La familia de Barco

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—Mi mamá quiere verte.

Sonrei al escuchar esas palabras salir del colorado.

—¿Así?— pregunte aun sin mirarlo.

—Si, ¿hoy podes?— pregunto —me dijo que si decis que si, que te pregunte tu comida favorita...— volte a verlo y el tenía el ceño fruncido con la mirada perdida en algún punto inexistente —te pregunte... ah, que te pregunte así ella te hace.

Solte una risa, era medio olvidadizo en pibe este.

—No se si hoy puedo— dije fingiendo que pensaba.

El hizo una mueca —dale— me susurro —decime que si, me va a matar si no vas.

—¿Por qué?

—Porqué sigue enojada conmigo después de lo que te hize— dijo mirando al piso.

Le sonreí y acaricie su pelo naranja, era adictivo, tan suave y me encantaba el tono de color.

—No se...

Mire su rostro, se mordía el labio nervioso, aunque seguro sabía que estaba jodiendo.

—Si colo, decile que voy— el sonrio —y que por la comida que no se preocupe tu mamá, decile que cualquier cosa que haga ella está bien.

El colorado asintió y agarro su teléfono, supongo que para escribirle a su mamá.

Para boludear y joderlo un poco, me apoye en su hombro para 'mirar' que tenia en WhatsApp.

Pero en realidad no me interesaba lo que tenia.

¿O si?

—¿Estas viendo algo interesante?— me pregunto divertido.

—Y no, no puedo toxiquearte por WhatsApp, no tenes ni una mina— dije fingiendo molestia, el rio —contacto uno 'ma♡', contacto dos 'viejo' pobre el suegro, ni un corazón.

—Mira— dijo mostrándome la pantalla.

—Ayyy el, me tiene fijada— me burle y el sonrió bajando la mirada —'mi amor' con carita enamorada, el menos romántico.

—¿Y como me tenes agendado a mi?

—¿Te tenia que tener agendado?— el alzó las cejas —mentira, te tengo como; 'colo'.

—¿Colo?— pregunto, hasta parecía ofendido, negué riendo y el se calmo.

—No, te tengo como 'colo Barco'— saque mi celular y le mostré que, efectivamente, así lo tenia agendado.

—Andate a cagar Brisa— dijo fingiendo molestia, yo me cagaba de risa.

—Y sos colorado, y tu apellido es Barco ¿eh, eh?— hice una seña con la mano, el rodó los ojos —soy una genia.

—Aja.

El volvió su vista al celular, aún riendo me abraze a sus hombros y apoye mi mentón en su cuello.

—¿Entonces venis Bri?— me pregunto una última vez, yo asentí —Listo.

—Dame— me arrebate el teléfono de la mano —voy a chusmear tu ig, ayy, tiene contraseña, toma, no quiero nada.

Valentin se río por mi expresión y puso la huella en su celu, me lo paso de nuevo.

—No Val, te jodo.

—No, mira si queres, no me importa—nego sin darle mucho interés.

Frunci el ceño y mire la pantalla, el instagram estaba ahí regalo.

Lo único que hice fue entrar, quería ver sus recomendados.

Fútbol, Boca, fútbol europeo, Boca y Boca.

—Agg, maldito fiel— me quedé devolviendole el celular.

—¿Que ahora esta mal no ser pajero?— pregunto y ambos nos reímos.

—No, esta bien, me gusta— dije y bese su cachete, el se puso algo rojito —que lindo— hable inconscientemente.

Paso tal vez media hora y finalmente decidimos ir a la casa del colorado.

—Pasa Bri— dijo cediendome el paso.

Entre a la casa y mire al rededor, igual de lindo como siempre, me causaba tranquilidad la casa.

Sentí la mano del colorado tar la mía, caminamos a la cocina, donde estaba Patricia.

—Llego tu invitada ma— hablo primero el.

—Hola Bri— la mujer dejo de hacer lo que estaba haciendo y me saludo —justo estaba termiando de cocinar.

—Que bueno— dije sonriendo amable.

—Quería hacerte algo especial, pero alguien no me respondió al mensaje que le mandé— reclamo mirando a su hijo.

El abrió los ojos y yo solte una risa.

—No Patricia, yo le dije a Valen que cualquier cosa esta bien— dije y ella entrecerro los ojos —Lo juro.

Asintió —bueno, te creo solo porque sos vos— sonreí —Valen, dale ayúdame en algo, hace la mesa.

El colorado asintió y agarro de una alacena los platos, luego los cubiertos y yo ayude con los vasos y las especias.

Estaba acomodando los vasos y cubiertos en cada lugar, cuando siento unos brazos rodearme.

Sentí el mentón de Valentin en el hueco de mi cuello.

—¿Estas feliz?— pregunte sin voltear a mirarlo, el asintió —¿por que?

—Mi mamá te quiere— fue lo primero que dijo —y es difícil que ella se encariña de alguien tan rápido.

—Ay, soy especial— dije divertida y el asintió dandome la razón.

—Lo sos, yo lo note, mi mamá lo noto— siguió hablando.

Notaba su voz calmada y serena, era tan lindo escucharlo así.

—Espero caerle bien a tu papá también— mencione, ya que habíamos puesto cuatro platos, así que supongo que el también iba a comer con nosotros.

—¿Sos de Boca?— asenti —ya le caes bien, ¿mamá te quiere?

—Según vos si.

—Entonces ya te ama— río el y se separo de mi, me termino de ayudar con la mesa.

La comida estaba lista y a los pocos minutos de traer las fuentes, llegó el papá de Valen.

El hombre en sí era muy tranquilo, hablador y tenía una linda personalidad.

En muchas formas me recordaba a lo que era Valentin.

—Y hace mucho sos novia de Valen ¿no?— dijo la típica pregunta.

Frunci el ceño y volte a ver al nombrado.

Valen me miro mientras metía un pedazo de comida en la boca.

—No soy... novia de valen— dije despacio, tratando de descifrar algo que, hasta el momento, ninguno de los dos había hablado.

Termino con su ex, la mando al caño por mi, me expreso cuan enamorado de mi estaba, pero en ningún momento hablamos de formalizar nuestra relación.

—¿No? pensé que si— se encogió de hombros, restandole importancia.

Acto seguido recibió un leve golpe en el hombro de parte de su esposa, el se empezó a quejar y mire a Valen divertida.

Terminamos la comida, como postre solo tomamos un helado que había traido el papá del colorado.

Estábamos sentados en los sillones, los papás de Valen en uno grande, y el chico y yo en otro.

Yo estaba tranquila riendo por una anécdota del mayor, era muy gracioso y más como exageraba y actuaba las cosas.

—Tu teléfono Bri— me dijo Valen algo distraído, riendo por lo que dijo su padre.

Agarre el celular con una sonrisa, lo desbloque y mi sonrisa se borro al ver lo que había en la pantalla.

Antiboti oficial.

ustedes creen que el colo Barco, futura promesa de Boca, ¿merece a alguien así? yo no lo creo.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora