el nuevo

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Alce mi vista al pizzaron, anote la ecuacion para luego realizarla.

La verdad si me consideraba alguien bueno en matemáticas.

—Bri, ¿Me la podes pasar?— pidió mi compañera de banco.

—¿Otra vez Agus?— pregunte yo con el ceño fruncido.

—Ya se, pero te prometo que es la última vez.

Suspire y le pase a la rubia la hoja.

No era que no sabia, simplemente no lo hacía, no se que le pasaba últimamente a mi amiga, pero la veía más tonta que otros días.

—Chicas, ¿escucharon que viene un pibe nuevo hoy?— salto mi otra amiga desde el banco de atras.

—Que bueno— dijo Agus dejando atrás la tarea.

Yo agarre mi hoja, sabía que ya no iba a hacer la tarea.

—¿Estas emocionada vos, Bri?— pregunto Agus mirándome.

Yo negue con la cabeza, otro chico más no me movía la verdad, iba a ser otro pelotudo seguro que solamente va a molestar con los pibes del fondo.

—Ojalá sea lindo— suspiro Agus.

Todas mis amigas estaban al pendiente de la puerta, esperando por dicho pibe.

Minutos después, el preceptor entró al aula, pasó lista y se paro adelante de la clase.

—Bueno chicos, hoy entra al grupo un nuevo compañero— tanto al lado mío, como atrás, escucha las risas de las chicas, rode los ojos —Pasa Barco.

De la puerta del salón, entró un chico ni muy alto, ni bajo, era delgado y vestía una capucha.

El pibe miraba a un costado, dejando ver su perfil y su tez blanca.

—Espero que sepan recibirlo como merece y no lo traten mal— termino y salio.

—¿Nombre y apellido?— pregunto la profesora en su banco.

El chico se acercó a ella.

—Valentín Barco— dijo en voz baja, apenas lo alcanze a escuchar.

—Chicas, chicas— llamo Guada, mi compañera de atrás —¿Que dicen? ¿Lo ven lindo?

—Apenas le vi la cara Guada— dijo algo molesta Agus.

—Tampoco la gran cosa Agus, no es para que te enojes— dije yo restandole importancia.

Ella rodó los ojos junto a la rubia de atrás.

Barco camino hacia un asiento vacío, justo en el banco al lado nuestro.

—Bri, bri, dejame el lugar porfi— pidió Agus, ya que lo tenía al nuevo a mi lado.

Rode los ojos y le sedi mi asiento, yo me sente en su lugar.

Empeze a hacer la tarea que dejo la profe, Agus a mi lado solo miraba "disimuladamente" a Barco, pobre chico, primer día y ya lo estaban acosando.

Toco el timbre y salí con las chicas al patio, me senté en la banca con Guada al lado mío.

—¿Y Agus? ¿Como estaba el chico nuevo?

—Lo vi lindo— le respondió a la chica que estaba al lado mío —Tiene pecas, ay dios, Bri, ¡Tiene pecas!

No sabia que a Agus le gustaban los pibes con pecas.

—¡Ahí esta! Miren disimuladamente— pidió la rubia.

Yo volte y vi a Barco sentado en una banca, estaba solo y todavía llevaba su capucha puesta, no se la había sacado en toda la clase.

Barco volteo la cabeza hacia donde estábamos, mirándonos con el ceño fruncido. Agus y Guada se asustaron y miraron rápidamente hacia otro lado.

Yo le sonreí y alze la mano para saludarlo, desde lo lejos vi una media sonrisa de su parte.

Sentí que entre las dos mis amigas me empujaban al salón de vuelta.

—¿Estas loca Brisa?— pregunto molesta Agus.

—¿Pero que tiene? ¿No lo puedo saludar?— pregunte sin entender.

—No es que no puedas, pero, no se— hablo Agus.

—Brisa, el es él chico nuevo, no lo conocemos tanto— justifico Guada.

—Por esos pensamientos los chicos nuevos se sienten tan aislados cuando se cambian de colegio— frunci el ceño.

Me solte de su agarre y me quedé atrás mientras ellas seguían caminando.

Ambas pusieron mala cara.

Rode los ojos y seguí caminando al aula. Me sente en mi lugar de siempre, cuando entraron las chicas Agus me miro mal y se sento a mi lado.

—Bri, Brisa perdón ¿si?— se disculpo Agus —¿Me perdonas?

Solo asentí, recibí un abrazo de su parte y seguí con la tarea.

Mire a mi costado, encontrándome con la mirada café del chico de pecas, nuevamente le sonreí y el hizo lo mismo para luego bajar la cabeza.

Yo solo buscaba ser amable con el, sabía lo que era entrar a un nuevo colegio.

Tal vez sea por eso que le sonreía, la verdad, no aprecie tanto su rostro como para averiguar si es lindo o no el chico.

Terminaron las clases y yo me fui a mi casa.

—Hola pa— salude al hombre, estaba sentado en el sillón mirando la tele —¿Como van?

—Mal— suspiro —No puedo creer que estos pecho frío nos estén ganando.

Reí al ver su cara de decepción.

Pase por la sala, mire el banderín rojo y blanco que descansaba arriba de la estufa.

—Que raro que vos no estés viendo el partido— sonreí mirando a mi hermano.

El me miro con su mejor cara de orto.

—Deje de mirar cuando nos iban ganando dos a cero— suspiro el castaño.

Todos, absolutamente todos en mi familia eran de River, incluso mi mamá se había hecho solamente para acompañar a mi papá y hermano mayor.

La verdad, el fútbol me gusta, y es verdad que hasta hace un par de años me vestía con la camiseta de River.

Pero bueno, llegue a la época de rebeldía, me enojaba con mis papás todo el tiempo.

Y para molestarlos, empeze a decir que era de Boca, claro que se enojaron, mucho.

Aunque tampoco me disgustaba el Xeneize, por eso supongo que sigo siendo del mismo equipo hasta ahora.

—Pobresito, ¿Sabes que yo no se lo que se siente?— sonreí —MI equipo nunca pierde de esta manera con un equipo local como Barracas, Boca le gana— me encogí de hombros.

—Cerra el orto Brisa Valetina, sos una molesta— bufo y se levantó de la mesada enojado, yo reí por su expresión y lo seguí.

—Ay perdóname Franco Exequiel, ¿Sabes quien más es Exequiel?

—No, lo digas— se dio vuelta y me señaló con su dedo índice.

—Mi novio Exequiel Zeballos, el Changuito— dije con tono de enamorada, Franco me miro con odio y subió las escaleras —¡Mi re amor, el Chango!

—¡Brisa Valetina! Deja de decir esas cosas— me reto mi papá y yo reí.

—Que divertido es ser de Boca— dije para mi misma subiendo las escaleras a mi cuarto.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora