bri y bi

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Luego de tocar la puerta espere unos instantes a que se abra. Le sonreí a la rubia que me recibía con una sonrisa.

—Hola Bri, Valen, pasen.

—Hola Noe, 'tas hermosa— la salude luego de darle un beso en el cachete, pase y espere a que mi pareja pase y salude —¿Donde esta?— pregunte notablemente emocionada.

—Llegó por quien lloraban— hablo el santiagueño entrando al living, saludo a Valen y me sonrió —Hola fea.

Yo rode los ojos y lo salude —no, a vos no te quería ver negro, ¿la nena?

—Paraaa, no nos vemos hace banda, ni me saluda', todo mal con vos.

Se cruzo de brazos y estaba por objetar cuando Noe mira mal a Exequiel y este rueda los ojos.

—De la correa te tienen Chango — se burlo Barco.

—Vo' no estas mejor que yo Colo— contraataca.

Los mire mientras peleaban por quien era más pollera, honestamente estaban bastante parejos.

—Veni Bri— me llamo la rubia.

Sonrei y seguí a Noe, subimos las escaleras y entramos a una pieza bien decorada, la cual era obvio que era de la menor de la familia.

Noe se acercó a la cuna y alzó a la bebe, la cual al parecer ya estaba recién despierta.

Me acerque y la mire —nooo, que belleza.

La mujer me sonrió.

—¿La queres alzar?

—Ni a palo, mira si se me cae— dije entre jodiendo y asustada. Noe se río y me la paso —que conste que te avise.

La risa de Noe no se hizo esperar, me ayudo nomas a colocar buen mis brazos, hace mil años no alzó un recién nacido, y mi sobrina ya era grandecita, no era lo mismo.

Una parte de mi miraba con temor a la menor de los Zeballos, no quería que llorara, ¿mira si le caigo mal?

Bueno a mi me caería el doble de mal entonces, que le pasa.

Pero por el momento se veía tranquila.

—¿Segura que es hija del Chango? Muy calladita— alce una ceja en dirección a la madre de la criatura, ella se río y asintio.

La mesi un poco, Bianca me miraba muy atentamente, como intentando ver si ya me conocía, después de todo era la primera vez que veníamos a verla.

—Vo' que decis, del uno al diez, ¿cuantas probabilidades hay de que tengas un hijo colorado?

No necesitaba nisiquiera darme vuelva para saber de quien venía esa voz y esa pregunta tan pelotuda.

—Que se yo Chango— respondió Valen, yo me di vuelta y los miré mal —ni idea.

—Pero onda hay chance viste— dijo el.

La verdad me cuesta creer que este pibe con todas las pelotudeces que dice ya es padre.

Barco lo ignoro y se acercó a mí, miró a la beba y pasó su dedo por su cachete, Bianca se relajo ante su toque.

Tiene menos de un mes Bri, sin celos, nada de celos.

Dea.

—Parece que le cayeron bien— llamo nuestra atención Noe —¿se quieren quedar con ella hoy? Con Exe queríamos salir un rato, pero no queríamos dejarla con cualquiera, pero a ustedes le tenemos confianza ¿no Exe?

Espero la respuesta del Chango, pero el hizo una mueca y ladeo la cabeza.

—Pero 'ta muy chiquita para dejarla sola— se escuso.

—Pero va a estar con Valen y Bri, la van a cuidar ¿no?— intento que la ayudaramos.

—Dale Chango, salí con Noe— lo animo Valen.

Exequiel seguía dudando, me miro, con la esperanza de que yo diga algo.

Sonreí enternecida, era tan lindo ver como el morocho no quería alejarse de su hija. Aunque en parte entendía a Noe, ella también quería pasar tiempo con Exe.

—Yo digo que vayas Chango— dije finalmente —solo un rato y nosotros vamos a estar con ella en todo momento, si te hace sentir más seguro, nos quedamos acá.

Exequiel rasco su nuca y finalmente asintió rendido —Bueno, voy.

Agarro las llaves de su auto y los acompañamos hasta la entrada, Noe nos saludo y subió al auto, en cambio Exe se quedó con la bebe.

—Papi viene enseguida hija, te vas a quedar con el tío y la tía ¿si?— le hablaba mirándola —ellos te van a cuidar, no tanto como yo; pero te van a cuidar.

Mire a Valen y ambos nos reímos en voz baja, después de unas cuantas despedidas más, el santiagueño le dio un beso en su cachete y se la paso a Valen, el colorado la alzó y Exequiel nos saludo con la mano, antes de salir.

Me di la vuelta y le sonreí al colorado.

—Que lindo que sos como papá— me acerque y acaricie su cachete.

Barco me dio una media sonrisa y caminamos hasta el sillón, nos sentamos y le hice upa a la hija de nuestro amigo.

—No creo que al Chango le moleste que juegue al fifa un rato— dijo para si mismo agarrando el mando de la play para encender la tele.

Rode los ojos mirándolo conectar el juego para jugar unas partidas.

—Este es como tu papá ¿sabias?— mire a Bianca —supongo que el Chango debe ser igual, ¿juega todo el día a la play?

Le hablaba como si fuera a responderme, ella en cambio solo me miraba.

A veces me costaba recordar que solo tenía unas cuantas semanas de nacida. La ayude a sentarse en mi regazo y jugaba con sus manitas, mientras ella me miraba atentamente.

—Te quiere— llamo mi atención el colorado a mi lado.

—Hace banda no veía a un recién nacido, es tan chiquita.

Mire la tele, su partida había terminado y había ganado, Barco me miro con una sonrisa orgullosa —soy un capo.

Rode los ojos —señor capo, voy a buscar un agua ¿la tenes?— el asintió y estiro sus brazos —¿la vas a tener de enserió?

—Paraaa, estas tan maniática como el Chango— se burlo —damela.

Dudando un poco, le pase a la beba, el la agarro y espero a que me vaya.

Lo mire mal, fui a la cocina, y agarre una botella de agua, volví a la sala, apenas me acerque escuche el sonido del Fifa. Mire al colorado recostado en el sillón, sobre el estaba Bianca acostada en su pecho mientras el jugaba y miraba atentamente la tele.

—Más lindo— dije llamando la atención.

Barco me miro de reojo y me sonrió —creo que se me durmió— menciono mirándola por unos instantes antes de volver a prestar atención al jueguito de la play.

—¡Gol! ¡gol la puta madre!

El colorado soltó el joystick en el sillón, se levantó para gritar el gol ganador.

Por un momento me asuste, pensando que iba a tirar a Bianca, pero cuando el se levantó con su brazo derecho la rodeo y salto contento.

Bianca comenzó a llorar, la pobre se había asustado con el grito de Barco.

—Valentin, la asustaste— lo rete.

El chico se río un poco —perdón Bi, me emocione— la alzó hasta quedar a la altura de su cara y beso su cachete.

Colorado | Valentín BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora