la gente es una basura

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Me encontraba sentada en mi cama, mirando el celular y con mi perrito arriba de mío.

Mientras miraba edits de tiktok de Valen, alce la vista al ver al recién nombrado entrar al cuarto, dejo a un lado su bolso de entrenamiento y se tiro al lado mío.

Coco, nuestro perro se levantó y estiro, para luego tirarse encima de su papá, el cual le sonrió y empezó a acariciarlo.

—¿Como estuvo el entrenamiento?— pregunte apagando mi celular y recostandome de costado para poder verlo mejor.

—Como siempre— respondió tranquilo —el día esta lindo, pensaba que podíamos sacar a coco a la plaza con la pelota, para jugar ahí.

—¿El perro o vos?— brome y el me miro mal, para luego rodar los ojos.

—Los dos— admitio y yo me reí —¿Vamos?

Yo solo asentí.

Nos quedamos acostados los tres un rato más. Valen me contaba momentos de su entrenamiento.

—Y yo tenia la bocha ¿viste? La patee al arco y justo la agarro el Equi y me la pateo de nuevo— me contaba y soltó una risa —yo la petee re fuerte, no sabes, ¿y sabes a quien le cayo la pelota?— me pregunto divertido y yo negue —al capi, nooo, no sabes como se enojo conmigo.

Yo me reí ante su anécdota.

Aunque fue más el hecho de escuchar a Valen relatar ese momento tan emocionado y divertido al mismo tiempo.

Decidimos que ya era momento de irnos, así que nos levantamos y fuimos a buscar las cosas del perro. Yo agarre su correa y se la puse.

—¿Mate o tere?— me pregunto agarrando el termo, yo opte por la segunda —ahh, yo quería mate— hizo un puchero el colorado.

—Hacen treinta grados casi pibe— le reclame y el me miro como diciendo '¿y eso que?' —a la vuelta tomamos mate.

Preparo las cosas para nosotros, luego agarro una botella de agua para darle en la plaza a Coco, en caso de que tenga sed.

Salimos del edificio y comenzamos a caminar, total no quedaba lejos la plaza.

Sentí la mano de Valen agarrar la mía.

Yo le sonreí y seguimos caminando junto al perro. En cuanto llegamos Coco ya pedía que lo soltamos, así que Valen se agacho y le saco la corra, así que el canino comenzó a correr y empezar a oler todo lo que se cruzaba.

—Vamos por acá— agarro de nuevo mi mano el contrario y nos guío hasta una zona con bancas y mesas de madera techados.

Nos sentamos y comenzamos a preparar el terere.

De vez en cuando mirábamos hacia donde se encontraba nuestro perrijo, el cual siempre se mantenía cerca de nosotros, a veces jugaba con otros perros, olía cosas y así.

Unos minutos después Coco llegó hacia nosotros y se sento al frente de Valen, mirándolo atentamente.

El chico entendió lo que el perro le quiso decir, así que sacó de la bolsa térmica la botella de agua y un tapercito, lo dejó en el piso y le sirvió agua, el canino en cuestión de segundos comenzó a tomar de ahí.

Barco volvió su vista a mi, me sonrió ligeramente y agarro el terere, para tomar.

Pasaron varias horas, aunque todavía estaba claro el día, no había oscurecido, con mi pareja agarramos nuestras cosas y le pusimos la correa a Coco.

Comenzamos a caminar juntos de nuevo hasta la casa, por los caminitos de piedra de la plaza.

—Dale Coco, ¿que te pasa loco?— pregunto confundido Valen al ver que el perro comenzó a ladrar como loco y estirar la correa hacia un lugar en específico.

Yo frunci el ceño, nuestro perro jamás había hecho algo por el estilo.

—Fíjate a donde quiere ir— le pedí a Valen, este asintió y se dejó guiar por el perro.

—No creo que quiera oler la basura Bri— dijo frunciel el ceño al ver que se acercó a un contenedor de basura, el perro comenzó a ladrar como loco.

Yo me acerque al costado del contenedor, donde había varias bolsas de basura, un terrible olor y una caja de cartón.

—No, no puede ser, valen— lo empeze a llamar —Valen veni.

El chico se acercó, pero primero alzó a Coco, ya que el perro se comenzó a decesperar aún más.

—Ay no— mire a mi novio, con una expresión triste.

Yo me enderece y me puse a su lado, tenía terrible nudo en la garganta, Barco me pidió que agarre a Coco y se acercó a la caja.

Era una caja donde había gatitos, recién nacidos.

Valentin se acercó a la caja y comenzó a alzar a uno por uno de los gatitos, era cuatro en total, hizo una mueca y me miro.

Soltó un suspiro y se levantó, se acercó a mí, con uno de los gatitos en la mano, me lo mostró.

—Los otros están muertos amor— me dijo algo desanimado.

—No lo podemos dejar Valen— le dije angustiada, más aun al escuchar al gatito llorar y llamar a la mamá —nisiquiera abrió los ojos.

Mi novio me miro apretando los labios, miro  al gatito y asintió.

—Vamos a casa— me dijo solamente.

[...]

Cuando llegamos a nuestro depto, agarre una caja de zapatos y unos trapitos viejos, también le pedí a Valen que busque alguna jeringa y la llene con leche tibia.

El colorado abrió la puerta del cuarto donde estaba yo, dándole calor al gatito con el trapitos y acariciándolo, ya que tenia el cuerpo frío.

—Toma— me extendió ma jeringa y trate de darle, pero el gatito no aceptaba.

—No toma valen— mire a mi novio.

El se sento al lado mío y me extendió la mano para que le de al gatito, yo se lo di.

—A ver chiquito, tenes que comer, sino, Bri se pone triste— le hablo al gatito.

Comenzó a abrirle la boquita y hacerle sacar la lenguita, luego me pidió la jeringa y le comenzó a dar el la leche.

Yo suspire aliviada.

Apoye mi cabeza en el hombro de mi novio, mirándolo darle comida al gatito.

—Que basura que es la gente que les hace esto— dijo de la nada, aun sin mirarme.

Yo solo asentí de acuerdo.

Luego de unos minutos, el gatito se durmió y Valen lo dejo en la cajita rodeado de los trapitos.

Dejo la caja a un lado para que este tranquilo.

Luego se acostó en la cama y yo me recosté en su pecho.

—Espero que viva— le dije y el asintió —¿como estas tan seguro? Valen es muy bebe, no debe tener más de unos días, nisiquiera soltó el cordón umbilical.

El hizo una mueca —va a vivir amor, te lo prometo, solo hay que tener paciencia y cuidarlo con mucho cariño.

[...]

Buenas.

Capítulo basado en hechos reales, experiencia propia mía😭

Yo no puedo creer que haya gente tan mierda que se le ocurra hacer esto.

¿Y después los civilizados somos nosotros? No se la verdad.

Espero les guste.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora