dia de las madres, casi

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Hoy era el día de las madres.

Y no solo eso, hoy jugaba Boca.

Aunque con Valen teníamos planeado hace banda que queríamos hacer algo para el día de las madres, queríamos juntar a ambas familias y pasar este día todos juntos.

Pero junto coincidió la fecha para los cuartos de final de la copa argentina, así que Valen esta en Mendoza, y nosotras acá.

—Bueno, levanten los dos el culo del sillón, hoy juega boca, y los que están afuera de la copa no tienen prioridad.

Me acerque a mi padre y hermano, estos me miraron mal.

No les di importancia y agarre el control y me sente.

—Ojalá se queden afuera— dijo de mala gana Franco.

—No va a pasar, porque no somos como ustedes.

—Ya querrían ser como nosotros, unos-

—¿Descendidos? No gracias, es más lindo estar de este lado— lo interrumpí.

—Chupala.

—Sh, mira, ahí esta valen— sonreí al ver que enfocaban a mi novio —ay que lindo que es.

Mi hermano me miro raro y nego con la cabeza.

[...]

—Vamos Boca Juniors, sabes que yo te quiero...

—¡Siempre voy con vos! Es un sentimiento— cantaba contenta —¡no me toques Franco! Estoy en la semifinal de la copa Argentina y la final de la libertadores ¿y tu equipo que onda?

Mi hermano me miro enojado.

—Perdóname, penales Juniors.

—¿Perdón? ¿Como dijiste?

—Y si, sería más rápido si ustedes juegan directamente los penales, noventa minutos al pedo con ustedes.

—¿Osea que vos no contas los triunfos si son por penales?

—No mi reina— nego con la cabeza, yo apunte a su remera —¿que?

—Entonces esa estrella esta mal— dije y el frunció el ceño —si seguimos tu lógica, argentina no fue campeón del mundo.

—¿Que decis tarada?

—Y si, te recuerdo que el partido de cuartos de final y la propia final fueron definidos por penales— lo mire y el se quedo callado —ahh, ahora si, calladito vos.

—Sos infumable Brisa.

—No se, pero mi equipo esta en la semi de la copa Argentina y la final de la libertadores.

Franco rodó los ojos y se fue a su cuarto, yo sonrei.

Amo ser de Boca.

[...]

Hoy llegaba valen de Mendoza, estaba en el aeropuerto esperándolo contenta.

A mi lado estaba el papá de mi novio, ya que habíamos venido los dos a buscarlo.

—¡Ese es!— no pude ocultar mi emoción al ver el avión de los Xeneizes por los ventanales.

El contrario me miro divertido y soltó una risa, por mi emoción.

Había mucha gente, claro, vinieron a recibir a los chicos, es entendible.

Entre toda la gente, logré acerme un hueco y estar por así decirlo en 'primera fila'. Habían muchos guardias que impedían que nosotros pasemos para el otro lado de la banda.

Veía a los chicos ir pasando uno por uno, algunos me reconocieron y me sonrieron o saludaron, después pasaron y firmaron algunos autógrafos y se tomaron fotos con la gente.

Pero aun no aparecía el chico que tanto esperaba.

Estaba viendo como a mi lado Merentiel firmaba una remera, me di vuelta y sonreí al ver esa cabellera tan característica de mi novio.

Trate de ocultar mi emoción, quería ir a abrazarlo ya, no se si podría esperar a que pase toda esta gente.

Escuche una risa de parte de Merentiel, lo mire y el alzó con su mano libre la banda de tela que nos separaba de los jugadores.

Lo mire contenta y me agache para pasarla, un guardia me grito que vuelta, pero no le di pelota.

Corri hasta mi novio, este no estaba atento a mi, pero cuando escucho ese grito del chabon, alzó la vista confundido. Me sonrió cuando me vio, soltó su valija, justo llegue y me abrazo.

—Hola campeón— le dije a su oído, abrazándolo fuertemente.

El sonrió y yo enrede mis piernas en su cadera, no quería alejarme.

Fueron un par de días, pero un par de días lejos de Barco, eran meses.

—Viene conmigo— escuche que dijo mi novio.

Me baje de el y mire como el guardia se iba, capaz que pensó que era una fan loca del colo.

Bueno, lo era, pero soy su novia, así que tengo prioridad.

—Vamos— sentí como el chico entrelazaba nuestros dedos y me guiaba con el resto del plantel.

Los chicos pasaron sus maletas para que las revisen y de ahí ya eran libres.

Con mi novio nos acercamos hasta el padre de este y nos subimos a su auto.

—¿Y mamá?— fue lo primero que pregunto Barco, estaba al lado de su padre.

—Ahí en casa, esta esperando a que llegues.

El pibe asintió y miro su celular.

Yo hacía lo mismo, estaba hablando con mi mamá, ya que me estaba avisando que estaba en la casa donde antes vivía el colorado.

Valen se puso mal cuando se entero que nuestra idea para pasar el día de las madres con nuestras familias juntas se había arruinado por el partido, pero tampoco es que podía fallar, era trabajo al fin y al cabo.

El creyó que habíamos hecho igual la juntada, pero yo decidí posponerla hasta que el vuelva.

Haríamos como un festejo del día de la madre un día después, no importaría.

Aunque no se lo dije a mi novio, pues el cree que vamos a ir a su antigua casa para saludar a su mamá y después íbamos a casa.

—Estoy muerto— lo escuche decir una vez bajamos del auto —no dormí nada— se río frotnado su ojo y estirando su otro brazo.

Yo sonrei y me acerque a él.

—Estas todo contracturado Val— me reí refrescando su cuello, el asintió.

—No se si no dormí por la incomodidad del asiento, por el quilombo que estaban haciendo los pibes— empezó a enumerar —o porque te extrañaba mucho.

Yo alce una ceja y lo mire divertida.

—¿Ahora es mi culpa que no puedas dormir?

El se río —no, creo que me mal acostumbre a dormir siempre con vos, tipo, así, sentirte a mi lado, creo que fue por eso.

—O por el quilombo.

—O por el quilombo— asintió igual el, los dos reímos, el se acercó a mí y rodeo mis hombros con su brazo —voy a saludar a mamá, después vamos a casa y me voy a dormir una siesta infinita, no doy más.

Yo me reí ante lo que dijo.

Aunque también me puse un toque mal, el quería descansar y yo había preparado alta juntada que, si bien era lo que queríamos en un principio, a Valen le hace falta descansar.

Ay, ahora no se si hice mal o bien, tampoco sabría que hacer ahora, si irnos a casa o quedarnos.

Porque si era por el, se iba a quedar por más que se este durmiendo parado.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora