Había conseguido flores de guisantes de mariposa para preparar té, de tanto molestar a la señora de la herbolaria me las consiguió. Con ellas no solo pensaba preparar té, sino también darle algo de color suave a las perlas de tapioca que aprendí a hacer en clase. Quería preparar té de burbujas a mamá e Ivana.
Mientras ambas conversaban en el sillón, con una bebida fría en sus manos, yo preparé ambos tés de burbujas. El bello degradé azul al agregarle leche se veía delicado, así que le tomé una foto para publicarlo en mis redes.
Ahora que ganaba mucho mejor tal vez podría comprar mejores vasos y tazas para los té helado, para que puedan lucirse.
Los coloqué en una bandeja junto con un plato con mini tartas de queso y fresas que preparé más temprano. Ver la sonrisa de ambas mujeres al verme llegar con la bandeja me iluminó el corazón.
—¡Qué belleza! —dijo Ivana al ver los colores—. Te luciste, muñequito, se ve lindo y delicioso.
Mamá fue la primera en darle un sorbo, ella siempre probaba todos mis experimentos desde que era pequeño. Hizo un largo sonido de satisfacción y cerró sus bonitos ojos con una sonrisa.
—Bebito, cada día más cerca de cumplir tu sueño —dijo mamá pero le dirigí una mirada para que se callara, pues Ivana no sabía nada al respecto.
—¿Qué sueño?
—Ninguno, Ivy, solo me gusta ver la cara de mamá al tomar té —mentí, e Ivana sonrió con ternura.
—Pues sabe delicioso, muñequito.
Le dirigí una sonrisa, porque la veía mucho más feliz. Ivana estaba logrando bajar de peso para la boda de su hijo, y gracias a eso se sentía más segura consigo misma, más feliz, e incluso se animaba nuevamente a lucir faldas o vestidos, o simplemente pintarse los labios otra vez.
—Te ves hermosa, Ivy, ¿sigues soltera o ya perdí toda oportunidad? —bromeé y ella lanzó una carcajada.
—Atrevido que eres, te aprovechas que no están Ash y Eric para golpearte —dijo y me dio un beso en la mejilla, con cariño.
Las dejé conversar tranquilas, solo porque debía prepararme para ir a lo de Alex y Chrissy. Ambos habían organizado una reunión en la casa con amigos, así que tenía pensado llevar las perlas de tapioca y las flores de guisante de mariposa para que probaran esta delicia. Guardé todo en frascos que envolví con cuidado en plástico de burbujas para que no se rompan durante el viaje, y solo luego de acomodarlo en la mochila es que fui a mi habitación para cambiarme. Ya estaba bañado y perfumado, solo faltaba ponerme otra ropa. Estaba justo atándome los cordones cuando mi teléfono comenzó a sonar y vi el nombre de Alex allí.
—Ey, estaba preparándome para salir —le dije al atender.
—Se suspende, Ricitos de oro, Chrissy tiene fiebre. Sus amigas no vendrán y ya le avisó a Eric también, aunque mis amigas vienen igual porque hace bastante no las veo —dijo muy rápido.
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Pequeños sorbos de té
RomanceÉl la conoció. La odió. Se volvió su amigo. La unió con su mejor amigo. La amó. Y se arrepintió de haberlos unido...