más de perros, que de gatos

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—Valu mira— llame su atención sonriente, mostrandole la pantalla de mi celular al contrario.

—Ahh, más lindos— sonrio al ver la foto —¿son tuyos?

Asenti —mi gatita, ¿viste mía? a la que le decimos la mimi— el colorado asintió —tuvo gatitos y nada, paso un mes y ya están re grandes, ¿queres pasar hoy por casa y verlos?

—Dale— dijo asintiendo.

Como estábamos en el cole, y ya era la última hora, ambos guardamos nuestras cosas.

Toco el timbre y salí junto al colorado en dirección a mi casa.

Saludamos a mi mamá, que se encontraba ahí, mi papá estaba trabajando, así que hasta la tarde no vendría seguro.

—¿Mis nietos?— le pregunte a mi mamá, agarrando de la mesada una manzana.

—Hija, pregúntale a Valen si quiere comer o tomar algo— la mujer rodó los ojos.

La mire mal y me acerque a mi pareja, abrí los brazos y lo abrace por el cuello.

—¿Queres Val?— pregunte poniendo la manzana cerca de su cara.

—No Bri, gracias— dijo amable, apartando la fruta roja.

—¿Vez que no quiere ma?— me di la vuelta y la mire nuevamente —¿Donde están los millis?

—Arriba, en tu cuarto.

Asenti y agarre la mano de Valentin, subimos a mi cuarto.

—Estos son nuestros nietos Val— señale a los gatitos que estaban corriendo por todo el cuarto.

Ya tenían un poquito más de un mes, lo que significa que ya estaba empezando a jugar y tener interés en las cosas que se mueven.

Mi deber como buena abuela primeriza es enseñarles lo que es bueno en la vida.

—Miren hijos míos, el es su abuelo Valen— dije alzando a uno y mostrárselo al nombrado.

—Que lindos— dijo agarrando a uno, lo miro y le sonrio.

Pero el gatito empezó a renovarse en su mano, el Xeneize fruncio el ceño y lo bajo.

—¿Ya le caí mal? ni me conoce— bromeo y yo me reí.

—No, es que no les gusta estar a upa— mencione, Barco asintió.

Pasado un rato, ambos nos quedamos en mi cuarto jugando con los gatitos.

Podría hasta decir que Valen les tomo cariño.

—Te requieren— le dije a mi novio viendo como los gatos jugaban con su mano —¿no queres uno? ya en unos días cumplen los cuarenta y cinco días, te podes quedar uno.

Valen nego —no me gustan tanto los gatos.

Dijo eso y yo lo mire sorprendida y ofendida.

—Voy a fingir que no dijiste eso.

Negué con la cabeza agarrando a un michi y Valen soltó una risa.

—¿Pero como no te van a gustar? mira, mira lo que soooon— aprete a un gatito contra mi cara y luego lo acaricie.

—No es que no me gustan, pero no se, prefiero a los perros— se encogió de hombros.

Agarro un pedazo de hilo que estaba en el piso, con el que anteriormente los gatos jugaban, y lo empezó a mover por los costados, llamando la atención de uno de los que estaba cerca.

Negue con la cabeza, totalmente ofendida con lo que dijo mi novio.

—Y si no te gustan tanto ¿por que jugas con ellos?— alce las cejas.

Barco me miro —por que son tuyos.

—¿Y que sean míos hace la diferencia?— le pregunte y el asintió —¿por que?

—No se, me gusta todo lo que venga de vos, hasta los gatos— admitio, restandole importancia.

—Aja.

Me levante del piso y salí del cuarto para ir al baño.

En el camino, pasando por la sala, donde se encontraba mi familia, escuché algo que no me gustó para nada.

—¿Que problema tenes con el?— dijo mi mamá —no te hizo nada.

—No es un pibe bueno mamá, papá ayúdame— le pedía mi hermano al hombre mayor.

—Hijo, mira, una cosa es la joda, pero si esto es porque Valen es de Boca-

—No tiene nada que ver— lo interrumpió molesto —¿no se acuerdan ese día que SU hija vino llorando a las once de la noche, ¿por que? me vengo a enterar que lloro por un chabon, ¿quien es ese chabon? su querido 'valen'.

Yo no podía creer lo que me decía, de verdad creí que le había caído bien Valen.

Mi hermano seguía peleando con mis papás, pidiéndoles que le ayuden a hacer algo con el tema de Barco.

—¿No van a hacer nada?— pregunto, hasta ofendido.

—Ellos no van a hacer nada, y vos menos Franco— finalmente entre a la sala, ganandome la mirada de mi familia —que a vos no te guste Valen no me importa, es mi novio, no el tuyo.

Franco soltó un suspiro, paso su mano por su cabeza y trato de acercarse a mi, pero di un paso atrás.

—Bri, yo solo quiero lo mejor para vos— dijo y alce una ceja —aunque ahora no lo creas, pero ese pibe no es bueno para vos.

—Y según vos ¿por que?

—Me contaron por ahí todo lo que el te hizo y-

—Te corto desde ya, si ese 'alguien' fue agustina, te digo que me importa una mierda lo que sea que te haya dicho.

El fruncio el ceño —¿Te importa una mierda? es tu mejor amiga.

Solte una risa sarcástica.

—Que desactualizado estas Franco por dios— me cruze de brazos —si te dieras cinco minutos al día para hablar conmigo, sabrías que ella dejo de ser mi amiga el día que se puso de novia con Valen, después de que ella misma me dijo que el y yo podíamos ser algo.

—Dejo de ser 'mi mejor amiga' cuando subió a una página de internet conocida que yo salía con Barco y que además, le puse yo el cuerno, ¿sabías eso?

El se quedó en silencio, todo lo que decía, parecía no creerme. Volteo a ver a nuestros papás, ellos solo nos miraban tristes.

Casi nunca peleábamos nosotros, más allá de que nuestra vida sean pelean eternas, son de joda.

Yo lo quiero mucho, pero no me parece justo que crea más en la palabra de Agustina, antes que en la mía.

—Mira Franco, que te sientas excluido de tu propia familia, no es culpa de Valen, es tuya, por apartarte.

El hizo una mueca, pero sabía que era verdad.

Casi no pasaba tiempo con nosotros, vivía de joda y con sus amigos.

Falto al cumpleaños de nuestro papá por irse de joda a anda saber donde y con quien.

Le dolía que en la foto de la familia, en lugar de salir el con nosotros, estuviera Valen.

Le dolía saber que nuestra familia era feliz sin él, se sentía cambiado, que ya no era necesario.

Pero el se lo busco.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora