rostro de mi novio.

—Tu papá y hermano están afuera— ahora se dirigió a mi —¿Estas listo para la guerra?

Barco la miro algo confundido, yo me reí y tome su mano.

—Es un chiste interno Val, veni.

Agarre su mano y pasamos el ventanal que dividía la cocina del patio trasero.

—Pa, llegamos— me hice notar.

El hombre se dio vuelta y me sonrió, se acercó y me abrazo luego de darme un beso en el cachete.

—Que bueno que viniste hija, ag, con razón me llegaba el frío.

Se separo de mi y froto sus brazos con sus manos, como para darse calor.

Valentin me miro, como para tener una aprobación, yo asenti dándole el permiso.

—Si, es que su hijo está atrás suyo— señaló a Franco, que se encontraba sentado en la silla y con su celular en la mano, ajeno a la conversación.

Mi papá lo miro serio, note como Valen pasaba saliba, pero se tranquilizo al escuchar a mi papá reír.

—Ingenioso, lo admito, no me lo veía venir— admitio y se acercó a Barco para darle la mano.